En el recogido y evocador Teatro Le Figuier Pourpre, cada mañana de julio (excepto los miércoles), se alza una pequeña revolución silenciosa: Si Fou Mi !, el espectáculo que el Gavarnie Ensemble -dúo fundado en París en 2017 por las hermanas oscenses Ana y Carmen Mainer Martín- presenta con una delicadeza tan sutil como afilada.
La propuesta, lejos de ser un simple concierto, se desarrolla como un juego escénico que borra con elegancia las fronteras entre la danza, la música de cámara y el mimo. Las reglas del juego son claras: no hay partituras visibles, las manos (musicales) tienen normas propias, y si todo falla, será el destino –o mejor dicho, un “chifoumi”– quien decida. Como una metáfora de la vida, este código lúdico revela una profundidad inesperada.
El repertorio, que fluye con la naturalidad de una conversación íntima entre dos cómplices, abarca desde Vivaldi hasta Falla, pasando por Ravel, Rossini, Bizet, Debussy, Strauss o Ponchielli. Pero los nombres son apenas un punto de partida: lo que ocurre en escena es una transformación radical de lo conocido. En manos de estas dos intérpretes, las obras son despojadas de rigidez y revestidas de teatralidad, humor y ternura, gracias también a los arreglos musicales de Ana Mainer, que reescribe los textos sonoros con sutileza y frescura.
Formadas ambas en el Conservatorio Superior de Música de Aragón y con una trayectoria académica y profesional consolidada entre España, Bélgica y Francia, Ana y Carmen no sólo interpretan: encarnan la música. La flauta de Ana, moldeada por su formación escénica en danza contemporánea y teatro, es una prolongación expresiva de su cuerpo, mientras que el fagot de Carmen, profundo y versátil, se convierte en interlocutor, contrapeso y espejo. Las dos dialogan, se desafían y se acompañan en una coreografía de sonidos y silencios dirigida por Elsa Marquet-Lienhart, en una puesta en escena que rehúye el artificio para centrarse en lo esencial: la presencia, la escucha, el riesgo.
La luz, diseñada con precisión por Alain Igonet, actúa como un tercer personaje, envolviendo los gestos y las respiraciones en una atmósfera que recuerda a ciertos lienzos impresionistas, donde todo parece nacer y desvanecerse con un ritmo orgánico. La dirección escénica de Gavarnie Ensemble y Elsa Marquet-Lienhart mantiene la tensión sin nunca forzar el ritmo: cada momento parece brotar de la propia dinámica del dúo.
Pero más allá de su maestría técnica, reconocida ya en discos anteriores por Carmen Mainer en el sello Brilliant Classics, lo que asombra es la coherencia y madurez de una propuesta que no busca brillar por exceso, sino seducir por la elegancia del gesto justo. Su reciente álbum Si Fou Mi !, publicado en 2024, recoge esta misma esencia, pero verla desplegarse en vivo es asistir a un acto de creación continua.