La plaza de San Antonio de Huesca ha sido el escenario de un homenaje profundamente emotivo en recuerdo de las víctimas del terrorismo. El acto, organizado por el Ayuntamiento de Huesca ha sido presidido por la alcaldesa, Lorena Orduna, junto a la vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, y ha reunido a diputados autonómicos y provinciales, concejales, cuerpos de seguridad del Estado, familiares de víctimas y numerosos vecinos junto al monumento dedicado a quienes han sufrido la barbarie terrorista, donde los asistentes han lanzado pétalos como símbolo de memoria colectiva y compromiso democrático.
El acto ha sido presentado por Javier García Antón, director del DIARIO DE HUESCA, quien ha sostenido que "el mayor fango es el olvido", "recubierto de ignominia, de egoísmo, de conveniencia y de inmoralidad". El de los actos que condujeron a la amnistía ayer validada por el Constitucional o el de los 850 asesinados por ETA, sus 2.600 heridos (y los casi 200 del atentado de Atocha), sus 90 secuestrados y los 40 millones de los españoles a los que durante muchas décadas "raptó nuestro ánimo y nuestro espíritu".
El olvido, ha agregado, "es el triunfo de la “tachosfera”. Entiéndaseme bien: “TA-CHOS-FE-RA”. La “tachosfera” era el ámbito de los etarras. Cada vez que tachaban un nombre, el aspa era un funeral. Diana. En estos tiempos, la tachosfera es la que borra delitos y elimina, a puro criterio de interés cortoplacista y miserable, las responsabilidades de quienes ejecutaron, de quienes señalaron, de quienes consintieron cobardemente las escenas de coches-bomba, tiros en la nuca o zulos". Hoy, algunos de ellos, ha agregado, reposan en los mullidos escaños institucional.
Ha aludido a los dos terribles atentados varias de cuyas víctimas han participado en el acto de homenaje en Huesca: el del 11 de diciembre en la Casa Cuartel de Zaragoza con 11 muertos y 88 heridos y el asesinato por la espalda del general de la Guardia Civil Juan Atarés Peña. Pascual Grasa, herido en la masacre en Zaragoza, y Teresa Gay, que perdió a su esposo e hija; y Matilde y María Elena Atarés han participado en el acto. Un dato de contexto: la asesina del general en Pamplona, Mercedes Galdós, salió tras 19 años de prisión después de haber sido condenada a 764 años por 17 asesinatos.
Las víctimas han dejado conmovedores testimonios. María Elena Atarés, hija del general de la Guardia Civil Juan Atarés Peña, ha compartido emocionada uno de los recuerdos más crudos del acto. “Salía de casa para felicitar la Navidad a sus guardias. No había dado ni cien pasos cuando fue rematado en la hierba del parque de la Vuelta del Castillo. Era mi padre… y era la víspera de Nochebuena”. Atarés ha recordado a su padre como “un hombre bueno, gran militar, excelente padre de familia y oscense orgulloso de su tierra”.
Su intervención fue también una denuncia clara hacia lo que considera una herida abierta. “Las víctimas -ha dicho- no hubiéramos querido serlo nunca. Y ahora, encima, vemos cómo el actual Gobierno de España favorece a los asesinos de nuestros familiares concediéndoles en muchos casos el tercer grado penitenciario. Con esta forma de actuar, las víctimas del terrorismo sufrimos doblemente”. Atarés ha reivindicado que “no es venganza lo que pedimos, pedimos justicia”, y ha apelado a que nadie blanquee ni relativice “más de cincuenta años de historia reciente de España”. Sus últimas palabras, pronunciadas con firmeza, han resumido el espíritu del acto: “Verdad, memoria, dignidad y justicia”.
También ha intervenido Pascual Grasa Sampietro, natural de San Pelegrín y guardia civil herido en el atentado contra la Casa Cuartel de Zaragoza en 1987. “Esa mañana me dirigía temprano a mi puesto, feliz, lleno de proyectos. Pero todo cambió sobre las 6:10, cuando unos fanáticos asesinos atacaron el cuartel con un coche cargado de explosivos, sabiendo que allí vivían familias enteras. Fue doloroso por mis heridas, pero aún más por los fallecidos y heridos”.
Grasa ha recordado que once personas fallecieron aquel 11 de diciembre y ha pedido a la sociedad que no olvide lo ocurrido. “Contamos con todos ustedes para que se dignifique la memoria de las víctimas, para que no caigan en el olvido ante el abandono Institucional que en algunos lugares se les somete. Que cesen las concesiones y privilegios a los terroristas, que se benefician de una generosa democracia, quedando impunes, en algunos casos, los mensajes de odio y ultraje a las víctimas, tratados por parte de la clase dirigente con pasividad y, en algunos casos, con tolerancia”.
Ha concluido agradeciendo el homenaje en Huesca: "Nos hacen sentir a las víctimas que no estamos solas. Os pedimos que nos sigáis apoyando, sobre todo a pedir justicia plena y a conseguirla, por los que ya no lo pueden hacer". Ha trasladado el afecto a quiene han participado "por no olvidar a todos los que dieron su vida por España".
"ACTO DE JUSTICIA, RECUERDO Y DIGNIDAD"
La alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, ha expresado que el homenaje no solo era una cita institucional, sino “un acto de justicia, de recuerdo y de dignidad”. "Porque las víctimas del terrorismo no son meras víctimas de un hecho atroz. Son también el símbolo de una sociedad que no se deja vencer por el miedo ni por la violencia", ha apuntado. En un discurso, Orduna se ha dirigido especialmente a las familias presentes. “Queremos mirar a los ojos de quienes hoy nos acompañan y deciros que no estáis solos. Que vuestro dolor es también el nuestro. Que vuestros seres queridos no han sido olvidados ni lo serán jamás”.
"Recordar es también proteger la verdad -ha continuado-. Una verdad que no puede ser manipulada ni relativizada. Una vedad que exige justicia y memoria. Y sobre todo, una verdad que nos recuerda que solo desde la unidad, la educación y el respeto podemos construir un futuro en el que nunca más el terror tenga lugar en nuestras vidas. Por eso, desde las instituciones, desde la sociedad civil, desde cada rincón de nuestro país, tenemos la responsabilidad de seguir defendiendo esa memoria".
Orduna ha agradecido a las familias por su dignidad y "especialmente, a las víctimas, por enseñarnos -incluso en su ausencia- la fuerza de la vida, la luz de la verdad y la importancia de no olvidar".
COMPROMISO DE LA SOCIEDAD CON LA VERDAD
La vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, ha cerrado el turno de intervenciones con un discurso que ha comenzado agradeciendo a la alcaldesa de Huesca y a los oscenses, "por elevar la dignidad y el recuerdo de las víctimas al conjunto de la sociedad".
“Nunca debemos olvidar que fue la sociedad española, concitada por las heroicas víctimas y por su sangre derramada, quien logró vencer a ETA. No fue ningún gobierno, que no nos engañen”, ha afirmado.
La vicepresidenta ha valorado que el gran compromiso tiene que ser el recuerdo. "El recuerdo de la defensa de los valores esenciales constitucionales, de los valores democráticos, del legado que generaciones anteriores nos supieron dejar y que una banda terrorista quiso quebrantar", ha trasladado.
Vaquero ha hecho un repaso de los atentados sufridos en Aragón, como el de Sallent de Gállego o el de la Casa Cuartel de Zaragoza, y de las víctimas aragonesas de ETA y ha subrayado que el compromiso con las víctimas debe ser permanente. “Las víctimas no son solo una estadística del pasado. Son la medida de la libertad", ha señalado.
La vicepresidenta también ha sido crítica con las cesiones políticas a herederos del entorno de ETA: “Hay homenajes a los terroristas, privilegios penitenciarios y la generosidad de la democracia, que no lo vamos a poner en cuestión, que hace que tengan representación institucional aquellos herederos de ETA que jaleaban y justificaban estos asesinatos y que hoy forman parte de la interlocución y sostienen parlamentariamente al Gobierno de España. Es la sociedad española quien es capaz de superar a todos los gobiernos -ha dicho-, quien tiene la fuerza del recuerdo y a quien debemos unirnos para conseguir seguir fortaleciendo esos valores democráticos".
Vaquero ha concluido su discurso esperando que los pétalos lanzados no sean un símbolo. “Tienen que ser el compromiso de Aragón con con la memoria y con la dignidad. Tienen que ser el compromiso con saber diferenciar quienes fueron víctimas y quienes fueron verdugos, quienes sufrieron y tienen aún cicatrices y quienes provocaron ese daño. Tiene que ser el compromiso con la verdad. No puede ser el relato que quiera pasar página blanqueando a aquellos que produjeron tanto dolor a Huesca, a Aragón y a España".
El acto ha estado acompañado en la parte musical por el Cuarteto Bolskan y el tenor de la Policía Nacional, Ángel Cortés.