El 23 de octubre, una visita a la zona de San Julián de Banzo y Barluenga permitió hacer una estimación de la mano del zahorí José Antonio Gracia: se pierden 144.000 litros diarios de la que es considerada, por sus cualidades, la mejor agua de boca de Huesca.
José Antonio Gracia lleva muchos años advirtiendo de la fuga a de agua de boca excepcional, la de los manantiales y pozos de San Julián de Banzo. La mejor de las tres que abastecen tradicionalmente a Huesca en esa trinidad suministradora con Vadiello y Las Paulesas, mientras en la capital bebemos de Valdabra un líquido que ni es inodora ni insípida en su estado ideal. Con Vadiello todavía en 1,74 hectómetros cúbicos, esto es, un 11,22 % de los 16 hectómetros de capacidad.
El mal estado de tuberías y sifones merma las posibilidades de suministro desde San Julián de Banzo, para alivio de los jabalíes que aprovechan las pérdidas embalsadas en los campos en los que beben todas las noches. El mismo curso de agua desaprovechada que apreciábamos en octubre ahora ha aumentado claramente su caudal. Aquel día, con un cálculo sencillo, constatábamos que un pozal de 10 litros se llenaba en 6 segundos, en un minuto 100, en una hora 6.000. En un día, 144.000 litros. Es evidente que ese volumen se ha incrementado, y no hay más que comparar los dos videos, el original y el de mes y medio después. Como señala el zahorí, hay que duplicar la estimación porque la toma estaba en el centro del riachuelo, y por los lados hay otro tanto. Más de mil personas podrían beber agua de San Julián de Banzo.
Arquetas abiertas por rotura, sifones en mal estado, deficiencias en canalizaciones y, de momento, sin noticias de intención alguna de solventar una pérdida sin sentido. Y el Plan de Restitución de Montearagón sin ejecutar. De momento, agua de cerrajas.
