El Centro de la Alberca de Alboré se llena de actividades con las grullas (pero no sólo) como protagonistas

La propuesta medioambiental se une a la histórica del Ayuntamiento de Alcalá de Gurrea para conseguir, "por primera vez, que el espacio Sotonera sea único"

Periodista
30 de Enero de 2024
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Eulogio Borderías, Mónica Soler, Pablo Vallés y Daniel Reula han presentado las actividades en el Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré.
Eulogio Borderías, Mónica Soler, Pablo Vallés y Daniel Reula han presentado las actividades en el Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré.

El Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré ha comenzado a recibir a visitantes para participar en las actividades que se van a desarrollar los fines de semana hasta el 31 de marzo con las grullas como principal motivo de atracción, pero también el rico ecosistema de esta zona de la comarca de la Hoya.

El coordinador de las actividades, Pablo Vallés, ha expuesto este martes el programa que se ha preparado para estos próximos meses, que incluyen dos intensos fines de semana durante la época en la que produce la migración. En la presentación han participado también la presidenta de la Comarca de La Hoya, Mónica Soler, y los concejales del Ayuntamiento de Lupinén-Ortilla, Daniel Reula, Eulogio Borderías, por las instituciones que colaboran en este plan, quienes han animado a descubrir esta zona de territorio.

La apertura del Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré completa con actividades medioambientes las que viene realizando el Ayuntamiento de Alcalá de Gurrea sobre los valores históricos del embalse de la Sotonera. “Vamos a conseguir, por primera vez, que el espacio Sotonera sea único”, ha valorado Vallés.

El programa medioambiental tiene a las grullas son protagonistas, “pero también la puesta en valor de un ecosistema muy especial de la comarca de La Hoya, que sorprende a quien lo visita y descubre la riqueza de la alberca en la parte norte, la zona menos profunda, donde descansan las aves por la noche”, ha recalcado el coordinador del proyecto.

Durante los fines de semana de febrero y marzo, la actividad comienza a las 8 horas, un esfuerzo que Pablo Vallés recomienda dado que “el momento del amanecer es muy especial, porque las grullas salen del dormidero para acudir a alimentarse a los campos próximos”. Posteriormente, se realiza un paseo de interpretación medioambiental por la alberca para conocer el ecosistema de la zona”.

De 10 a 14 horas también está abierto el Centro de Interpretación para poder visitarlo y también para obtener información.

Cuando regresan las grullas al dormidero, a las 16 horas, se retoman las actividades, que se prolongan hasta que anochece. “Este domingo, muchas familias acudieron y hubo un momento mágico cuando cientos de grullas se posaron a una distancia muy buena para verlas con el catalejo y disfrutamos”, trasladó Vallés.

En el Centro de Interpretación, que también se va a llevar a cabo una campaña escolar con centros de la comarca, ha programado jornadas especiales. “Vamos a realizar dos fines de semana específicos de migración con maratones ornitológicas”, en las que los educadores ambientales permanecerán ininterrumpidamente en el observatorio habilitado para ver la migración de 8 a 19 horas. Por la experiencia de otras campañas, “cientos de personas se acercan” en este periodo, que coincide también con la floración del almendro.

“La migración comenzará el 15 de febrero y para el 10 de marzo habrán partido hacia el norte de Europa, aunque las actividades medioambientales continuarán hasta Semana Santa”, ha recordado Vallés. Así, las fechas elegidas son el 24 y 25 de febrero, coincidiendo con el momento álgido de la migración, y 2 y 3 de marzo, cuando “depende la meteorología para que haya más o menos grullas, pero lo lógico es que haya migración”.

En la alberca de Alboré pasan el invierno aproximadamente 4.000 grullas, pero en la época de migración, las 200.000 que invernan en toda la península iniciarán el viaje hacia el norte de Europa, “y si es normal pasarán por aquí para cruzar los Pirineos. Si hay días en esa migración que no hace viento norte, se van de Gallocanta por Navarra y veremos menos”, ha explicado.

Como ha comentado Vallés, las grullas vienen desde el norte de Europa en octubre porque las horas de luz solar se acortan y no pueden alimentarse. “Necesitan bajar en latitud buscando sol en invierno”. Para dormir, además de la alberca de Alboré, este año han elegido el embalse que se construye en Almudévar cuando cesaron las obras en diciembre. “Ahora mismo se alimentan de los rastrojos de maíz de Monegros”, ha añadido.

Se ha detenido también Vallés en el comportamiento de las grullas “que a la especie humana nos llama mucho la atención porque convergemos evolutivamente con ellas, nos vemos reflejados en un ave que funciona de la misma forma que nosotros en muchos aspectos, incluido el moverse en familias. “Las familias humanas acabamos viendo las familias de grullas, sintiéndonos reflejados en ellas y compartiendo momentos muy únicos”, ha finalizado.

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