Un paciente atendido durante entre uno y dos años por el oncólogo del Hospital Universitario San Jorge de Huesca inhabilitado, y que prefiere mantener su anonimato, asegura haberse quedado profundamente sorprendido al conocer que el profesional había sido apartado de su labor asistencial. Explica que, cuando dejó de atenderle, solo le comunicaron que estaba de baja, sin ninguna otra explicación. A partir de ese momento, su seguimiento pasó a una oncóloga, un cambio que sitúa a comienzos del verano.
De su experiencia con el médico, afirma que siempre le pareció “muy agradable y empático” y que mostraba disposición para adaptar los tratamientos cuando él expresaba dudas acerca de los efectos secundarios. Recuerda, por ejemplo, que en una ocasión ambos decidieron no administrar un fármaco porque podía provocar hipertensión, mientras que otra especialista sí consideró necesario aplicarlo más adelante.
El paciente asegura que no ha sufrido lesiones ni efectos adversos inusuales y que sus revisiones se desarrollaron dentro de la normalidad clínica. Señala que desconoce por completo cuáles son los hechos investigados y que cualquier valoración que pueda hacer sobre posibles causas sería una especulación personal.
Ha añadido que la semana pasada recibió una citación judicial en la que aparecía como perjudicado por un caso de lesiones y homicidio imprudente, y le cominaba a presentarse en el Juzgado de Instrucción número 3 de Huesca la próxima semana. La recepción de ese documento le generó también estupor, porque no entendía a qué podía referirse ni podía relacionarlo con ningún episodio ocurrido en su entorno. Solo tras la difusión oficial del caso este viernes ha comprendido que esa citación estaba vinculada a su historial como paciente.