El Festival Internacional de Cine de Huesca ha acogido este domingo un “Vermú Violeta”, un encuentro que ha servido para visibilizar la desigualdad que todavía sufren las mujeres en el sector audiovisual. Representantes de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) en Aragón han conversado con la directora de la Muestra de Cine Realizado por Mujeres, Chus Fenero, sobre los retos del presente y del futuro, como presupuestos más bajos, la dificultad para acceder a puestos técnicos y de dirección, los prejuicios, la falta de referentes y el necesario trabajo con las nuevas generaciones.
Las protagonistas del encuentro han sido Marta Cabrera y Aurora Lago, delegada y delegada suplente de CIMA Aragón. Ambas cineastas han compartido su experiencia personal y profesional, y han defendido el papel transformador de esta asociación, que acaba de poner en marcha su delegación territorial. “Aporta cercanía, permite tener un contacto mucho más directo que nos ayuda a estar más unidas y a conseguir más oportunidades”, ha explicado Aurora Lago. “Parece que CIMA estuviese dirigido a productoras, directoras y guionistas, pero no es así, es una asociación que intenta abarcar todos los puestos del sector”, ha añadido Marta Cabrera.
Una de las cuestiones más reiteradas ha sido la brecha en el acceso a los recursos económicos. "El hecho de ser directora implica que tienes una complicación añadida a la hora de acceder a la financiación. Los presupuestos destinados a películas producidas y dirigidas por mujeres son la mitad, y con eso hay que apañarse”, ha denunciado Cabrera. Ha citado también la temática de las películas dirigidas por mujeres. "¿Por qué hacen películas más intimistas? Porque son más baratas. No es que no sepan hacer una peli con grandes efectos especiales, es que no les llega el presupuesto”.
En esta línea, Aurora Lago también ha cuestionado el estereotipo de “cine de mujeres”. “Ese concepto se asocia con entorno rural, relaciones familiares, pocos personajes... pero eso es porque tienes la mitad de presupuesto. No significa que no contemos historias muy bonitas y que están contadas de manera fantástica, pero podemos hacer muchas más cosas”.

La falta de referentes en ciertos puestos técnicos también ha sido un punto clave. “Faltan referentes”, ha afirmado Lago. “Una chica de 18 años que se pregunta ‘¿dónde voy a dirigir mi carrera?’ tiene pocos referentes en sonido, en postproducción, en dirección de fotografía... Hay que empezar a abrir y seguir luchando, pero esta parte es la que más cuesta”. Cabrera ha añadido que “es cierto que los estudiantes necesitan referentes, y en este momento hay puestos que están muy masculinizados. Eso hay que cambiarlo”, ha insistido.
Ambas participantes han coincidido también en que, incluso en departamentos muy feminizados como producción, el acceso a jefaturas sigue siendo más difícil para las mujeres. “Te encuentras a personas del departamento a las que les cuesta asumir que tiene por encima a una mujer, y un añadido si es relativamente joven. Se te cuestiona constantemente. No es un pulso directo, pero sí es un constante análisis”, ha comeentado Lago. Cabrera, que también ha trabajado en producción, lo corrobora: “Empecé como auxiliar de producción, pero según vas escalando un poco dentro del departamento te encuentras cuestionamientos constantes. Hay un ninguneo constante y un sentirse cuestionada”.
La conversación también ha servido para destacar el trabajo de formación que realiza CIMA con jóvenes. “Hacemos un programa para adolescentes entre 16 y 22 años que realizan cortometrajes sobre igualdad y violencia de género”, ha explicado Cabrera, quien se ha mostrado sorprendida con los temas abordados en los últimos trabajos que ha recibido CIMA. “Qué bien que ya vengan con eso aprendido. Creo que hay una nueva generación con ideas e intenciones que son necesarias, aunque siempre queda un remanente de otras cosas que ponen los pelos de punta”, ha dicho.
Lago también ha subrayado la necesidad de educar en igualdad desde la raíz. “Tenemos también como una cierta obligación de enseñar cosas diferentes. Es importante tanto en las mujeres como en los chicos: es fundamental que ellos crezcan con otra idea. No basta con que la mujer sea fuerte, también hay que decirles a ellos que ellas pueden, que no hay que pasar por encima”.
Otro momento importante de la charla ha llegado con la mención al reciente informe de CIMA, titulado Después del silencio, sobre abusos en el sector audiovisual. “Es escalofriante”, ha apuntado Cabrera. “Son cifras de porcentajes altísimos de mujeres que han sufrido algún tipo de abuso sexual, y de ellas un porcentaje muy bajo ha denunciado.Aunque está aplicada al sector audiovisual, creo que es aplicable a cualquier otro, es la realidad del día a día de las mujeres”.
Lago ha añadido que en muy poquitas de las últimas producciones en las que ha estado han empezado a aplicar el protocolo de acoso. "No hay consciencia de que eso existe”, ha apuntado. “A veces la excusa para no tener este protocolo es que son unas semanas, es poco tiempo, no es importante, pero es importante porque en este tiempo pueden pasar muchas cosas y hay que cumplirlo como en cualquier otra empresa”, ha añadido.
Ambas han reclamado que se haga obligatoria la figura de la coordinadora de intimidad, una profesional que vela por el bienestar de intérpretes en escenas delicadas. “Parece mentira que a nadie se le hubiera ocurrido antes que hiciera falta algo así. Debería ser obligatoria y cada vez más actrices y actores la van a exigir”, han indicado.
Finalmente, también hubo tiempo para hablar del cine en Aragón y de la experiencia reciente de Marta Cabrera en Cannes, donde ha presentado su última película, Ancestral, una producción aragonesa con dirección de producción de Aurora Lago. “Contamos con muy poco dinero y la hicimos en muy pocos días, con muchas actrices, y fue muy intenso”, relató.
Sobre el apoyo institucional, ambas coincidieron en que “hay muy buena relación y predisposición, pero también mucho por mejorar”. Por ejemplo, que “no se adelante el dinero de las ayudas”, lo que complica la producción, o que estas se concedan de forma anual, lo que “no sirve para proyectos que necesitan más tiempo para prepararse y rodarse”.