Isabel Peña: "Hay que escribir contando con la inteligencia del espectador y dejar huecos que le inviten a rellenarlos”

La guionista aragonesa, que atesora dos premios Goya y otros importantes galardones, ha dejado pequeño el salón de actos del IEA

09 de Mayo de 2025
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Laura Torrijos Bescós, Isabel Peña y Teresa Domingo. Foto Myriam Martínez
Laura Torrijos Bescós, Isabel Peña y Teresa Domingo. Foto Myriam Martínez

Isabel Peña (Zaragoza, 1983), una de las guionistas más influyentes del cine español contemporáneo, ha afirmado que “un buen silencio es mejor que cualquier palabra” y que la fase de montaje, donde se reescribe por tercera vez una película, es “una cura de humildad brutal”.

Estas reflexiones han formado parte del acto celebrado este viernes en Huesca, en el Instituto de Estudios Altoaragoneses, organizado por el Colectivo de Mujeres Feministas, en el que Laura Torrijos Bescós, actriz y cineasta, ha mantenido una amena conversación con Peña. Su presentación ha corrido a cargo de Teresa Domingo -familia de la cineasta-, que ha desgranado los títulos de sus películas y sus numerosos galardones.

La aragonesa ha consolidado una destacada trayectoria como guionista en el cine y la televisión española. Entre sus obras más reconocidas se encuentran los largometrajes Stockholm (2013), Que Dios nos perdone (2016), El reino (2018), Madre (2019), As bestas (2022) y El llanto (2024), así como las series Antidisturbios (2020) y Apagón (2022).

Su colaboración habitual con el director Rodrigo Sorogoyen ha sido especialmente fructífera. Por El reino, recibió el Premio Goya al Mejor Guion Original y el Premio Feroz al Mejor Guion en 2019. En 2023, su trabajo en As bestas le valió nuevamente el Goya al Mejor Guion Original y la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos. Además, en 2023 fue distinguida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por su contribución al arte y la cultura.

Durante la charla, Peña ha rememorado su niñez. “Tuve una infancia felizmente normal, hija única de unos padres maravillosos”. El cine se integró pronto en su vida cotidiana: “Fisgoneaba las películas de mis padres, veía cintas de adultos con doce años”, ha recordado. Aquel contacto precoz con la ficción audiovisual encendió una “fascinación imparable” por el séptimo arte.

Su camino hacia el guion no fue deliberado. “Daba pasos sin saberlo”, ha explicado. Comenzó estudiando Periodismo, pero pronto se trasladó al ámbito audiovisual y se formó en la ECAM. “No tenía la sensación de ser especialmente buena”, ha reconocido. Su primer impulso real vino de una productora que le abrió la puerta a un entorno profesional en el que encontró su lugar: “Conocí a gente que se convirtió en casi mi familia”.

El salón de actos del IEA se ha quedado pequeño para acoger a todo el público. Foto Myriam Martínez
El salón de actos del IEA se ha quedado pequeño para acoger a todo el público. Foto Myriam Martínez

Ha descrito aquella etapa como una de las últimas en las que los guionistas júnior encontraban espacio en las productoras: “Éramos útiles, nos pagaban poco y sacábamos mucho trabajo adelante”.

Le entusiasma toda la preparación previa a la escritura. “Si tus compañeros son respetuosos y huelen bien, puedo estar horas trabajando”, ha bromeado. 

Uno de los títulos más celebrados de su carrera, Madre, nació a partir del cortometraje de Rodrigo Sorogoyen. “No participé en el corto. Rodrigo me propuso hacer el largo. El listón estaba altísimo”, ha contado. Decidieron no repetir la fórmula y buscaron otro enfoque: “Imaginamos una historia más introspectiva, desde el dolor. Pero el personaje cada vez iba ganando más vuelo”.

El Reino fue su primer trabajo por encargo y el desarrollo del guion atravesó momentos de crisis.“Borramos todo y empezamos de cero, no teníamos historia". La trama se sostuvo finalmente en un personaje aparentemente secundario, que termina cobrando una inesperada fuerza.

Respecto a la serie Antidisturbios, ha revelado que la iniciativa partió de ella y Sorogoyen. “Nos daba envidia ver que toda la gente guay tenía serie y nosotros no”, ha contado. Llevaron dos propuestas hasta que la tercera fue aceptada. “Cogimos el primer proyecto y le metimos antidisturbios. Eso gustó”.

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Para documentarse, contactaron con agentes, visitaron unidades policiales en Moratalaz y hablaron con mandos que les explicaron cómo planificaban los partidos de fútbol con equipos europeos que tienen hinchadas conflictivas. “Era brutal ver banderas de España por todas partes, mientras el techo se les caía y nadie lo arreglaba”.

El estreno estuvo rodeado de ruido mediático. “Mucha gente la criticó sin verla. Eso nos vino muy bien", ha recordado.

Torrijo-Bescós le ha preguntado por el formato adecuado para cada proyecto y ella ha valorado que "es la propia historia la que pide si debe ser un corto, un largo o una serie”. También ha apuntado, en otro momento, que “un buen silencio es mejor que cualquier palabra” y que si el texto está bien trabajado, el silencio surge de forma orgánica”. 

Al escribir, suele pensar en actores concretos, aunque no participen luego en el proyecto. “Es útil, porque le dan al personaje voz, piel y mirada. Ayuda a visualizarlo mejor”. En As Bestas, tenían a alguien en mente, pero no pudo ser. La llegada de Denis Ménochet fue, según ha dicho, “un regalo de los dioses” y ha agregado que quienes sí estuvieron presentes en sus cabezas desde el principio fueron Luis Zahera y Marina Foïs.

En cuanto a El llanto, su reciente incursión en el terror junto a Pedro Martín-Calero, ha comentado que se gestó tras varios intentos fallidos. “Escribir terror es dificilísimo, porque está todo hecho”. Para inspirarse, revisaron títulos como Tesis o La señal del diablo, por su elegancia narrativa. “El sonido es esencial en este género, todo lo atmosférico está muy trabajado”. La película fue presentada en el Festival de San Sebastián en 2024 .

¿Habrá una segunda parte? “No”, ha zanjado.

Laura Torrijos-Bescós e Isabel Peña han protagonizado una interesante y amena charla. Foto Myriam Martínez
Laura Torrijos-Bescós e Isabel Peña han protagonizado una interesante y amena charla. Foto Myriam Martínez

Sobre Apagón, ha relatado con humor el proceso de documentación, que disfrutó mucho. “Es una serie de catástrofes y de héroes cotidianos”. Cuando hubo un apagón real, pensó: “Que no vaya a más”.

También se ha referido al informe CIMA 60, que recoge testimonios de agresiones sexuales en la industria audiovisual. “No me sorprende, pero se me cae el alma a los pies. Son compañeras, y lo están pasando muy mal. Necesitamos un cambio de mentalidades”.

Para Peña, un buen guion no depende solo de la historia, sino de cómo se cuenta: “Debe tener una mirada interesante, verdad y verosimilitud. Hay que escribir contando con la inteligencia del espectador y dejar huecos que le inviten a rellenarlos”.

Qué bonito cuando una película, aunque trate de marcianos en la luna, consigue arañarte un poco”, y ha recalcado, por otro lado, que disfruta escribiendo, pero que no tiene intención de dirigir. “No tengo esa madera, y no me duele reconocerlo”.

Durante la charla, ha hablado de sus referentes literarios. “Carmen Martín Gaite es una de mis escritoras de cabecera”. Para ella, la documentación es esencial: “Las mejores ideas son las que habitamos”. Cuando escribe un personaje, se implica completamente: “Me filtro a través de todos ellos. Es algo poroso, no concreto”.

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