La hermana Josefina ha sido galardonada este domingo con la Dama de la Feria, un reconocimiento que concede el Ayuntamiento de Ayerbe en el marco de su certamen de Alternativas Rurales del Prepirineo, a personas o colectivos que han hecho una meritoria labor por el pueblo. Y Josefina reúne esa condición sobradamente, porque ha sido un largo aplauso el que ha acogido las palabras del alcalde, Antonio Biescas, cuando ha desvelado su nombre.
Lo llevaban muy en secreto el primer edil y la concejala de Ferias, Marisa Latorre, y algún "complice" más, que se ha encargado de que la hermana Josefina Aragüés Aragüés, que se encontraba en unas convivencias con 70 monjas de Santa Ana, llegara a tiempo a Ayerbe para recibir el homenaje.
Por más que no ha querido citar a Josefina hasta el final, la alocución de Antonio Biescas la ha señalado enseguida esta personas, “muy querida por todos los ayerbenses”, ha dicho el alcalde. Se trata de “un reconocimiento de todo el pueblo de Ayerbe porque todos la conocemos y le tenemos un cariño muy especial, casi como si fuera nuestra madre”. El munícipe ha tenido que detener unos segundos su discurso, muy emocionado, para proseguir resaltando la labor que ha desarrollado con la infancia, juventud y personas mayores de este pueblo”.
La hermana Josefina se ha abierto paso para llegar hasta el escenario, entre los aplausos y la emoción de los vecinos. "Os llevo en el corazón, sois parte de mi. Me considero ayerbense porque llevo 45 años aquí, ha sido con una entrega generosa y quiero hacer un reconocimiento a toda la comunidad que vinimos con vocación al mundo rural".
Después, al finalizar el acto, ha confesado que ha sido una gran sorpresa para ella "y un gran gozo sentir esta acogida y cariño de todo el pueblo". Considera "a los chavales, ya grandotes", parte de ella, y tiene muy claro que a los niños no hay que imponerse, porque así no se consigue nada, sino "darles cariño y amor". Y sigue visitando y atendiendo a los mayores.
Su aspecto sigue siendo el de una mujer muy activa y que la gente le pregunta: "Josefina, pero qué haces?" Y, aunque no puede evitar que le salgan las canas, reconoce que tiene la misma vitalidad de siempre.