Anuncia la celebración de las tradicionales ferias de ganados que se venían celebrando por San Andrés en la ciudad de Huesca, que a correo seguido será recogido este anuncio por La Iberia, El Imparcial, La Correspondencia de España y El Globo, que destacan en sus páginas la importancia de estas ferias para la región y provincias limítrofes que acuden año tras año a esta ciudad, resultando pues, el mejor vocero publicitado de esta feria, ya que hasta El Solfeo, en su edición de la segunda quincena, se hace eco.
Sin duda alguna la noticia más importante en estos primeros balbuceos de El Diario de Huesca sea la que accediendo el Gobierno de la Nación a las gestiones practicadas por el Excelentísimo Ayuntamiento de esta ciudad de Huesca, había dispuesto finalmente una Real Orden, para que la conservación de las travesías de carreteras que cruzaban por el interior de la población y constituían las calles de Coso Bajo y Coso Alto, corrieran en lo sucesivo a cargo del cuerpo de caminos. Esta resolución por una parte, y por otra el celo y la inteligencia del ingeniero jefe de la provincia, Sr. Lafiguera, resultaban una garantía para presumir fundadamente que hemos de ver transformada en breve, y con grandes ventajas para el público, la vía más importante y concurrida de la ciudad.
Cierto es que el apoyo del ingeniero Lafiguera (que contará años después con la dedicación de una calle de la ciudad) fue decisiva, pero cierto es, igualmente, que una vieja aspiración de D. Manuel Camo se vería colmada por fin, aquello por lo que venía luchando desde sus días de munícipe (1869) y posteriormente desde la prensa “El Alto Aragón”, “La Sinceridad” y “La Montaña Aragonesa”, como era la mejora y adecentamiento de las principales vías de la ciudad como era el Coso, Alto y Bajo.
El Coso surgió extramuros de la ciudad en época medieval, al seguir el recorrido exterior de la muralla, precisamente en el lugar que anteriormente se encontraba el foso, espacio corrido en el que un principio solamente hubo construcciones frente a las murallas, pues dada su función defensiva no se permitió durante mucho tiempo adosar construcciones a los muros.
Acerca de esta vía tenemos como mención más antigua del Coso un documento fechado el día 13 de febrero de 1478, que nos habla de unas casas que contiguas a la Judería eran propiedad del Cabildo Oscense. Desde esta fecha se van teniendo noticias de algunos aconteceres en ese espacio al cual se abren diversas puertas de la ciudad: Puerta Sircata, frente a San Miguel, hoy acceso a Desengaño; Montearagón, más conocida como La Porteta; del Alpargán, actual calle de Goya; Puerta de la Alquibla, luego llamada Arco de la Correría; Fortis o Férrea, posteriormente llamada de San Francisco, abierta a la calle hoy de Villahermosa; la Puerta Nueva, después de San Vicente; Puerta de Ramián, abierta a la hoy Plaza de Lizana.
En cuanto al llamado Coso como vía de comunicación perimetral de la antigua Osca, estaría con piso de tierra durante mucho tiempo, pues a pesar de la Real Orden de noviembre de 1875 que disponía cómo en lo sucesivo correría bajo el cuerpo de caminos, tendrían que pasar dos años para que en 1877, durante el mes de mayo, desde las páginas de El Diario de Huesca se iniciaba una nueva campaña para lograr conseguir del entonces llamado Ministerio de Fomento, la pavimentación de esta calle que se había convertido en la principal calle por su rango comercial adquirido, que en tiempos de lluvía seguía siendo un lodazal, pero era competencia del Estado y por aquellas fechas a pesar de las gestiones del diputado a Cortes por Huesca, Sr. Barón de Alcalá, el problema y falta de pavimentación tuvo que esperar por falta de presupuesto de obras públicas.
Corría el año de 1890 y El Diario documenta las primeras reformas con referencia a la rasante y acerado de la calle de San Lorenzo en su confluencia con el Coso, y cinco años después, las que por el cuerpo de Obras Públicas se llevan a cabo, que serán durante mucho tiempo la mejora de más importancia en la travesía del Coso Bajo, porque en aras del mejor tránsito de carruajes, concretamente se hace la obra nueva de empedrado completo en los tramos correspondientes a los badenes que correspondían a las bajadas de aguas torrenciales que salían por las calles de Correría, Mozárabes y Canellas en la plaza de Santo Domingo.
Una obra importante, ya que suprimía esas torrenteras fijas, a la vez que, se adoquinaba la entrada de la Plaza de Santo Domingo y en cuanto a la travesía de la parte más baja del Coso quedaba más nivelada, con menos pendientes a los lados de los badenes, favoreciendo así el tráfico especialmente de los carros cargados que parece ser resultaba bastante dificultoso.
Ayer y hoy, El Diario de Huesca sigue vinculado a esta vía urbana.