Treinta años después de Bosnia: Huesca recuerda la primera misión internacional de sus soldados

Los actos conmemorativos del 30º aniversario incluyen reencuentros, una exposición y un concierto de la Unidad de Música de la Inspección General del Ejército

Periodista
13 de Noviembre de 2025
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Imagen de la exposición “Misión Bosnia. La ruta de los españoles”.
Imagen de la exposición “Misión Bosnia. La ruta de los españoles”.

Treinta años después de que las primeras unidades militares de la provincia partieran rumbo a Bosnia para llevar la paz, la Subdelegación de Defensa de Huesca rendirá homenaje a los integrantes de la misión de Bosnia-Herzegovina, la primera operación internacional con despliegue operativo del Ejército español. Los actos se celebrarán del este próximo viernes y sábado con motivo del 30º aniversario de la Agrupación Táctica Aragón (SPABRI I), integrada principalmente por efectivos de la Brigada de Cazadores de Alta Montaña, con base en Barbastro, Huesca, Sabiñánigo y Jaca, que participó con la Agrupación Táctica Aragón.

El programa ha sido presentado este jueves por el subdelegado de Defensa en Huesca, coronel Rafael Matilla, acompañado por el coronel Jaime Marqueta, presidente de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil en Huesca.

Rafael Matilla y Jaime Marqueta, durante la presentación de los actos.
Rafael Matilla y Jaime Marqueta, durante la presentación de los actos.

Las jornadas conmemorativas comenzarán el viernes 14 con un encuentro privado en la Asociación de Vecinos de San Lorenzo. Se prevé la asistencia de unos 340 antiguos componentes de la brigada española, que no se reencontraban desde hace tres décadas.

El sábado 15 tendrá lugar una ceremonia religiosa en la parroquia de San Lorenzo, en la que se recordará los dos miembros de la unidad fallecidos en accidente en Bosnia, el sargento Enrique Veigas y el soldado Sergio Fernández, así como de los 23 militares españoles que perdieron la vida durante las 37 rotaciones de la misión. Oficiará el acto uno de los capellanes castrenses que acompañó al contingente en 1995.

Posteriormente, a las 12.30 horas, se inaugurará la exposición “Misión Bosnia. La ruta de los españoles”, que permanecerá abierta al público hasta el 24 de noviembre. La muestra, instalada en la sede de Fundación Ibercaja, permite conocer de cerca cómo se desarrollaron las misiones. Además, en la sala se proyecta el excepcional documental de Eugenio Monesma, que recoge la visita de una semana de oscenses a Bosnia, que tenía como objetivo llevar la cena de Nochebuena en 1995 por parte de la Asociación de Hostelería de Huesca. El presidente de la asociación era entonces Ángel Mas -que también participará en los actos- y que acudió junto a otros hosteleros como Lorenzo Acín, Adolfo Ibáñez y Juan José Escanero, además de Os Mainates y Felipe Rico.

Imagen del documental realizado en Bosnia por Eurgenio Monesma.
Imagen del documental realizado en Bosnia por Eurgenio Monesma.

La jornada culminará con una comida de hermandad en el Palacio de Congresos, que reunirá a más de 440 asistentes, entre ellos antiguos alcaldes de Huesca y Barbastro de 1995, Luis Acín y Rafael Fernández de Vega, junto a autoridades actuales como la alcaldesa Lorena Orduna y la vicepresidenta de la DPH, Celsa Rufas, además de concejales y diputados.

El sábado por la tarde, a las 18:00 horas, tendrá lugar uno de los actos más esperados: un concierto de la Unidad de Música de la Inspección General del Ejército, en el Palacio de Congresos, con entrada gratuita. Esta formación, con sede en Barcelona, ya ha actuado en otras localidades de la provincia, y en esta ocasión lo hará en la capital altoaragonesa coincidiendo con la conmemoración del 30º aniversario de la misión en Bosnia.

Las entradas pueden retirarse en la Subdelegación de Defensa de Huesca de 9.00 a 14.00 este viernes, y, si quedaran disponibles, también una hora antes del inicio del concierto, en el propio Palacio de Congresos.

El recital cuenta con un programa que combina música popular, canción española, zarzuela y piezas militares, acompañado de imágenes y vídeos. “Es un concierto que no deja indiferente -ha señalado Matilla—; el público siempre sale muy satisfecho”.

"UNA OPERACIÓN MUY DIFERENTE"

El coronel Rafael Matilla ha recordado que la misión en Bosnia-Herzegovina fue “una operación muy diferente a las anteriores”, ya que por primera vez España mandaba unidades operativas de esa entidad, como era una agrupación táctica y luego sería una brigada”. 

La participación española se enmarcó en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que dio origen a la fuerza de protección desplegada en Bosnia y Croacia, a la que se sumaron 35 países. Tras la salida del primer contingente español -la Agrupación Táctica Málaga-, le llegó el turno a la Brigada de Cazadores de Alta Montaña, con base en Huesca, que formó la Agrupación Táctica Aragón, integrada por militares destinados en Barbastro, Sabiñánigo, Jaca y Huesca, además de un escuadrón de caballería procedente de la Brigada de Castillejos, en Zaragoza.

“Nos preparamos en el acuartelamiento de Jaca y en el campo de maniobras de San Gregorio”, ha recordado. Los primeros desplazamientos comenzaron el 23 de octubre de 1995, desde el aeropuerto de Zaragoza con destino a Split (Croacia), y desde allí las unidades se distribuyeron por los distintos destacamentos en territorio bosnio.

Poco después, en diciembre de 1995, la firma de los Acuerdos de Dayton por parte de los presidentes de Croacia, Serbia y Bosnia transformó el carácter de la operación. “Pasó de ser una misión de mantenimiento de la paz y ayuda humanitaria a una de imposición de la paz, encargada de aplicar los acuerdos alcanzados”, ha explicado Matilla.

La Agrupación Aragón fue entonces reforzada con más unidades, entre ellas la Batería de Artillería de Huesca, que se desplegaba fuera de España por primera vez en muchos años. “Pasamos a componer lo que será la Brigada Aragón nº1, que realizará su misión durante cuatro meses.  Tuvimos durante la misión dos fallecidos en accidente, el sargento Enrique Veigas y el soldado Sergio Fernández. A finales de mayo finalizamos la misión”.

Imágenes recogidas en la exposición de la Subdelegación de Defensa en Fundación Ibercaja.
Imágenes recogidas en la exposición de la Subdelegación de Defensa en Fundación Ibercaja.

El coronel ha subrayado que el despliegue fue “un gran éxito, no solo para la Brigada Aragón, sino para todas las agrupaciones españolas que participaron en Bosnia a lo largo de 37 rotaciones”. Durante más de quince años, las Fuerzas Armadas españolas se relevaban en los Balcanes hasta que la misión pasó a depender de la Unión Europea.

“Bosnia-Herzegovina es hoy un país que vive en paz. Tiene sus tensiones, pero es aspirante a entrar en la Unión Europea. Las secuelas materiales de la guerra han desaparecido; las humanas tardan más en curarse”, ha afirmado Matilla.

El subdelegado de Defensa también ha recordado su propia participación como capitán de la compañía de transmisiones, responsable de que funcionara el mando y control entre los destacamentos, entre los convoyes, que el general y su Estado Mayor pudieran ejercer el mando”.

 “Fue una experiencia profesional y humana muy intensa. Mandaba 110 hombres, y afortunadamente, las dos veces, volvimos todos”, destacó. Entre sus recuerdos más significativos figura la instalación de terminales satélite que permitieron a los soldados hablar con sus familias cinco minutos cada cuatro o cinco días. “Fue una acción que era muy reconfortante para nuestros soldados y también para las familias”, ha comentado.

LABOR HUMANITARIA

Más allá de la misión militar, los soldados altoaragoneses llevaron consigo ayuda y esperanza. “Apoyamos en todo lo posible a la población civil, al sistema sanitario colapsado y a las escuelas”, recuerda el coronel Marqueta, quien fue jefe del Estado Mayor de la brigada. "Pertenecíamos a una división multinacional, cuyo general era francés, y fue muy enriquecedor el convivir con otros ejércitos y comprobar que nosotros, que éramos un ejército nuevo en aquellas misiones, cumplíamos igual o mejor".

“Enseñábamos a los niños a reconocer minas, y ayudamos a una monja que cuidaba a niños huérfanos: entre todos los soldados le compramos una lavadora”, ha comentado entre otras acciones, principalmente sanitarias. "Nuestras unidades ayudaron a recuperar los servicios como el agua y, por supuesto, en sanidad, porque su sistema estaba colapsado. Nuestros médicos siempre tenían las puertas abiertas".

Durante los meses de misión, los militares españoles protegieron convoyes de ayuda humanitaria hacia Sarajevo y Mostar, escoltaron al personal internacional y facilitaron el intercambio de prisioneros y de cadáveres. “Era impresionante ver la destrucción y el sufrimiento, pero también la gratitud de la gente”, recuerda Marqueta.

"He ido dos veces a Bosnia y es impresionante encontrarte con la gente -ha relatado Marqueta-, algunos que incluso hablan español porque aprendieron con nuestros soldados. Cuando se enteraban de que había estado allí, me abrazaban y agradecían nuestra presencia, porque de algún modo paliamos sus necesidades, tanto de medicamentos como de comida, y como apoyo moral, además haber parado la guerra. Es un orgullo para un español llegar allí y que te abracen". 

La huella española sigue viva: en Mostar hay una Plaza de España, "en agradecimiento a los soldados españoles. Un monolito recuerda los nombres de los 23 fallecidos de las agrupaciones y un intérprete", ha trasladado Matilla. 

El subdelegado de Defensa ha subrayado la importancia de recordar. “Ningún país está exento de caer en la guerra. Yugoslavia era un país moderno y europeo, y el auge de los nacionalismos y la crisis económica lo llevaron al desastre. ”Esta misión es un ejemplo de que hay que tener cuidado con no caer en agravios y ofensas, porque va escalando y se puede llegar al conflicto", ha recordado.

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