El acto vecinal y festivo celebrado este domingo en Loarre, con motivo de la comida de San Andrés y la actuación de la Ronda de Boltaña, ha marcado este lunes un cruce de valoraciones entre el grupo municipal socialista y la alcaldía. Ambas partes discrepan sobre el sentido de la jornada y sobre la gestión de la información relativa al conflicto del Centro de Visitantes del Castillo de Loarre.
Marco Arán, edil del PSOE y en representación del grupo municipal socialista, ha calificado de “inaceptable” que la tradicional comida, a la que, según afirma, “200 vecinos se habían apuntado para una jornada de confraternización”, se transformara “en un mitin político para los intereses del alcalde”.
Arán sostiene que la decisión de introducir la lectura del manifiesto “se tomó sin consultar a nadie”. El alcalde, Roberto Orós, sin embargo, ha replicado que el edil “conocía el contenido desde días antes”, puesto que “tuvo en su mano el borrador del texto y no realizó aportación alguna”.
El socialista asegura que la politización del encuentro “ha generado malestar entre parte del vecindario”. Orós, por su parte, argumenta que el manifiesto se leyó en el marco del trabajo de la Comisión de Fiestas, “cuya actividad forma parte de la vida social del municipio”, y que la iniciativa responde al interés vecinal por el futuro del Castillo.
Según el alcalde, Arán llegó incluso a “increpar durante el acto” por el hecho de no haber sido elegido para la lectura del documento, al que “había tenido acceso previo".
Orós añade que “tratar de romper la unidad del pueblo puede traer consecuencias perjudiciales para el municipio y poner en peligro la declaración de Patrimonio de la Humanidad”, en referencia al proceso que aspira a impulsar el Castillo de Loarre.
Arán insiste en que “los asuntos municipales se tratan en el pleno”, al considerarlo el órgano facultado para elevar reclamaciones ante otras administraciones. Y se pregunta “qué recorrido institucional" puede tener un acto como el del domingo.
El alcalde sostiene que la reivindicación por la ocupación de los terrenos no es nueva y que se ha informado “reiteradamente” a los grupos municipales, incluida la portavoz socialista, Mónica Liesa, en los plenos de los últimos meses. Afirma también que la documentación es pública y está a disposición de los concejales.
Arán cuestiona especialmente los informes enviados por la DGA los días 8 y 11 de octubre, y reprocha que “no se mencionaran en el pleno ordinario del día 31”. Orós niega ocultación y expone que la documentación está registrada y es accesible.
Según el alcalde, las discrepancias con el Gobierno autonómico derivan de “errores de superficies y otras imprecisiones del borrador inicial” y de que “la DGA impone sus condiciones y no las acordadas en aquel documento”. Recuerda además que el Departamento de Medio Ambiente “llegó a ofrecer inicialmente el retorno de los terrenos como un aprovechamiento más del patrimonio municipal”, antes de “cambiar de criterio”.
En relación con las insinuaciones sobre supuestos intereses ocultos, Orós afirma que “su único interés es el municipio” y añade que no cobra nómina por la gestión, "a diferencia de otros concejales”.
Arán responde recordando que “el Castillo de Loarre es patrimonio de todos” y que en su momento “todas las fuerzas políticas fueron capaces de consensuar” el borrador del nuevo contrato de cesión de los terrenos. Y se pregunta “por qué ahora no es posible”. A su juicio, “si no se avanza es porque al alcalde no le interesa; al municipio y a sus vecinos, sí”.
Orós sostiene lo contrario: que el Ayuntamiento actúa para “defender la titularidad municipal” y garantizar que la gestión del Castillo siga vinculada al interés de los vecinos y no quede sujeta a decisiones unilaterales del Gobierno de Aragón.