Uno de los grupos vocales más destacado y querido de nuestro país, El Consorcio, compuesto por los hermanos Amaya, Estíbaliz e Iñaki Uranga y Carlos Zubiaga, sigue siendo una referencia musical por excelencia, y sus grandes éxitos perduran en la actualidad.
El grupo se ha encontrado este domingo en Huesca con un público bastante maduro, pero impregnado de un espíritu joven y cargado de emoción, con ansias de disfrutar y aprecio por el placer de la música, especialmente a través de las voces que muchos consideran sus grandes ídolos de toda la vida.
Aunque se podría caer en la tentación de dejarnos abrazar por una cierta melancolía al observar cómo el tiempo avanza, las casi dos horas de concierto, que forma parte de la gira "Toda una vida", han proporcionado al público una experiencia sumamente gratificante.
Es cierto que el inicio ha resultado un tanto frío, porque a muchos nos incomodan o desconciertan las actuaciones musicales vistas desde las butacas y las habituales indicaciones por megafonía de lo que no se debe hacer te cortan un poco el rollo.
Y es que para estos casos hace falta un manual de instrucciones: cantar o no cantar, he ahí el dilema. Si lo haces, quizá la persona que tienes al lado maldiga su mala suerte por no haberse sentado cuatro filas más atrás; pero, si no lo haces, te puedes encontrar con un contrariado Iñaki Uranga que no recordaba una Huesca tan seria, que son ya tres o cuatro las veces que han actuado en la capital altoaragonesa y su percepción era otra.
La actitud del propio grupo, que tiene más tablas que un taller de ebanistería, sacudió el auditorio y le sacó de su encorsetamiento para hacerle llegar al corazón del espectáculo.
El Consorcio se formó en 1993. A la cantautora Rosa León se le ocurrió la idea de que Amaya cantara las canciones de un proyecto propio e independiente que estaba preparando como homenaje a las canciones de la radio de los años 1930, 1940 y 1950, y ella pensó que sus hermanos y amigos podían acompañarla en dicho proyecto. A partir de ese momento se formó el grupo conocido como El Consorcio con Amaya, Estíbaliz e Iñaki Uranga, Sergio Blanco y Carlos Zubiaga, todos ellos excomponentes del también grupo vocal español Mocedades.
Las espléndidas voces del grupo, con su empaste y calidad incomparables, les valieron el reconocimiento máximo al conquistar un Grammy Latino en 2016. Este prestigioso premio respalda la brillante carrera que han construido a lo largo de "Toda Una Vida" de El Consorcio.
La sola presencia de los integrantes del Consorcio sobre el escenario ha desatado ya las primeras emociones. Después, el público ha tenido la ocasión de rememorar viejas historias del pasado e incluso del presente, que la maoría de las buenas canciones suelen ser atemporales.
Amaya, siguiendo su costumbre en los últimos conciertos, ha cantado casi siempre sentada, pero esto no ha disminuido en absoluto su brillo. La conexión que la música establece entre las personas, aunque a veces inexplicable, ha quedado patente, una vez más.
La voz de Amaya sigue destacando por su personalidad y matices singulares, y sigue ejerciendo su liderazgo, aunque Iñaki y Estíbaliz, con sus grandes voces, son los que llevan el peso del concierto.
Con el inicio de los temas clásicos como "Charango", "Piel" y "Búscame", el espectáculo ha cobrado vida. Estíbaliz, con buen humor, ha saludado al público destacando la magnífica idea que habían tenido los oscenses de asistir al Palacio de Congresos y les ha expresado su agradecimiento.
Y la velada ha continuado con otros temas inolvidables que han dejado una marca indeleble en el mapa emocional y vital de muchos. Desde la "La guerra cruel" hasta los ecos de "La otra España", el repertorio se ha enriquecido con canciones que han acompañado la trayectoria del grupo, algunas no tan reconocidas pero igualmente impactantes, del disco "Querido Juan" que les dejó Juan Carlos Calderón. Estíbaliz ha pedido a la audiencia que, cuando acabaran de cantar el tema, expresara si les gustaba levantando los pulgares y ha añadido que, si no les agradaba, simplemente que no hicieran nada.
El Consorcio ha continuado desgranando su repertorio con un tema de Cecilia, "Desde que tú te has ido", el gran éxito de Sergio y Estíbaliz "Cantinero de Cuba", y "Maitetxu mia". Esta última, como ha recordado Carlos Zubiaga, sobre el "terrible" tema de la inmigración.
El concierto ha abarcado canciones interpretadas por Voces y Guitarras -predecesor de Mocedades-, del propio Mocedades, de Sergio y Estíbaliz, de Amaya en solitario y, por supuesto, del Consorcio. Ha avanzado la tarde con "Palabras de amor", "La llamada" y un tema interpretado por Estíbaliz del musical de Jesucristo Superstar que hizo con Pablo Abraira, donde la Magdalena canta a Jesús.
La energía ha ido in crescendo, espoleada por Iñaki Uranga, quien ha provocado risas al comentar la seriedad del público en Huesca y ha incitado a todos a bailar con guasa, bromeando sobre la movilidad de Amaya y deseando que no se cayera en el escenario.
El espectáculo ha alcanzado su punto álgido con éxitos como "Tómame o déjame", "Mi viejo amor", "Aquellas pequeñas cosas" de Joan Manuel Serrat, "Quién te cantará", "Esta tarde vi llover", "Dónde estás corazón" y "Eres tú".
Los integrantes del Consorcio han comenzado a despedirse, pero la audiencia, casi con desesperación, les ha reclamado que interpretaran "Secretaria", una petición que ha sido concedida. El concierto ha concluido con dos temas más, uno de sus primeros grandes éxitos, "Pange Lingua", y el animado "Chachachá del tren", que ha provocado un delirio colectivo con la participación espontánea de Iñaki Uranga, que se ha unido al público en una improvisado viaje ferroviario ante las primeras butacas.
El Consorcio se ha despedido hasta el próximo año, dejando a sus incondicionales con la esperanza de un reencuentro. Ha sido para muchos un concierto mítico, con el Palacio de Congresos abarrotado de seguidores que han compartido historias comunes y revivido otras personales, que han experimentado emociones intensas y han sido felices durante casi dos horas. Un viaje donde el tiempo se ha detenido para regresar a donde sus corazones han querido llevarles, siempre al ritmo inconfundible de la música del Consorcio.