Nadie puede cambiar el pasado, la primera novela en solitario de Luis Expósito, es una obra que combina la reconstrucción histórica con una narrativa íntima y personal. A partir de un hecho real poco conocido -la huida masiva desde Fregenal de la Sierra durante los primeros meses de la Guerra Civil española, conocida como la columna de los 8000-, el autor crea una ficción que explora las experiencias de quienes vivieron ese episodio y las consecuencias del conflicto y el exilio.
El origen de esta historia está vinculado a la propia familia del autor, cuyo abuelo paterno nació en Fregenal. La investigación sobre lo ocurrido en ese pueblo durante la contienda llevó a Expósito a descubrir esta columna de refugiados que, al inicio de la guerra, intentó llegar a zona republicana partiendo desde ese enclave extremeño. “Durante la guerra, al inicio, cuando subían las tropas sublevadas desde Sevilla, se formó una bolsa de refugiados en este pueblo. Desde allí intentaron llegar a Malpartida, a más de 100 kilómetros”, explica el escritor.
Lejos de ser una crónica estricta, la novela mezcla hechos históricos con la imaginación del autor, inspirándose en un familiar -un hermano de su abuelo- que también vivió la guerra y el exilio en Francia. Aunque no tenía certeza de que aquel familiar participara en la columna, Expósito dedujo que debía ser así y construyó la historia desde esa hipótesis: “No es que supiera que estuvo en esa columna, pero lo deduje. Luego estuvo en la guerra y se exilió. A partir de ahí, fabulé”.
A lo largo del relato, se reflejan no solo los acontecimientos sino también el impacto personal y colectivo de aquellos tiempos convulsos. “Todo el mundo fue arrastrado por circunstancias para las que no estaba preparado”, señala el autor, quien incorpora elementos políticos, conflictos, emociones y las repercusiones del exilio en la vida de sus personajes.
Un aspecto destacado de la novela es su voluntad de evitar maniqueísmos. Expósito quiso distanciarse de la visión tradicional de “buenos y malos” en la Guerra Civil y afirma que “hubo sufrimiento en los dos bandos”. Esta intención se refleja también en el prólogo, escrito por Pedro Piqueras, periodista y antiguo compañero de Expósito en Telecinco, quien valoró si la novela mantenía esa imparcialidad.
La columna de los 8000 ha recibido recientemente reconocimiento institucional con una exposición itinerante en Extremadura, y esta novela aporta una nueva perspectiva que contribuye a recuperar un capítulo poco tratado de la historia.
La relación personal con la ciudad de Huesca fue uno de los motivos que llevó a Expósito a presentar su obra en la Feria del Libro local, a invitación de un amigo cercano. Tras una trayectoria en Recursos Humanos y la publicación conjunta de otros libros, esta novela marca el inicio de su dedicación a la ficción literaria. “Ya estoy con otro proyecto. Cuando te coge el vicio, ya no lo sueltas”, afirma con naturalidad.
Nadie puede cambiar el pasado es, sobre todo, una novela que busca acercarse con respeto y equilibrio a las vivencias de quienes enfrentaron tiempos difíciles, ofreciendo una narración serena y libre de simplificaciones.