El salón de actos del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA) se ha llenado este lunes 20 de octubre para asistir a la presentación del libro La jota aragonesa: una nueva perspectiva desde las artes y la educación, un volumen que pretende tender puentes entre la investigación académica y el mundo de los cantadores, bailadores e instrumentistas. La cita ha reunido a los editores, autores y músicos que participaron también en un recital de jota aragonesa.
El libro, que forma parte de la colección Actas del IEA, recopila los trabajos presentados durante las jornadas “La jota aragonesa como recurso patrimonial y educativo”, celebradas en septiembre de 2024 en el propio instituto y en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de la Universidad de Zaragoza. La obra —con una docena de capítulos- ofrece una mirada multidisciplinar sobre la jota, abordando sus dimensiones históricas, artísticas, musicales y pedagógicas.
Carmen M. Zavala Arnal, que edita el volumen junto a Jorge Ramón Salinas, ha explicado que el proyecto nació a raíz de aquellas jornadas y reúne aportaciones de profesores de la Universidad de Zaragoza y de otras instituciones de Valencia, La Rioja o San Jorge. “El libro explora las relaciones de la jota con el cine, la fotografía, las artes plásticas y otros géneros musicales, además de profundizar en su vínculo con la identidad aragonesa”, ha señalado.

El acto ha contado también con la intervención de la directora del Área de Arte del IEA, Natalia Juan García, y la colaboración de la librería El Iglú. Entre los asistentes, además, se encontarba la vicerrectora del Campus de Huesca, Marta Liesa, y la directora del Instituto, Susana Villacampa.
Carmen Zavala ha recalcado que existe una notable escasez de estudios académicos que aborden la jota desde perspectivas tan diversas. “La música tradicional aragonesa todavía no se ha acercado lo suficiente a la universidad, o viceversa. Este libro quiere ser un puente entre ambos mundos”, ha afirmado, insistiendo en la necesidad de que los propios intérpretes participen también en el ámbito de la investigación.
Entre sus reivindicaciones ha destacado la inclusión de la jota en el currículo educativo. Zavala ha recordado que, mientras el “flamenco” aparece citado en los planes de estudio de otras comunidades, la “jota aragonesa” sigue ausente en los de Aragón. “Es necesario replantear su presencia en todos los niveles, desde Infantil hasta la Universidad”, ha defendido. Además, ha adelantado la intención de organizar unas segundas jornadas en 2026 o 2027, abiertas a otros temas como los dances de Aragón y con mayor presencia de intérpretes-investigadores.

Por su parte, los cantadores Roberto Ciria y Javier Badules han abordado la importancia de la jota en el ámbito académico y educativo. Ciria ha agradecido “a quienes desde la investigación se acercan a la jota con afán de conocimiento y puesta en valor”. Ambos han coincidido en el interés creciente que despierta entre los estudiantes, algo que corroboran los resultados de una encuesta realizada previamente por los editores.
Javier Badules, coautor de uno de los capítulos del libro, ha defendido el valor pedagógico del folclore aragonés. “Es fundamental que los futuros docentes conozcan y enseñen la jota como parte de nuestra identidad”, ha señalado.
Ciria ha recordado que “igual que hay que estudiar a Beethoven, también hay que conocer a José Otto, Jesús Gracia, Carlos Vidal o Camila Gracia”, figuras esenciales para entender las raíces musicales de Aragón.
El acto ha concluido con un recital de jota cantada en el que Ciria y Badules han estado acompañados por la rondalla formada por Rodrigo El Puente e Iván Sampietro. El repertorio recorrió distintos momentos de la historia del género, desde piezas tradicionales hasta composiciones en aragonés. Entre ellas sonaron Te quiero güelo, No lo te puedo escusar, S’ha feito de nuei o La ronda que pasa, y como colofón, una interpretación conjunta de La Dolores, de Tomás Bretón, con la que ambos artistas han puesto broche a la velada.