María Luisa Álvarez, directora general de Fedepesca (Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados), desprende tanta pasión por el sector al que sirve que siente profundamente cada pérdida de una pescadería tradicional como la que esta pasada semana se anunció de Paco Delgado en Huesca. Desde su puesto, esta ferrolana, economista, apela a la necesidad de reforzar las campañas y las políticas para recuperar uno de los puntales de la Dieta Mediterránea, Patrimonio de la Humanidad, que forma parte de nuestra cultura.
María Luisa Álvarez, que hace unos meses recibía de manos del ministro Planas la Encomienda del Mérito Pesquero, combina en su discurso los datos macro y las situaciones concretas. Recuerda un demoledor dato del Instituto Nacional de Estadística: "Ahora mismo hay 10.000 pescaderías en España, cuando en 2007 eran 15.000. Es un dato muy negativo para nuestro país, que es lo mismo que ha sucedido en Huesca, que ha pasado en unos años de 18 a 3". De nuestra tierra, está informado por el único integrante de Fedepesca, Fernando Mompradé, incorporado a tareas directivas recientemente.
"No nos damos cuenta de lo que estamos dejando. El consumo de pescado es patrimonio, es cultura, es gastronomía y es nutrición. Es identidad en la alimentación. Y la favorecen quienes dedican tanto esfuerzo a propiciar la compra, a alimentarnos, a la gestión de los suministros, a los elaborados, somos un país en el que la pesca ha tenido tradicionalmente una gran importancia en los hogares y en la economía global. Un sector que ha sabido transformar para conservar y hacerlo con todas las garantías", añade la directora general de la Federación.
Asume aspectos como el poder adquisitivo y el relevo generacional, que es un problema muy importante. Pero, a este respecto, denuncia que "uno de los más graves hándicap que tenemos es la discriminación clara de la Formación Profesional pública, hasta el punto de que no ha tenido ninguna titulación este sector hasta 2018. Las políticas de empleo y de educación no se entienden porque discriminan un sector cuya producción y distribución emplean a un millón de personas".
Respecto a los cambios socioeconómicos que se han producido en los últimos lustros, Luisa Álvarez rechaza el concepto de que el precio sea un obstáculo, "porque el propio sistema de fijación de precios mediante subasta hace que fluyan pero siempre hay un pescado, una caballa, o un chicharro, que tienen unas propiedades nutricionales magníficas, que pueden estar en cada casa".
Alude a la capacidad de las empresas del sector de adaptarse en circunstancias poco propicias. "La pesca es una actividad costosa, que exige tecnología, que ha de mantener la cadena del frío en todo momento, con un transporte especializado. Y ha padecido en los últimos años una subida del Salario Mínimo Interprofesional del 80 %, No se ha repercutido y las empresas han soportado una pérdida de valor del 35 %".
La metamorfosis de las formas de consumo requieren, a juicio de la directora general de Fedepesca, "que haya un fomento comercial del pescado, que sean las instituciones las que con el sector alcancen un acuerdo para incentivar el consumo, porque estamos en unos tiempos en los que se está subcontratando la cocina en la práctica. Hay que empezar por las escuelas, porque estamos ante una generación que no sabe nada de nutrición, no se les explica lo que es una cocina buena y los efectos que tiene para su salud y para su cultura". Una época en la que la "deliverización" alcanza unos niveles inquietantes.
REBAJAR EL IVA
Para estimular el consumo y la accesibilidad al pescado, Luisa Álvarez reivindica como primera providencia la rebaja del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). "Rebajarlo o eliminarlo del pescado. Está gravado con el 10 % un producto que es recomendado científicamente por sus efectos beneficiosos para la salud. Hay otros alimentos básicos que están al 4 %, que es lo mínimo que reclamamos. Y en muchos países de la Unión Europea está al 0".
Incide además en un argumento poderoso: "Hay que tener en cuenta lo que repercute en la salud y lo que se ahorran los consumidores con una buena nutrición rica en pescado. Y lo que se ahorra la Sanidad por la minimización de las enfermedades. Son claves la Sanidad y la Educación".
Se estima que la eliminación del IVA supondría 550 millones de euros, mientras las enfermedades por una mala nutrición representan un gasto de 15.000 millones de euros. "por patologías como la diabetes, la obesidad o la hipertensión. Es un problema social y económico de primer orden, una oportunidad para una alimentación saludable".
Apasionadamente, sostiene que hay que recuperar el consumo de pescado con campañas de promoción y con una defensa de la cocina propia desde las escuelas. "Somos de los países más longevos del mundo y es fruto de esa suerte que tenemos que es la Dieta Mediterránea, una de las tres del mundo que es Patrimonio de la Humanidad. No puede ser que seamos un país donde se aumenten las estadísticas de población con sobrepeso, cuando en nuestra cultura lo tenemos todo para una alimentación saludable".
Se apoya en el cardiólogo Guillermo Aldama, una de las inspiraciones y embajadores de Fedepesca, que aduce que los pescados "ayudan a prevenir y mitigar complicaciones coronarias y mejoran nuestra calidad de vida”. Enfatiza Luisa Álvarez en que, como suele espetar el propio experto, "la fuente de la eterna juventud es el pescado, con unas cualidades únicas para la salud cardiovascular".
La directora general de Fedepesca estima imprescindible una coordinación en la que el pescado tenga el papel que exige en la Estrategia Nacional de Alimentación, con un tratamiento transversal entre educación, cultura y salud, siguiendo paradigmas como el de Japón donde la educación nutricia es básica hasta el punto de que la adquisición de pescado es altísima. Recuerda que los 200 euros de media en consumo de pescado en España es claramente insuficiente. "No se puede sacar como excusa el precio, hay varios productos que pueden estar a cuatro o cinco euros el kilo, que son azules y plenamente saludables. Hay una especie para cada bolsillo".
Reconoce que el sector de las pescaderías tradicionales está rodeado de competencia. Por un lado, de las grandes superficies comerciales. Por otro, la hostelería, y especialmente aquella que no es capaz de concebir que puede apostar por la calidad sin que el precio sea impedimento, pensando en el placer y la salud de sus clientes. "Este sector es capaz de abastecer todos los canales, vendiendo con garantías y reiterando siempre que, como dice la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, el pescado es buenísimo y hay que afianzar su presencia en las mesas".