El prior de la Cofradía del Santo Cristo de los Gitanos, Manolín Giménez, ha inaugurado la Semana Cultural de la Asociación de Vecinos del Casco Viejo “Osce Biella” con una emotiva charla titulada Devoción y sentimiento, con la que se ha conmemorado los 600 años del pueblo gitano en España. Durante su intervención ha destacado la tradición, la pasión y el carácter popular de su cofradía, que se caracteriza por su “orden desordenado” y buscar la cercanía con el público.
Giménez ha estado acompañado por el jefe de la Banda de Tambores y un costalero en este acto celebrado en la sede de la entidad, que ha sido presentado por Julio Romero, y ha contado con la asistencia de la concejala de Participación Ciudadana, Susana Oliván, el teniente de alcalde, Ricardo Oliván, y la presidenta de Osce Biella, Violeta Gracia.
Manolín Giménez ha recordado que su vocación cofrade se originó en su infancia, influido por su tío Pepe, y que siempre tuvo el sueño de crear una cofradía. Tras consultar con el entonces vicario de Huesca, José Antonio Satué, se constituyó en 2007, dando inicio a los trabajos necesarios, incluida la búsqueda de la imagen.. “Faltaba el Cristo ensogado, que Satué y Juan Carlos Barón localizaron en el convento de Santa Clara. Satué lo cogió bajo el brazo y lo metió en el coche, tapado con una sábana. Miedo nos daba pensar en lo que podría parecer si nos paraban”, ha comentado entre risas. Su primera participación estaba prevista para 2010, “pero ese Viernes Santo llovió”.
Hasta 2015, la cofradía no contó con una procesión propia. Ese año, “un chico me comentó que estaba subiendo gente como si fuese 9 de agosto. A pesar de ello, creía que habría poco público -ha señalado-, y cuando se abrieron las puertas de la Catedral me quedé parado preguntándome qué había hecho”. Fue un gran inicio para una procesión que se ha ganado el cariño de Huesca.

Manolín ha admitido que en la cofradía se vive cierto caos. “No nos gusta preparar nada, somos de última hora, a salto de mata, pero cuando arrancamos lo damos todo. Es un orden desordenado, pero sale bien”. Con gran fervor, ha confeado que se transforma durante la procesión. “No soy yo hasta que acaba, es inexplicable”, ha afirmado.
Ha explicado que ahora la Cofradía “está abierta a todo el mundo” y que aglutina “lo que siente cada uno. Si está por devoción, por tradición, por amistad... Que sea de todos y para todos”.
Además, Manolín ha subrayado que lo que más aprecian es la participación de los oscenses: “No me gustan las vallas, quiero que la gente toque la peana, que sean ellos también la procesión”. Por ello, prefiere procesionar por el Casco Viejo, aprovechando las estrechas calles para estar más cerca del público y también para “mostrar lo precioso que está ahora”.
El testimonio del prior se ha complementado con las intervenciones de Fernando Giménez, jefe de la Banda de Tambores, y Vicente Marsilla, uno de los porteadores. Fernando Giménez ha explicado que en 2009, seis jóvenes con ganas de tocar el tambor fundaron la banda, que ahora cuenta con 34 integrantes. “Estamos haciendo las cosas bien y cada vez más niños quieren formar parte de la banda”, ha afirmado.
Desde el principio, la intención fue diferenciarse. “No queríamos los toques típicos, sino que se nos reconociera. Al macero Alfonsín y al jefe de banda ‘Yoyo’ se les ocurrió que fuera una bulería adaptada al paso de Semana Santa. Levantaron los costaleros, empezamos a tocar y fue perfecto. Es un toque que nos caracteriza, cuando se escucha, se sabe que somos nosotros”, ha destacado.
“Tenemos unos valores desde hace 600 años que intentamos que perduren y los adaptamos a la cofradía y la banda, para que todo esté relacionado y tenga sentido”, ha comentado Fer Giménez.
“Es inexplicable lo que se siente el Domingo de Ramos -ha trasladado también-. Por el ambiente de la gente en las calles, las saetas que te rompen el alma, los gritos de Manolín que te elevan al cielo, te acuerdas de personas que ya no están… y eso es lo que llevamos haciendo 600 años”, ha contado.

Como Manolín, valora que el público se acerque y muestre su cariño con gestos “tan impactantes que te retuercen el alma”, ha dicho. También ha citado los colores de la cofradía, “el blanco que significa pureza y honor, en contraste con el negro, que es el luto, la pena. Esa fusión nos mete energía en el cuerpo”.
Vicente Marsilla, con 14 años de experiencia como costalero, ha recordado su primera experiencia: “Me dijeron que faltaba uno, me vistieron dentro de la Catedral y salí sin ensayar el paso. Es espectacular lo que pasa debajo de la peana. Cada año hay más gente y ver cómo se motiva es impresionante”, ha compartido y ha citado algunos casos que le han llegado al corazón.
“No somos mejores ni peores, somo diferentes. Con nuestra humildad nos hemos ganado a mucha gente de Huesca”, ha apuntado.
Para finalizar, el prior ha expresado su deseo de que el tiempo acompañe esta Semana Santa y “no falte ninguna procesión”.
Los actos de la Semana Cultural de Osce Biella continúan este martes a las 19:00 con Toques de Pasión a cargo de la Banda de Bombos y Tambores de la Cofradía del Santo Cristo de los Gitanos en la plaza López Allué. El miércoles, a la misma hora, se ofrecerá la charla Transición de la Oscuridad a la Luz sobre indumentaria tradicional aragonesa, impartida por Teresa Oliván Usieto; y el jueves, el cocinero Pedro Gállego presentará Cocina de Pasión.