El Teatro Olimpia de Huesca ha acogido este martes la proyección del preestreno de la película ‘Cariñena, vino del mar’, del director zaragozano Javier Calvo. Tras su paso por Zaragoza y Teruel, ciudades en la que ha gozado de gran acogida entre el público de la tierra, la cinta recalaba en la capital oscense con una calurosa acogida por parte del público y una nutrida representación de la escena cultural y artística y de la sociedad oscense.
El photocall, que ha dado comienzo a las 19:00, ha contado con la presencia del director Javier Calvo, así como de los actores protagonistas Diego Garisa, Alejandro Bordanove, Alba Martínez, Blanca Laínez y Paco Paricio, miembro de los Titiriteros de Binéfar que tiene un personaje muy especial en la película. En la película también tiene un papel Javier García "Javito".
También han pasado por la alfombra roja el periodista Antón Castro, en cuya novela del mismo nombre se basa la película, así como varios miembros del equipo técnico y de producción de la cinta, además de numerosos rostros conocidos del ámbito político y cultural aragonés.
Entre ellos se encontraba Sergio Ortiz, alcalde de Cariñena, el productor y cineasta José Alberto Andrés Lacasta -encargado de moderar el coloquio posterior de la proyección-, la artista Teresa Ramón, el chef Toño Rodríguez y miembros de la Huesca Film Office, entre otros.
José Alberto Andrés Lacasta ha comentado ha expresado su apoyo y admiración por esta producción aragonesa, "levantada a pulso, con mucha energía y que está teniendo un éxito tremendo", situándose en las primeras posiciones de taquilla en Aragón y con un prometedor recorrido por delante por toda España.
Ha calificado la historia como "entrañable", "fantástica", "muy bien rodada, con mucho cariño y muy poética" y ha señalado que es "una historia de iniciación que conmueve". Asimismo, ha puesto el foco en el ritmo del film, describiéndolo como "un cine muy pausado, muy poético, muy de observar y de dejarse llevar con los personajes".
José Alberto Andrés ha sentenciado que la historia "llega al alma", y ha expresado su satisfacción por que este tipo de películas puedan surgir en Aragón y su orgullo por formar parte de esta comunidad creativa.
VINCULO CON HUESCA
Durante la presentación, Javier Calvo acompañado del elenco principal de la película se ha referido a algunos de los momentos más curiosos y divertidos del rodaje con el público. Además, Calvo ha destacado su vínculo personal con la ciudad: “Para mí Huesca fue, en los años 90, mi primer acercamiento al mundo del cine. En su Festival no solo veía cortometrajes... Vi a grandes directores y actores que me fascinaban, como Paco Rabal o Arturo Ripstein. Es una ciudad pegada a la cultura, siempre lo ha sido, y me hace una ilusión especial estrenar en su gran teatro, el Olimpia”.
Calvo ha confesado sentirse "sorprendido" y muy contento por la respuesta del público, especialmente en su tierra, donde el estreno reunió a "1000 personas metidos en el Cine Palafox, que es una cosa como histórica".
El director resaltó que la película compite con grandes blockbusters de verano y aun así logra destacar, gracias a que cuenta "una historia de aquí, pero también universal", lo que está generando un boca a boca muy positivo.
En su opinión, esa conexión con el público se produce gracias a que "es una historia sencilla pero sincera" en la que cualquiera puede verse reflejado. La película habla de la "transición que hemos pasado todos a los 18 años", con las mismas dudas y emociones que atraviesan generaciones desde hace décadas. Además, ha destacado el valor nostálgico de la película, que evoca "el verano de nuestras vidas", con sus amores, amistades y pueblos que permanecen en la memoria de todos.
Calvo ha valorado especialmente el personaje principal de la novela y película, calificándolo como "un antihéroe de verdad", "muy pegado a lo que somos cada uno de nosotros". Además, ha destacado que la película narra dos transiciones paralelas: "la transición política de un país" y "la nueva transición de un chaval de 18 años que andaba muy perdido".
Finalmente, el director ha considerado que cada espectador puede encontrar matices distintos en la historia y ha compartido una emotiva anécdota: una espectadora lloró al identificarse con el personaje que interpreta la estadillana Itziar Miranda, y le dijo: "Yo soy Palmira", un momento que Calvo ha calificado de "bellísimo" y "emocionante".
AYERBE Y BISCARRUÉS
También su protagonista, el joven actor Diego Garisa, ha confesado su vínculo con la provincia oscense: “Estrenar la película aquí es muy emocionante para mí porque mi abuelo nació en Biscarrués y mi abuela en Ayerbe, dos pueblos de la Hoya de Huesca; y aunque no estén, esta provincia me conecta directamente con ellos y mis raíces familiares. Hoy en este día tan especial los tengo aquí conmigo y la peli es un homenaje precioso que tengo la suerte de poder hacerles”.
DE HUESCA A CARIÑENA
La película, que estará en cartelera en Huesca hasta el miércoles 2 de julio, es una producción de Varykino Films en coproducción con Producións A Fonsagrada – Filmax, con participación de Aragón TV y Televisión de Galicia.
Cuenta con el patrocinio de la Denominación de Origen Protegida Cariñena y el respaldo de diversas instituciones: los Fondos FITE, Gobierno de Aragón, Diputación de Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza y Ayuntamiento de Cariñena. En la búsqueda de localizaciones han colaborado Aragón Film Commission, Zaragoza Film Office y Teruel Film Commission. La distribución nacional corre a cargo de Filmax.
‘Cariñena, vino del mar’, que se proyectará este jueves por la noche en la plaza de toros de Cariñena en sesión especial de cine de verano, continúa así su recorrido por las tres capitales aragonesas antes de dar el salto a nivel nacional, consolidando su lugar como uno de los títulos aragoneses más esperados del año.
UN LICENCIADO EN FRACASOS
La obra nació casi por azar, recuerda Castro. Le fue encargada para una colección editorial que habían impulsado Mariano Gistaín y María Pilar Clau. Al principio, el escritor gallego-afincado-en-Aragón imaginó una historia fantástica: un viaje a la luna costeado mediante un concurso. Pero el tiempo se agotaba, y la historia parecía alejarse demasiado de sus certezas. Entonces, como quien se vuelve hacia su paisaje natal, decidió mirar atrás, hacia una experiencia juvenil, casi olvidada, que resurgió con la fuerza de lo vivido. “¿Por qué me voy a ir tan lejos, con tanta complicación, si tengo una historia allí?”, recuerda que se dijo a sí mismo.
Y así surgió Cariñena, una crónica emotiva y sincera del verano en que Castro, escapado del hogar familiar, convivió con objetores de conciencia en Zaragoza. Sin dinero ni rumbo claro, un amigo le sugirió trabajar en la vendimia. Hizo autoestop, llegó al pueblo, y allí lo esperaban la viña, el viento, y un despertar sentimental que, aunque casto, lo marcó profundamente. “Nos enamoramos sin resultado. Por eso digo que soy un licenciado en fracasos y un experto en amores imposibles”.
Ese fue el núcleo de la novela: un joven sin experiencia manual que, a base de esfuerzo, consigue sostener el jornal y el alma entre los surcos del viñedo. Pero Cariñena es mucho más que un episodio rural. Castro entrelaza el despertar íntimo del protagonista con el de un país que salía del franquismo. Es 1978. Se avecinan elecciones. El chico, tímido y lector, busca su sitio en el mundo mientras Aragón se convierte en su patria elegida. “Era el descubrimiento de un paisaje que existía, pero que no era muy conocido. A veces, cuando se levantaba el cierzo, parecía que las viñas fueran olas del mar".
Esa imagen fue una de las que más impresionó a Javier Calvo, quien había trabajado junto a Castro en la serie Sin cobertura, un programa de 29 episodios que recorrió el paisaje aragonés. Fue entonces cuando el director, al leer Cariñena, exclamó: “Este libro tiene una película dentro”. Y tenía razón. Calvo construyó un filme sobre el despertar al mundo, sobre el amor y el desamor, y sobre una tierra que, sin pretenderlo, educa, hiere y redime.
La película respeta el espíritu de la novela: no hay grandes catástrofes ni giros melodramáticos. El único conflicto es interior: un joven lucha por definirse, por encontrar una voz, por sobrevivir a los primeros azotes de la vida. Como dice Castro, “es una historia sobre alguien que sueña con ser escritor”, aunque aún no lo sepa del todo.
En palabras de Antón Castro, la novela recoge no solo una etapa de su vida, sino también un retrato del "despertar al mundo" y de la "iniciación a la vida". Además, destaca la importancia del paisaje aragonés, con lugares como Cariñena, Alfamén o la Sierra de Algairén, que aparecen en la obra y en la película. Castro remarca cómo el director Javier Calvo, discípulo de Bigas Luna, ha realizado una "película muy entrañable, llena de emoción, delicada". Menciona especialmente el trabajo de Paco Paricio, que debuta en el cine interpretando al tabernero del casino de Cariñena, y el joven Diego Garisa, además de la participación de Itziar Miranda, de Estadilla.
Antón Castro ha destacado la conexión emocional que la película genera en el público, comentando que ha recibido numerosas cartas y mensajes de espectadores que se han sentido profundamente conmovidos. "He estado al lado de gente que ha llorado al ver la película, que cuenta un tema universal, que es el crecimiento, la formación, la aventura de vivir".
Y, como si el círculo emocional se cerrara, Castro asistió al preestreno en Zaragoza acompañado de su hija menor, Sara, de 26 años. Al finalizar la proyección, ella lo miró y le dijo: “Papá, cuántas cosas hay que no sé de ti”.
Finalmente, el autor ha comentado que, tras la publicación original en 2012 con Ediciones 94, y una edición en 2018 con Pregunta Ediciones, ahora en 2025 "acaba de aparecer una nueva edición" de "Cariñena", publicada de nuevo por este sello aragonés.
CALDO CALIENTE
La intérprete turolense Blanca Laínez se ha congratulado del caluroso recobimiento que está teniendo la cinta en Aragón y confiaba que así fuera también en Huesca. En su opinión, la representación del entorno rural es uno de los aspectos más poderosos de la historia.
En lo personal, ese componente es, precisamente, el que más le interpela. Su propio pueblo le ofrece algo esencial: "una pausa, un lugar donde respirar y pensar" hacia dónde quiere ir, sobre todo "en momentos de incertidumbre".
En su opinión, la película transmite precisamente esa sensación de calma, de orientación vital, algo que -según ha indicado- a veces resulta difícil de encontrar en las ciudades, donde todo va más deprisa.
Entre los recuerdos del rodaje, ha evocado con afecto una jornada especialmente fría en la poza del Vallecillo, en su Teruel natal. Ha indicado que ya conocía el lugar desde niña, pero que rodar allí en pleno otoño fue otra historia. Al llegar la noche anterior, el alcalde del pueblo les advirtió entre risas sobre la temperatura del agua. “Vais a notar cómo se entumecen los huesos”, les dijo, aunque les tranquilizó asegurando que él mismo les llevaría un caldo caliente. Y cumplió su palabra. Para Laínez, aquel gesto sencillo fue un momento humanos muy especial.
Por último, ha subrayado el trabajo de su compañero Diego Garisa, protagonista del largometraje. Lo ha descrito como una joven promesa y ha destacado su evolución durante el rodaje. Ha comentado sentirse especialmente agradecida por haber podido aprender de él, y ha valorado su capacidad para acompañar y guiar al equipo en cada escena, a pesar de tratarse de su primer papel protagonista en cine.