Huesca ha rendido homenaje a las víctimas del terrorismo en un acto institucional celebrado este jueves en la plaza de San Antonio, junto al monumento de manos blancas que las recuerda y que cumple diez años. Numerosas autoridades y representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han participado en el acto, que ha contado con la presencia de la madre de la asturiana Irene Fernández Pereda, que fue asesinada por ETA junto a José Ángel de Jesús, el 20 de agosto del 2000, con una bomba colocada en los bajos de su coche patrulla. “No podemos permitir que la memoria de las víctimas caiga en el olvido”, ha reclamado María Ángeles Perera.
La alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, ha presidido el acto que ha contado con la participación de representantes de las instituciones aragonesa y el subdelegado del Gobierno, Carlos Campo, además de representantes de la Guardia Civil, Policía Nacional y local y del Ejército, y ha contado con el acompañamiento musical de la soprano María Ángel Leo, acompañada del Cuarteto Bolskan.
Durante el acto se ha colocado una corona de flores junto al monumento por parte de cuatro miembros de la Policía Nacional, Ejército y Policía Local. Posteriormente María Ángeles Perera ha realizado una ofrenda floral y los asistentes han lanzado pétalos de flores, un desfile iniciado por miembros de la Ciudad de las Niñas y los Niños, en el que han participado representantes de las instituciones y ciudadanos oscenses.
Javier García Antón, director de EL DIARIO DE HUESCA, ha conducido el acto, que ha iniciado con unas palabras en las que ha puesto de manifiesto que “con el silencio, con la devaluación de la responsabilidad, estamos contribuyendo a configurar una sociedad éticamente prevaricadora. Soy consciente -ha continuado- de que la expresión choca sobre nuestras mentes con virulencia, pero la verdad, la moral y la defensa de los valores de la paz, la no violencia y la libertad no admite tibiezas. Exige radicalidad”.
Ha llamado la atención García Antón sobre que dentro de España, en 2024, “se siguen sucediendo impunemente hechos que atentan contra el Estado de Derecho mientras aliviamos la irresponsabilidad de la convivencia irreflexiva con atajos y desvíos. Conocemos el delito, pero lo aminoramos o lo callamos y así mal ejercemos nuestra naturaleza de ciudadanos: una prevaricación por pasiva. Y, mientras, los artífices de Fan Hemendik Eguna (El Día de que se Vayan de Aquí), que son los mismos que estuvieron detrás de los gatillos, invaden las tribunas parlamentarias en la más insoportable muestra de cinismo que ha admitido este país, esta patria”.
Para finalizar, Javier García Antón, ha puesto de manifiesto que el acto que celebra Huesca “es un tributo a quienes dieron la vida por España y por los demás y una afirmación de la dignidad que no reconoce componendas, de la memoria indeleble, de la justicia, de la ejercida y de la pendiente, porque el tránsito de la sociedad prevaricadora a la cumplidora demanda honradez intelectual e integridad ética. Sin ellas, la comunidad se desmorona y los enemigos, en forma de ratas metafóricas, se filtran por los poros putrefactos en busca de la destrucción. Existe un antídoto definitivo y trinitario: memoria, dignidad y justicia. Y ese es el sentido que hoy nos congrega, el que guía este acto y el que nos compromete con la verdad y con España. La España que son ellas, lo mejor de esta sociedad: las víctimas del terrorismo”.

Por su parte, María Ángeles Perera ha recordado el día en que murió su hija asesinada por ETA. "Su coche estaba aparcado en la calle durante la noche, sin ninguna vigilancia, lo que supuso el escenario perfecto para que unos malnacidos le colocasen explosivos debajo. Cuando ocurrió la explosión, a primera hora de la mañana, los autores se encontraban ya huidos en Francia".
"De noche, de forma premeditada y por la espalda. Esta fue la forma de actuar de aquellos a los que hoy abrimos las puertas de nuestras instituciones", ha lanzado.
Ha redordado que Irene siempre tuvo la ilusión de ser guardia civil. “Una vez que terminó sus estudios ingresó en la academia y puso todo su empeño en conseguir su meta. Cuando por fin lo consiguió, tras mucho esfuerzo llegó a su primer destino: Graus, para luego ir voluntariamente a Sallent. La montaña y la naturaleza le encantaban. Yo la veía feliz. Y así murió, haciendo lo que le gustaba”.
Cada año, en el aniversario de su muerte, su familia acude a Sallent a honrar su memoria. “Y por eso mismo estamos hoy aquí. No podemos permitir que su muerte y nuestro sufrimiento sean en vano. No podemos permitir, por mucho que lo intenten, que blanqueen la herida del terrorismo. No podemos permitir que su muerte y nuestro sufrimiento sean en vano”, ha exigido María Ángeles Perera.
Ha puesto de manifiesto que este homenaje, así como todos los actos en memoria de las víctimas del terrorismo son “de gran importancia para evitar que las víctimas caigan en el olvido y para que las nuevas generaciones recuerden lo que ocurría no mucho tiempo atrás”, ha señalado antes de finalizar pidiendo: “Sigamos luchando juntos”.

La alcaldesa de Huesca ha cerrado el acto, "uno de los más significativos que el Ayuntamiento convoca cada año". Ha valorado las palabras de Perera, que ha calificado de "emotivas, valientes, serenamente doloridas también. Pero elijo -ha dicho- conmovedoras, porque nos invitan a actuar".
Orduna ha señalado que no se puede alcanzar el dolor de una madre que ha perdido a su hija, "pero sí acompañar en el dolor. Y en ese acompañamiento, nuestro deber es hacer memoria de Irene y hacer memoria de las 853 víctimas del terrorismo de ETA y sus satélites. De las personas asesinadas y las que también son víctimas por sus heridas por lazos. Es un imperativo moral hacerlo así".
Ha subrayado que hablaba de un deber de memoria, "no sólo de recuerdo. La memoria exige compromiso. Un compromiso de mantener a las víctimas del terrorismo como permanente ejemplo del sacrificio por la libertad y la convivencia en nuestro país. Huesca lo ha entendido siempre así. Y por eso erigió este monumento a las víctimas del terrorismo".
"Los oscenses somos fieles a nuestro compromiso de memoria de vuestros seres queridos y de los familiares que, como tú, también sois víctimas del terrorismo. Hoy estás con nosotros, pero quiero que sepas que Huesca está siempre contigo", ha dicho Lorena Orduna a María Ángeles Perera. Ha agradecido también su testimonio y poder acompañarle en el recuerdo de su hija y de su compañero en Sallent de Gállego, Ángel de Jesús Encinas.
La alcaldesa ha considerado "de justicia" celebrar estos actos en recuerdo de las víctimas, porque lo exige su sacrificio y también la verdad. "Alcanzar la verdad y difundirla debe ser una obligación. En una época en la que la verdad ha perdido su valor no podemos permanecer ni callados ni inactivos. La sangre de las víctimas el terrorismo clama por la verdad. Nos exige proclamarla, difundirla, mantenerla, combatir relatos e interpretaciones, equidistancias, olvidos, sesgos, interpretaciones", ha culminado.
Al finalizar el acto se ha acercado a María Ángeles Perera la doctora María José Nasarre, quien vivió como médico este atentado de Sallent. Las dos se han fundido en un abrazo.