Camino de Miquera, unas condiciones del tercer mundo con impuestos de la Huesca moderna

El asfaltado lamentable se une a la insuficiencia de servicios en agua y basuras, en correos y en suministro eléctrico

16 de Mayo de 2023
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Situación del Camino de Miquera en Huesca

"Como residentes y usuarios de fincas situadas en el Camino la Alguardia, y una vez comprobado con los servicios municipales que el camino es de propiedad municipal, solicitamos se reparen los numerosos agujeros y desperfectos del citado camino que hacen muy complicado el tránsito diario". Esta carta fue remitida al Ayuntamiento de Huesca en 2018. Se traspapeló -la Inteligencia Artificial también se extravía en ocasiones- según les comentaron, a los años, al centenar de vecinos que residen en viviendas del Camino La Miquera de Huesca que firmaron la petición. No hubo respuesta y todavía no la hay a la segunda misiva.

Cuando M. y S. leyeron en EL DIARIO DE HUESCA las peripecias 'lunares' del Camino de Cillas, se pusieron en contacto con nuestro medio. Ciertamente, Cillas es una autopista sin peaje al lado de Miquera. "Este camino, en contraposición a la mayoría de caminos adyacentes al municipio de Huesca y de propiedad municipal, nunca ha sido asfaltado por el ayuntamiento, siendo los vecinos los que han costeado históricamente las reparaciones y asfaltado que se han venido realizando en el mismo. Es un camino muy transitado por los vecinos que allí vivimos, que acudimos a los servicios municipales diariamente (colegio, sanidad, etcétera), así como por numerosos vecinos de la ciudad que pasean por el mismo de manera constante", inciden en su escrito al consistorio.

El camino, de 1.484 metros, se divide en 5 tramos. El primero, desde el cruce con la carretera de acceso a Coso Real, una plataforma de "asfalto caliente en mal estado". De hecho, iniciamos ahí el trazado, justo donde una zanja abierta por una avería en el suministro duerme el sueño de los justos, al albur algunos días de la ventolera que ha derribado parte de la protección con el consiguiente peligro. El segundo, de 429, desde el túnel que cruza la autovía hasta que termina el asfaltado, con riego asfáltico y gravilla. "Enormes agujeros imposibilitan un tránsito normal en cualquier medio de transporte (coche, bicicleta, patín, etcétera) y dificulta mucho el paso incluso peatonal, sobre todo en días de lluvia". Huelga decir que en viernes y sábados de marcha, el túnel acoge fiestas cuya veracidad acreditan cristales rotos. Al final del mismo, una valla de obra tirada en una acequia. Difícil hallar más dejadez.

Un tercero, de 193, va de donde acaba el asfalto hasta el cruce con el camino que entra desde la carretera de Ayerbe, con zahorra y grava, "muy deteriorado, con enormes agujeros y zonas en estado pésimo". Tramo 4, 180 metros, del cruce con ese camino a donde termina de nuevo el asfalto con riego asfáltico y gravilla. Es la parte en mejor estado, que no quiere decir en buen estado. El quinto y último, de 141 metros, desde el final del asfaltado hasta la salida a la carretera de Ayerbe, totalmente terrícola (esto es, de tierra).

Sobre estos endebles firmes pasa el camión de la basura, y contribuye de paso a los desperfectos con su gran peso.

Los vecinos, alrededor de un centenar (de los que viven continuamente como primera residencia unas cinco familias), recuerdan su condición: "Pertenecemos al ayuntamiento de Huesca, pagando todos nuestros impuestos y tasas correspondientes en dicho ayuntamiento, como cualquier otro vecino de la ciudad, por lo que exigimos una rápida reparación asfáltica".

HAY PARA TODOS

M. y S., a las que se une J. junto con su can, llevan casi 30 y más de 40 años respectivamente residiendo en el Camino de Miquera. Aunque hayan menguado los moradores de continuo, cinco familias están permanentemente, con sus hijos, sin iluminación en el camino y con reivindicaciones por los viejos olvidos históricos a diestro y siniestro.

Empecemos por el ayuntamiento. Camino municipal en el que todas las labores de mantenimiento del asfaltado se sufraga con derramas de los vecinos (la última, 750 euros). En el vecindario, hay una carpintería en uso, dueños de almacenes, un grupo de música que ensaya semanalmente e incluso han tenido "okupas". Uno de ellos, en pandemia, tan gracioso que colocó un cartel en la puerta de la valla que rezaba: "Esta es mi nueva morada. Si quieres algo, llama al juzgado". Una vez abandonó su residencia, el propietario decidió derribar la caseta y los escombros sobresalen incluso de los árboles.

La realidad del firme es tan lamentable que tan sólo algunos locos lo utilizan en noches de riesgo con carreras de motos o peripecias de trompos con coches. Cuando llueve es horroroso. S. se ha dejado cinco ruedas porque, al tapar algunos cráteres con restos de obras, se cuelan clavos y arruinan el neumático. También su marido padeció la rotura de un cárter del aceite, cuyo rastro se aprecia en el suelo.

Pasamos al lado del primer contenedor. "Nos lo pusieron porque pagábamos agua y basura al Ayuntamiento de Huesca y no teníamos ni un contenedor. Teníamos que llevar las basuras en el coche a la ciudad. Nos dijeron que, aun así, usábamos el servicio. Finalmente pusieron en contenedor, uno para todos los residuos, sin diferenciación ni reciclaje. Hace dos años, el consistorio puso junto a la carretera que da a Ayerbe tres contenedores con selección de basuras".

A la comunidad de regantes, le han explicado que deben adecentar toda la porquería que se acumula. Cuando limpian las acequias, dejan lo que se retira, se rayan los coches y se estropean las ruedas. Al final, por el tránsito, vuelven a caer a la acequia.

Otras peticiones se dirigen a Correos y Eléctricas. No tienen reparto postal y han de abonar un apartado de correos para recoger la correspondencia. Por otro lado, el cuadro de mandos de abastecimiento eléctrrico está en un estado muy comprometido.

Residen en esta zona porque han elegido este modo de vida. Rural, lejos del mundanal ruido, a pesar de los inconvenientes para sus jóvenes hijos. Eso corre de su cuenta. Lo que no debe correr es un firme en estado deplorable, pese al reciente plan de caminos, o el de asfaltado que se quedó en vías mucho más adecentadas que ésta. El buen humor no obsta para un considerable hartazgo. Se sienten ciudadanas de segunda, restos del plato de la convivencia y de la administración. Ellas que optaron por un espacio donde vivir en contacto con la naturaleza. Termina la visita y a rea

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