De Casa Cabalero, la solariega mansión de los Allué de Asín de Broto, en el Pirineo oscense, era hijo de Pascual Allué y Allué, infanzón aragonés y de Isabel Sesé y Viu de Oto, nacido el 16 de agosto de 1766. Abandonó este enclave pirenáico a los trece años para trasladarse a Huesca a cursar estudios en la Universidad Sertoriana donde llega en 1779, comenzando aquel año los cursos de Filosofía y Teología y a ella estuvo unido durante veintiún años, obteniendo una beca en la Facultad de Teología del Colegio Mayor e Imperial de Santiago. Picó puntos para graduarse de bachiller en Teología el día 12 de marzo de 1787 y eligió: “ex.lib.2.Mag.Sent.Distinc. 40 incipis post haec, finoit: malae” y previos los ejercicios de estatuto, fue examinado y aprobado, recibiendo el citado grado el día 13 de marzo de 1787. Poco tiempo después se graduaba de licenciado y maestro en Artes y de Doctor en Teología. Obtuvo la beca de colegial teólogo el 21 de octubre de 1787 en el Colegio Mayor de Santiago del que fue rector.
Dedicado a la carrera de la enseñanza en la Universidad Sertoriana, en 1797 fue nombrado regente de la cátedra de Vísperas de Teología y, posteriormente, dirigió las cátedras de Teología Moral y de Sagrada Escritura hasta el año 1804, dedicándose paralelamente a la contaduría de la Junta de Hacienda de la Universidad y de conjuez del Maestrescuela, que era el verdadero gobernante de la Universidad oscense.
El año de 1793 se opuso a la dignidad de capellán mayor de la Catedral de Huesca y en el año siguiente a la canonjía magistral de Tarazona, en 1801 a la canonjía electoral de Huesca y a otra de Tortosa. En 1804, en concurso de opositores, obtuvo la capellanía de honor de la Real Capilla y tuvo que dejar la Sertoriana para trasladarse a Madrid.
Durante la Guerra de la Independencia y la invasión de los franceses tuvo que fugarse de Madrid al no reconocer bajo ningún concepto al rey intruso, perdiendo por ello todas sus propiedades, casa, menaje, biblioteca, etc, pero eso sí, conservando siempre la más firme adhesión a S. M. como así lo asegura en un Memorial dirigido al Rey. No es de extrañar así que, abolido el sistema constitucional, por Real Orden de 23 de julio de 1814, “en atención a su mérito y buenas cualidades que en sí reúne”, se le concedía la administración y curato de la Real Iglesia Hospital de Monserrat de la Corona de Aragón en Roma, en lugar del presbítero Andrés López, al que se había separado de ella.
El día 7 de agosto de 1814, el Patriarca de las Indias lo proponía para la plaza de penitenciario segundo de la Real Capilla, en la vacante de D. Cayetano Campos, que pasaba al curato de palacio y, el día 26 de octubre de ese año, el mismo patriarca presentaba al monarca como quedaba muy reducido el número de predicadores reales supernumerarios y como: “Siendo muy propio de la soberana beneficencia y religiosidad de S.M. premiar y condecorar con este honroso empleo a eclesiásticos que en las críticas circunstancias pasadas se han distinguido por sus sanas opiniones y doctrinas, han manifestado su adhesión a la sagrada persona de V.M. y son doctos y aptos para este ministerio”, proponiéndole a diversos eclesiásticos para tal gracia, de los cuales D. Antonio Allué y Sessé era el primero, diciendo de él que se había “exercitando en la predicación con buen concepto; de muy lucida carrera literaria, de loables costumbres y de las mas sanas opiniones y doctrinas morales y políticas” y aceptado por el monarca, sería nombrado Predicador Real supernumerario con fecha 22 de noviembre de 1814.
Presentado para el obispado de Gerona por la vacante por defunción de D. Pedro Valero, fue preconizado en consistorio de 14 de abril de 1817, siendo consagrado en junio de dicho año. Así mismo, el 3 de junio de 1817 era nombrado Confesor de la reina doña María Isabel de Braganza, siendo por esto que renunciaría a la silla de Gerona y no pasó a tomar posesión de ella debido a sus encargos pastorales en la Corte, de todas formas, recibió el título de obispo de Zama “in partibus fidelium” y el Arcedianato de Toledo desde 1818, prebenda que mantuvo por voluntad de Roma y contra el Cabildo toledano, cierto es, que sería necesario que Pio VII lo confirmara en 1820. Dadas sus grandes dotes, no es de extrañar que a este sertoriano en el año de 1817, el infante D. Carlos y su esposa lo eligieran igualmente por su confesor, decisión ésta que le fue comunicada por real orden fechada en Palacio a 27 de julio de 1817.
Durante el sistema constitucional, por Real Decreto de fecha 15 de agosto de 1820 sería nombrado Capellán Limosnero Mayor y Patriarca de las Indias Occidentales, sustituyendo al cardenal D. Francisco Cebrián, prestando juramento en Palacio a 23 de agosto de 1820 en manos del Conde de Miranda, mayordomo mayor; siendo ese mismo año, cuando obtenía la Gran Cruz de Carlos III.
Publicó diferentes exhortaciones a sus feligreses palatinos y castrenses, bajo su patriarcado se aprobaron las Ordenanzas del Buen Suceso y las Constituciones del Colegio de Santa Isabel, siendo una actuación de suma importancia su edicto contra la Masonería de 1827 que tuvo tal importancia que la prensa de aquellas fechas se hizo eco. Así, “Diario de Avisos de Madrid” del miércoles 8 de agosto de 1827 recogía su texto integro explicando que "El Rey nuestro Señor se había servido expedir una real cédula a 13 de febrero en que mandaba cumplir y ejecutar lo contenido en la bula “Quo graviora” de la santidad de León XII de condena el masonismo y demás sectas reprobadas y trata con indulgencia particular a los que han incurrido en ella, y darle a dicha bula la publicidad necesaria encargando a las autoridades eclesiásticas, a quienes compende, concurran por su parte a la puntual observancia de lo que prescribe la referida bula, en cuatro puntos: en el primero confirmaba las constituciones de los Papas; en el segundo mandaba que cuantos supieren que alguna persona pertenecía a dichas sociedades o las defendiere, oculte o de favor, la denuncien a los obispos; en el tercero declaraba nulo y de ningún valor y efecto el execrable juramento, por el que se obligan los que se alistan en estas sectas; el cuarto, como padre y pastor de la grey de Jesucristo concedía a cualquier confesor aprobado de ordinario la facultad de absolver de la citada excomunión". Como curiosidad anotar que la expresada bula, en España, acabaría en 13 de febrero de 1928.
Fueron numerosas las abjuraciones que se efectuaron en España y acogiéndose a la última disposición y tras seis meses de instrucción religiosa y convencidos de sus errores tres importantes “calvinistas” habiendo concluido su confesión general, pero se vieron precisados a salir de esta corte por orden de sus jefes la antevíspera del día en que debían hacer su abjuración. no obstante en manos del Excelentísimo Señor Patriarca de las Indias D. Antonio Allué y Sesé, el 4 de agosto de 1825 se hicieron cuatro importantes abjuraciones, acto que fue publicado en la “Gaceta de Madrid” del dia 16. La segunda se hizo en manos de este prelado en la parroquial de San Luis el 31 de marzo de 1826 abjurando de sus errores D. Pedro Fickeinsen actuando de padrino de éste, el Infante de España D. Francisco de Paula. La tercera, a mediados de abril de 1827, de un protestante en peligro de muerte en presencia de diez testigos. La cuarta la de D. Francisco Brasdane, natural del obispado de la Rochele en Francia, quien la hizo en la parroquial de San Luis el 27 de noviembre de 1827, siendo apadrinado por el Infante de España D. Carlos María Isidro de Borbón.
D. Antonio Allué y Sesé fue jubilado por real decreto de17 de marzo de 1834 y falleció en Toledo, donde estaba retirado, el 25 de abril de 1842.
* Sertoriano: Profesor o Alumno de la Universidad de Huesca