El nuevo tramo de la autovía A-22 entre Siétamo y Huesca quedará inaugurado este miércoles, 1 de octubre, con la presencia del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. La puesta en servicio llega siete años después de su inicio y supone el cierre definitivo del corredor entre Lérida y la capital oscense, un proyecto que ha necesitado un cuarto de siglo para completarse.
Con sus 12,76 kilómetros de longitud -los últimos cuatro como desdoblamiento de la N-240, actual Ronda Norte de Huesca-, el tramo incluye un nuevo enlace en Loporzano y la adaptación de otros tres (Montearagón, Centro de Ronda Norte y Oeste de Ronda Norte). La infraestructura incorpora además 16 estructuras, entre ellas los viaductos sobre los ríos Botella y Flumen, pasos superiores e inferiores y una pasarela de madera.
La autovía ha sido diseñada para velocidades de 120 km/h hasta el punto kilométrico 4,020 y de 100 km/h hasta el final del trazado, con doble calzada de dos carriles, arcenes exteriores de 2,50 metros, interiores de 1 metro y una mediana de 10 metros.
La apertura del Siétamo-Huesca supone el broche a una obra largamente reclamada, un retraso que simboliza la larga espera en la conclusión de esta autovía y que ha convertido la A-22 en un claro ejemplo de la lentitud en la ejecución de infraestructuras estratégicas en Huesca, con el eje del Ebro que recorre Lérida, Huesca, Jaca y Pamplona, en la A-22, que ahora se completa, y la A-23 y A-21 con tramos pendientes.
