Fernando Lalana, "La muñeca rusa" y su conexión tan especial con los lectores jóvenes

El autor aragonés ha publicado "La muñeca rusa" y cumple sus últimos compromisos literarios antes de la jubilación

09 de Diciembre de 2023
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Fernando Lalana.
Fernando Lalana.

Durante la temporada navideña, la lectura se convierte en una elección particularmente atractiva, y una opción recomendada es "La muñeca rusa" (Edebé), una electrizante novela del escritor aragonés Fernando Lalana (Zaragoza, 1958). En esta intrigante obra, se entrelazan dos relatos fascinantes: el primero sigue la historia de Pibonacci, un rapero y youtuber que se atribuye la autoría de una novela que en realidad no ha escrito; mientras que el segundo se sumerge en la trama de Gregor Nemec, un influyente mentalista checo con la habilidad de compelir a las personas a actuar en contra de su propia voluntad, incluso llevándolas hasta el extremo de la muerte.

Con más de cuatro décadas dedicadas a la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), Fernando Lalana, que destaca como uno de los autores más distinguidos del país en este género literario, se encuentra cerca de su jubilación y está cumpliendo los últimos compromisos literarios.

Lalana explica que el título elegido obedece a su estructura narrativa. "La novela se teje como una muñeca rusa en sí misma, con historias que se entrelazan y agrupan unas dentro de otras", y revela la complejidad detrás de la creación de la obra, en la que fusionan dos historias inicialmente independientes que, al combinarse, dan vida a una trama única.

Para relatar la historia, el autor ha rescatado algunos personajes de obras anteriores, algunos muy queridos por él, dándole al libro un tono casi de testamento literario.

Antes de su retirada, Lalana adelanta dos novedades literarias previstas para la primavera: la última novela de su personaje Fermín Escartín, titulada "Un detective improbable", y un cuento dirigido a un público más infantil llamado "El abuelo Repe".

MÁS DE 150 LIBROS

"Pensaba ser arquitecto y luego estudió Derecho, pero su única profesión ha sido la de escritor", dice su tarjeta de presentación. Sus visitas a los centros educativos oscenses han sido numerosas y su vínculo con la capital altoaragonesa todavía se fortaleció más, cuando su hija Isabel decidió estudiar el Bachillerato Internacional y se matriculó en el IES Lucas Mallada. "Guarda un recuerdo estupendo de esos dos años académicos", afirma y reconoce que le gustaría mantener vínculos con el ámbito educativo y continuar los encuentros con los lectores en los institutos.

Ha publicado más de 150 libros, además de varias obras de teatro, y ha ganado casi todos los premios de la literatura infantil y juvenil española, desde el Gran Angular al Premio Edebé, incluidos el Premio Nacional, que obtuvo por Morirás en Chafarinas, novela que fue llevada al cine por el director Pedro Olea, con gran éxito, o el Cervantes Chico por toda su trayectoria. 

Su ingenio y esa capacidad para inventar y generar constantemente ideas tiene su origen, según sostiene, en su permanente conexión con la literatura y el cine, que alimentan la creatividad. 

Echando la vista atrás, el aragonés considera que ha sido bastante libre a la hora de ejercer la escritura, aunque así ha tenido que realizar ajustes en su estilo y la extensión de sus novelas para satisfacer las demandas de las editoriales y de los lectores, que buscan mayor brevedad.

"Cuando me jubile, tengo la esperanza de tener más tiempo para la lectura, una de las actividades que más disfruto -explica-. Además, pretendo prestar más atención a mi colección de trenes eléctricos, que ha estado bastante abandonada en los últimos años. También planeo seguir viendo teatro, cine y disfrutar de otras actividades típicas de jubilados".

La razón principal por la que se ha mantenido en la línea de literatura juvenil es porque es lo que más le apasiona. "Aunque ocasionalmente he explorado otros géneros, éste es donde he encontrado una conexión especial con los lectores".

Menciona la colaboración con José María Almárcegui en la serie de "Los hijos del Trueno" es uno de sus proyectos favoritos. También expresa un cariño especial por "La Muerte del Cisne", que le ayudó a consolidarse como escritor. 

Cuando se le pregunta sobre cómo le gustaría ser recordado, Lalana menciona que se siente querido y apreciado por sus lectores. "Escuchar a personas que me dicen que disfrutaron de mis libros, que descubrieron el placer de la lectura a través de mis obras o que encontraron a otros autores gracias a mis libros es una recompensa que me llena de gratitud. Sentir que he cumplido mi misión como escritor es algo que me hace sentir satisfecho", asegura.

 

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