“1985, el año que sí nevó”: Víctor Ibáñez retrata en 400 imágenes una Huesca llena de historia, frío y transformación

La exposición inaugurada en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner es un viaje visual por los acontecimientos que marcaron a la ciudad hace cuatro décadas

Periodista
11 de Julio de 2025
Guardar
Víctor Ibáñez expone “1985, el año que sí nevó”

Entre "kilos de negativos", el fotógrafo Víctor Ibáñez ha seleccionado unas 400 imágenes para dar forma a la exposición ‘1985, el año que sí nevó’, que se ha inaugurado este viernes en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner y que permanecerá abierta hasta el 31 de agosto. La muestra, convertida ya en una cita tradicional del prelaurentis oscense, reúne instantes de una ciudad que, hace ahora cuarenta años, vivió grandes nevadas, acontecimientos históricos, hitos deportivos, avances sociales y también episodios dolorosos.

A la inauguración asistieron la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, la concejala de Cultura, Sonia Latre, los concejales Silvia Salazar y Ramón Lasaosa, la técnico de Cultura, Pilar Barrio, y muchos amigos pese al calor porque no funcionaba el aire acondicionado.

En la apertura, Pilar Barrio ha recordado que Ibáñez organiza esta cita anual desde que en 2013 recibió la Parrilla de Oro de la ciudad. Barrio definió la muestra como “entrañable y tradicional”, una mirada al pasado que es ya parte del calendario sentimental de los oscenses.

20250711 190503
Inauguración de la muestra de Víctor Ibáñez. Foto Mercedes Manterola

La alcaldesa ha valorado la exposición que es “historia de nuestra maravillosa ciudad”, centrada en 1985, un año que fue fructífero para Huesca. Tras destacar el trabajo del Víctor Ibáñez y todos lo que han hecho posible esta muestra, ha agradecido a su hijo Nestor que hubiera querido acompañar a la muestra, que le permite “conocer el pasado de esta gran ciudad por la que mucha gente ha trabajado para vosotros, y los que estamos aquí -ha añadido- vamos a hacerlo sin duda para dejaros la mejor ciudad del mundo”.

LA NIEVE QUE ABRIÓ EL AÑO

A diferencia de ediciones anteriores, centradas en temáticas transversales, este año todas las imágenes pertenecen a un solo año: 1985. El título de la muestra, ‘El año que sí nevó’, hace referencia a las dos grandes nevadas que ese invierno cubrieron la ciudad y a las bajísimas temperaturas, que llegaron a bajar hasta los -18 grados.

“Eso fue frío de verdad. Yo nunca lo había sentido así”, ha recordado Ibáñez. Y entre esas imágenes de nieve destaca una que le resulta muy especial: las palomas de la plaza Navarra guareciéndose bajo los bancos para protegerse del temporal.

Más allá del rigor del invierno, 1985 dejó una larga lista de hitos que Ibáñez capturó con su cámara de reportero gráfico y su memoria. Aquel año, los Danzantes de Huesca viajaron a Roma para rendir homenaje a San Lorenzo, en un acto que han repetido precisamente este 2025, cuatro décadas después. También se inauguró en la provincia el primer templo budista de Aragón, que todavía sigue activo.

El deporte fue otra gran fuente de emoción: el Peñas Huesca, en la entonces llamada División de Honor, jugaba de tú a tú con clubes como el Joventut, el Zaragoza, el Barcelona o el Real Madrid, y los derrotó a todos en el Palacio de los Deportes. “Era una gozada y la gente disfrutaba muchísimo”, ha rememorado Ibáñez.

Pero no todo fueron buenas noticias. Ese año, Huesca se conmocionó con el asesinato de Marieta Pérez, una mujer muy conocida que fue asesinada durante un robo en su casa, ha recordado el fotógrafo.

1985 fue también un año de grandes cambios en la fisonomía de la ciudad y su entorno. Se aprobaron importantes obras como los riegos de Los Monegros, que permitieron llevar agua más allá de la sierra de Alcubierre, y se iniciaron las obras de la Ciudad Deportiva de Huesca. También comenzaron los trabajos para construir el nuevo edificio de la Diputación Provincial sobre el solar del antiguo convento de los Porches, derribado en 1985. El nuevo inmueble se inauguraría dos años después.

BB
Exposición de Víctor Ibáñez en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner. Foto Mercedes Manterola

UN ARCHIVO PERSONAL QUE YA ES PATRIMONIO COLECTIVO

Organizado cronológicamente, el archivo de Ibáñez es un tesoro en imágenes de la vida oscense, que cada año vuelven a la luz en el Centro Cultural Manuel Benito. “Si necesito echar mano de fotos, no tengo más que irme al archivo y escanear kilos de negativos. Lo digo por kilos porque son muchísimos negativos”, ha explicado. En la muestra se exhiben alrededor de 400 fotografías, entre las impresas y las proyectadas, y en ellas hay desde escenas cotidianas hasta momentos extraordinarios, como un recital en la cárcel o el inicio de los simulacros en colegios con una foto que recoge a las familias llorando alertadas porque algo estaba pasando en el centro y no sabían nada de sus hijos e hijas.

Entre las imágenes que ha destacado Víctor Ibáñez figura la del conflicto por la presa de Lanuza. En aquel año, la altura prevista de la presa amenazaba con inundar el cementerio de Sallent de Gállego. Para evitarlo, se vertió una losa de cemento sobre las tumbas. "Los vecinos de Sallent se enfadaron mucho, con razón. Un día que llovía y que el agua subía sin parar, se fueron a la presa, asaltaron las instalaciones y abrieron las compuertas, con el riesgo que eso suponía aguas abajo. Pero ellos no querían que su cementerio quedase debajo del agua", ha relatado Ibáñez. Al final, llegaron a un acuerdo y se exhumaron los cuerpos para trasladarlos al nuevo cementerio. "El caso fue noticia nacional -ha recordado-, la gente del pueblo intentando librar a sus difuntos de una inundación. En Huesca habían inundado todos los pueblos, pero a los muertos no. Los vecinos decían: vale que nos inunden las tierras, pero que nos inunden a nuestros antepasados...".

“Primero animo a que arreglen el aire acondicionado, porque estamos un poco mal”, ha comentado Ibáñez, antes de destacar la importancia de visitar la muestra. “Es muy interesante porque nos cuenta cómo se vivía en Huesca, qué le interesaba a la gente: las obras, el deporte, la cultura…”.

‘1985, el año que sí nevó’ no es solo una colección de imágenes, es un viaje emocional por la historia reciente de la ciudad, un homenaje a quienes la construyeron y una puerta abierta a la memoria. Para quienes lo vivieron, una invitación a recordar; para los más jóvenes, una oportunidad única de descubrir una Huesca que sigue viva en cada fotografía.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante