Natalia Rastrojo se vio sorprendida este jueves en Zaidín por la tormenta de granizo que cayó en algunas zonas de las comarcas del Bajo Cinca y La Litera y confiesa que lo pasó mal. Se encontraba en su explotación ganadera, paseando con el perro, cuando escuchó un ruido. Hasta entonces no llovía. "Oí un 'pum', al momento varios 'pum' más y vi caer piedras como pelotas de tenis. Corrí hacia el coche, que lo tenía cubierto, y conseguí meter el perro en el maletero", explica.
El pedrisco agujereó el tejado de las granjas. Después empezó a caer más agua y el granizo cada vez era más grande. Llegó a tener hasta tres centímetros de diámetro. Fueron unos quince minutos interminables.
Natalia confiesa que pasó miedo, porque la piedra era realmente grande. "Si le llega a dar a alguien en la cabeza, podría haberlo matado, caía con mucha fuerza".
Los vehículos no sufieron daños, porque los pusieron a cubierto cuando advirtieron que se acercaba una fuerte tormenta. Sin embargo, los tejados de las naves tendrán que ser reparados. Natalia ha contado hasta 40 agujeros.