Los navateros de la Galliguera afrontan su descenso más difícil por la sequía

Las Jornadas por el Río Gállego serán una gran fiesta por el descarte del pantano de Biscarrués, con actividades que culminarán el 7 de mayo

Periodista
19 de Abril de 2023
Presentación del descenso de navatas por el Gállego y las jornadas sobre el río.

Los navateros de la Galliguera afrontan este 23 de abril su descenso más complicado. La falta de precipitaciones y la previsión de un verano seco, hace que la Confederación Hidrográfica del Ebro no pueda soltar agua que aumente el caudal del río Gállego para esta tradicional actividad. Por eso, en lugar de con los 30 o 40 metros cúbicos de agua por segundo, serán 15, todo un reto para los almadieros, que creen que podrán culminar con éxito y para el que van a necesitar mucha pericia.

El XIX descenso de navatas, que se desarrolla de 11 a 13 horas entre Murillo de Gállego y Santa Eulalia de Gállego, coincide este año con la celebración de la declaración de Patrimonio Cultura de la Humanidad de la Unesco a esta actividad. Además, alrededor de esta cita, se ha creado un programa de actividades culturales y festivas que celebrarán la victoria del territorio en su lucha contra el embalse de Biscarrués, que culminan el 7 de mayo.

El amplio programa ha sido presentado este miércoles por Beatriz Calvo, consejera comarcal de Cultura y Deportes de la Comarca de La Hoya, Fran Fraguas, miembro de la Asociación de Nabateros d’a Galliguera, Juan Antonio Cuchí. presidente de la Asociación Amigos de la Galliguera, y Lola Giménez, portavoz de la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos.

Fraguas se ha referido a la situación del Gállego y ha señalado que va a ser el descenso “más técnico” que van a realizar los navateros. “Realizamos el reconocimiento el domingo pasado y creemos que lo podemos hacer y con seguridad, si bien va a precisar de toda la pericia de los navateros”, ha explicado. Por ello, se va a contar con el apoyo de los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza y del Club de Aguas Bravas de Murillo de Gállego, que también va a realizar el descenso con las dos embarcaciones para poder actuar si algún navatero se cayera al agua o ayudar a encauzar las embarcaciones si encallaran en las piedras.

WGabriel D’Buen, José Antonio Cuchí, Beatriz Calvo, Fran Fraguas y Lola Giménez.

Fran Fraguas ha señalado que, aunque normalmente se realiza el descenso con una navata de 3 trampos y una de 2, en esta ocasión la dificultad de la falta de agua ha llevado a optar por dos navatas de 2 tramos, y a reducir el número de navateros de los 6 habituales a 4 o 5 para aligerar peso. “Se suma la falta de agua a que tendremos menos fuerza en las navatas al contar con menos gente, pero, insisto, creemos que lo podemos hacer”, ha señalado.

Las dificultades se encuentran ya en la propia salida, pero sobre todo en el paso por el puente de Murillo de Gállego, donde el río discurre en diagonal, pero se accede recto “y hay que apuntar como un hilo entra en la aguja -ha descrito- porque hay piedras a derecha e izquierda”, y en medio del río, en la zona conocida como “la lavadora”, una recta en pendiente que luego gira a la derecha 90 grados, donde la embarcación puede ir a la orilla de la izquierda donde hay una piedras contra la que no es raro que choquen.

Fraguas ha recordado que la Asociación de Nabateros d´Galliguera nació en Biscarrués, pero “gracias al tiempo y el esfuerzo de muchos -ha añadido-, ahora estamos gente de Murillo de Gállego, de Santa Eulalia, de Ayerbe, de Riglos, de Huesca, con lo cual la comarca está bastante bien representada, lo cual nos llena de gozo”, al igual que la presencia de varias mujeres en el grupo.

Por otra parte, ha apuntado, “en estos tiempos de desmanes ecológicos, reivindicamos una forma de hacer las cosas respetuosa con el medio ambiente. A través de este oficio que representamos, ahora como una recreación lo que fue, se construyeron catedrales, palacios, la Armada Invencible, los galeones de las Américas, la flota española de las guerras napoleónicas, y todo se hizo respetando el medioambiente”.

TREINTA AÑOS DE LUCHA

Por su parte, Lola Giménez ha explicado que la pandemia no permitió celebrar los más de treinta años de lucha contra el pantano de Biscarrués, que fue definitivamente descartado por el Tribunal Supremo en 2020. Este año, las XIX Jornadas por el Río Gállego van a cubrir falta con “una fiesta de celebración de la vida, de que a partir de ahora vamos a poder seguir viendo, trabajando y apostando por el territorio sin esa amenaza de pantano”.

El primer fin de semana de celebración será el 29 y 30 de abril, cuando se visitará Riglos, Santa Eulalia de Gállego, Agüero y Murillo de Gállego para hacer un homenaje a las personas más implicadas de estas localidades en la lucha contra el pantano. Se contará con las actuaciones de Roberto Ciria y la Compañía Artística Osca, del Grupo de Jota y Danzas Santa Leticia de Ayerbe y de Javi López.

El siguiente fin de semana, del 6 y 7 de mayo, el sábado Ayerbe acogerá unas jornadas de plantas medicinales y el homenaje a los luchadores contra el pantano, que contará con las actuaciones del Orfeón Reino de los Mallos y Kike Lera. Por la noche se celebrará una velada “fluviofeliz” en Biscarrués.

El domingo, el cementerio de Erés acogerá un acto de recuerdo a Mariano Cabrero “y todas las personas que nos han acompañado en esta lucha y que han fallecido”, ha dicho Giménez, y siguiendo con este reconocimiento, se reunirá en Biscarrués a quienes se opusieron a Jánovas, Santaliestra, Yesa, Mularroya, y “compañeros de otras luchas que en los años 80 fueron capaces de organizarse”, del movimiento ecologista, los fundadores de Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos... Se espera a unas 400 personas a la comida posterior, a que que seguirá por la tarde la actuación de la Ronda de Boltaña.

“Todo el esfuerzo hecho de muchas personas a lo largo de estos años tiene una proyección al futuro mucho más positiva que la mera oposición a obra inútil. Y con esta fuerza que tenemos que tirar a un mejor desarrollo sostenible de nuestro territorio”, ha remarcado Cuchí.

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