Vecinos de Huesca se quejan de la falta de participación a la hora de plantear los nuevos carriles bici que se están creando en la ciudad. Son cuatro nuevos kilómetros que enlazan distintas instalaciones y que se llevan a cabo en las avenidas Martínez de Velasco, de la Marina Española, en la plaza de Navarra, en la vía verde junto a la calle Ingeniero Susín y al inicio del camino de Loreto, en la avenida Pirineos y María Moliner y en las calles Alcoraz, del Parque, San Jorge y Santo Cristo de los Milagros.
Especialmente críticos se han mostrado desde el barrio de Santiago, donde está avanzando el marcaje de las nuevas zonas para uso de bicicletas.
Durante una reunión mantenida este martes por la asociación de vecinos, se ha lamentado que esta entidad no ha recibido ninguna información del proyecto por parte del Ayuntamiento. “Nos hemos enterado de la noche a la mañana. Había pivotes, pero no sabíamos a qué se debían, y por la mañana ya estaba marcado el carril bici y eliminados unos aparcamientos muy necesarios en esta zona con mucha actividad por el Centro de Salud Pirineos, el Instituto Ramón y Cajal, la Subdelegación del Gobierno…”, ha puesto de manifiesto Maribel Abril, en representación de la junta gestora del barrio de Santiago.
Se considera desde esta entidad vecinal que el Consistorio “no debería actuar así. No se ha visto nunca un ayuntamiento que cuente menos con las asociaciones y vecinos de Huesca. Antes de tomar medidas habría que haberlo hablado, informar a los vecinos, dialogar”, ha indicado Abril, quien ha señalado que ya no se tiene previsto dirigirse al gobierno municipal, porque “ya todo está hecho, igual que en esta legislatura, con el ordeno y mando”.
Desde la Federación de Barrios Osca XXI, su presidente, Javier Moreno, ha querido resaltar en primer lugar satisfacción por que se aborde el proyecto de incrementar los carriles bici. “Es lo que veníamos pidiendo al Ayuntamiento, que se utilizaran los fondos europeos para mejorar la ciudad”, ha comentado.
Sin embargo, también ha echado de menos “más participación, que se consultara en la Ponencia de Movilidad a taxistas, transportistas, autónomos, comerciantes, vecinos… y que fruto de ese debate surgiera un proyecto más consensuado”. Por eso su sensación es agridulce.
Opina Moreno que a través de esa participación podrían haber surgido alternativas que hubieran afectado en menor medida a las plazas de aparcamiento, “porque los estacionamientos disuasorios que dicen que se plantean, si son de pago, no sirven”, ha apuntado.
Se ha referido también a que se deberían haber planificado con antelación estas medidas para que “cuando llega la oportunidad” de la financiación europea se tuviera avanzado el acuerdo.