La presidenta del barrio de Santo Domingo y San Martín, Baldesca Oliván, ha manifestado la preocupación de los vecinos de esta zona de Huesca por los altercados en el Paseo Ramón y Cajal. Según ha declarado, los residentes están "muy inquietos" por los problemas de seguridad y, por ello, la junta vecinal se pondrá en contacto con la policía local para conocer con detalle las actuaciones previstas y las medidas que se implementarán.
Oliván ha subrayado que los conflictos no solo afectan a quienes los protagonizan, sino también a vecinos y personas que transitan por la zona, ya que el Paseo Ramón y Cajal es una arteria principal de la ciudad. Señala que esta situación genera malestar entre los residentes y transmite una sensación de inseguridad que “no debería producirse” en un entorno urbano tan concurrido.
Los vecinos admiten sentirse inseguros al transitar especialmente cuando quieren acceder a unos establecimientos comerciales que se encuentran ubicados entre bares. Allí se encuentran con frecuencia con peleas, insultos e incluso vejaciones a personas mayores.
En cuanto a las posibles soluciones, Oliván recuerda que la junta vecinal carece de competencias para actuar directamente sobre los locales conflictivos y que su cometido no es decidir su cierre, responsabilidad que recae en el Ayuntamiento y en las fuerzas de seguridad. Eso sí, asegura que la asociación apoyará a todos los vecinos que tengan problemas.
INTERVENCIÓN POLICIAL
La Policía Local de Huesca ha intensificado su presencia en el Paseo Ramón y Cajal tras los incidentes recientes. Cuatro coches registraron este lunes un bar del que salió el pasado viernes el agresor de dos agentes -de los cuales uno de ellos sufrió heridas de gravedad-, y que había cometido cinco delitos en dos semanas: lesiones, atentado a la autoridad y quebrantamientos de órdenes de alejamiento de una menor de edad a la que también había agredido.
El agresor estaba en libertad con cargos y se encontraba nuevamente en el mismo bar con total tranquilidad, incluso encendiéndose un cigarro en presencia de los policías.
A las 20:45 horas, los cuatro vehículos policiales con más de diez agentes realizaron un registro del establecimiento dentro de las atribuciones de la Ley de Seguridad Ciudadana, identificando a personas en el exterior y revisando el interior en busca de elementos o sustancias susceptibles de ser requisados.
La intervención se desarrolló con profesionalidad y calma, pese a que algunos de los registrados mostraban actitudes desafiantes. Durante la identificación se constataron antecedentes penales, utensilios para el consumo de sustancias estupefacientes y una averiguación de domicilio emitida por un juzgado. El bar había pasado una inspección de sanidad hace dos meses sin incidencias.
