Josan Montull, preguntas y respuestas de un cura con "pedigrí de amor a los jóvenes"

El sacerdote salesiano presenta su libro en un salón abarrotado en Salesianos de Huesca donde se escuchan verdades sin fronteras ni eufemismos

15 de Marzo de 2024
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Josan Montull, preguntas y respuestas de un cura con "pedigrí de amor a los jóvenes"

La inspiración brotó de la necesidad en la turbulenta confusión de la tragedia. Era preciso para el cura y sus discípulos encontrar porqués en medio de la desazón. Dos jóvenes, Dani Gómez, dieciocho añitos, y Fredi Callén, 25, en un verano complejo. La idea ya había surgido, pero entonces, todos, incluido él, necesitaban encontrar motivos (esto es, motores) para superar la adversidad máxima. Y ahí manó Preguntar para preguntarse. Respuestas de un sacerdote educador a preguntas de jóvenes, el libro que Josan Montull ha presentado en la sala de conferencias del Colegio Salesianos de Huesca tras hacerlo en Monzón.

La puesta de largo de la obra ha abarrotado la sala en la que, durante unos minutos de oro ético, Josan ha convertido la tarde del jueves en una memorable lección magistral, en sentido estricto. Ha afirmado que "los chavales de hoy saben mucho", viaja, hablan idiomas, manejan la informática, "pero no pueden ir a ver enfermos en el hospital porque no les dejan, no entran en los tanatorios porque les da miedo, no se familiarizan con la discapacidad, les hurtan de la vista los discapacitados mentales cuando son profundos, escuchan barbaridades en los medios sobre los MENA y todo el mundo se las cree, sobre las religiones, sobre la iglesia e incluso a nuestros chavales les dan respuestas hechas a preguntas que ni se hacen".

Silencio, no se escucha ni la respiración, habla el maestro. "La segunda parte es el sacerdote. El cura era yo, el que hace las respuestas. llevo 34 años de cura" en San Vicenç dels Horts, Huesca, Monzón y Lérida, pero siempre con jóvenes estudiantes, trabajadores, voluntarios, excluidos.. Comparte ahora su vida en Monzón con jóvenes, muchos de ellos musulmanes, y en Huesca de manera especial los monitores del Club de Amigos.

Cuando le preguntan cuándo se jubila, contesta que de "profe, en un tiempo. ¿Y de cura? No, de cura uno no se jubila. No se hace de cura, se es cura, como se es padre, por ejemplo. Ser cura no es una profesión. Es una condición de vida". A una pregunta en un medio informativo, replicó: "Yo hago de cura cuando celebro misa, cuando confieso, cuando predico, cuando rezo el rosario -que casi nunca lo rezo-, cuando doy clase de religión, cuando predico, cuando caso, cuando bautizo, cuando juego a fútbol, cuando hago teatro, cuando salgo por la noche, cuando digo palabrotas, cuando tomo vodka con naranja que me gusta mucho, cuando me cabreo, cuando río, cuando lloro. Oiga, es que yo no hago de cura, yo soy cura. Siempre".

Encuentra el sentido del sacerdocio en la Última Cena, cuando partió y repartió el pan, vertió el cáliz, lo bendijo y lo repartió a sus amigos. "La vida del Jesús ha sido tomada por Dios, bendecida, partida por la violencia humana y repartida como el pan para que la gente tuviera más vida. También su sangre había sido derramada en la Cruz y su corazón, aquel que tanto había amado, iba a ser atravesado por la lanza del odio". La vida del sacerdote tiene que ser "tomada como el pan en las manos de Dios, bendecida para entregar a los demás, rota y repartida entre la gente, especialmente la más necesitada".

La audiencia sigue el hilo del verbo de Josan Montull. El corazón del sacerdote ha de ser como el de Jesús, "siempre dispuesto a amar, a perdonar, a palpitar, a emocipnarse junto a los demás humildes". No se puede limitar a celebrar misa. "Toda la vida del sacerdote tiene que ser una eucaristía, entregada a los demás y repartida desde el amor. No soy sacerdote para mí, soy sacerdote para los demás".

Ha remembrado a Javier Osés, quien puso sobre él las manos para regalarle "el compromiso de la vocación sacerdotal, pero es como si toda la gente me hubiera impuesto las manos aquel día".

ESE AGOSTO DEL 2022

Una vez amasada la idea, pidió a jóvenes y amigos que le hicieran llegar preguntas. Al principio, fueron remisos, como si no hubiera preguntas. "Pero en agosto de 2022, hubo algo que nos heló el corazón. Nuestro querido Dani Gómez fallecía de una enfermedad a los 18 años. A él van dedicadas unas páginas. Dani había sido un chaval extraordinario al que queríamos con todo el corazón. Días después, fallecía de leucemia Fredi Callén. Tenía 25 años. Había sido un chaval extraordinario, deportista, fotógrafo, voluntario en mil frentes, gran animador de la vida incluso en la enfermedad. Experimentamos con dolor que la vida es una permanente pregunta, que no podemos ser vividos por otros, que tenemos que vivir, vivirnos, que tenemos que aprender a vivir y a convivir con la muerte. Aquel agosto de 2022 nos preguntamos a lo bestia sobre la vida, la muerte, Dios, el sentido del amor... No había escapatoria, había que hacerse interrogantes".

En medio de la congoja que reina la sala, añade que a partir de ahí se multiplicaron las preguntas. "Yo intenté unificarlas y que se hicieran más preguntas. Las agrupé en 16 grandes bloques, y a cada uno le añado varios articulillos, varios textos. Pero a cada uno añado otros interrogantes, porque creo que las buenas respuestas no son las soluciones, que cierran la posibilidad de preguntar algo más. La respuesta suscita más interrogantes"

Ni es un manual de pedagogía ni respuestas para los padres ni doctrina oficial de la Iglesia, añade, sino "de un cura salesiano que está con chavales y les quiere apasionadamente. Ese sí que es mi pedigrí".

Y ha leído con una profundidad emocionante un capítulo que responde a las preguntas sobre la Virgen María, que concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. "¿No os habéis pasado con tantas coronas, manos y vírgenes? No acabo de entender por qué hay tantas vírgenes en la Iglesia. Hay gente que va a los exámenes con una estampa para que le ayude, ¿tiene sentido? ¿Quién es la virgen María, por qué tiene tantos nombres? ¿Se aparece, hace milagros?" El texto es una anécdota vivida por él, que se titula "Un ángel y un jamón".

VIOLENCIA, RELIGIONES Y PEDERASTIA

Al discurso, sigue el diálogo con su amigo y antiguo alumno salesiano el periodista Fran Montaner, de Cadena Ser Aragón. Nada queda fuera del foco, ni siquiera esas procelosas cuestiones que atormentan a la Iglesia y a los católicos.

En tono jocoso, tirando del humor para la severidad, contesta a Fran sobre la respuesta que le gustaría tener, y tira de su ámbito profesoral para reivindicar "una ley educativa" que sea tan consensuada que dure al menos veinte años. Pero, para fijar la vista en aquello en lo que su desempeño puede influir, añade: "Me gustaría responder a la pregunta de quién soy yo, qué va a ser de mí. Cuando te haces mayor y ves que hay cosas que no funcionan, las únicas preguntas que valen son las que se hace uno a sí mismo".

Sin cortapisas, lamenta que a los jovenes la sociedad le da respuestas y tienen que hacer preguntas. Y ven que llegan permanentemente a nuestro país "miles de refugiados, que es muy serio. Y que la violencia contra las mujeres es vergonzosa. Y que hay 4 millones de personas pobres de solemnidad. ¿Y cómo es posible que, viendo esto, haya jóvenes tan majos, solidarios y comprometidos? La historia es de Dios, no sólo las misas y los actos de piedad".

Predica Josan Montull que "la gente se acerca a Dios de mil maneras", y remiembra sus tiempos en Cataluña, en un ambiente muy seglar, "y aunque ateos, veía a gente día y noche con los tambores en Semana Santa. Jesucristo tiene mucho tirón, atrapa y fascina. Un magnetismo extraordinario. ¿A cuánta gente ha acercado la Pasion a Jesucristo?"

Otra pregunta, y otra convicción del sacerdote. "La sociedad ha prostituido la palabra amor. La única definición la da San Juan: Dios es amor. Don Bosco nos decía que para educar hace falta amar". Y, del cielo a la tierra, denuncia que los programas del corazón son "pornografia. Porno duro".

No ha apeado ninguna cuestión que nos afecta. Tras la polémica por un folleto del Ramadán, ha recordado que el día anterior una chica musulmana le había dicho: "He rezado por ti". Era su primer Ramadán y le había pedido a Josan que rezara para que lo pudiera sobrellevar.

Creyente de la condición y la honestidad de todos los seres humanos, ha concluido que "me da pena que los politicos riñan porque hay gente que pasa hambre y sufre penalidades".

Una realidad dolorosa que padece la institución. "La pederastia: se me revuelven mucho las tripas. La única cosa de lo que me puedo vanagloriar es que amo apasionadamente a los jóvenes, y crecen y les sigo queriendo. Eso está en la iglesia, pero no es la iglesia. Doy gracias a Dios porque el Papa Francisco ha sido muy valiente al afrontarlo".

Ha defendido su visión. "El amor a los jóvenes no es opcional. Les tenemos que acompañar cuando lo pasan bien y mal. Tienen futuro, pero es frágil, porque les espera un mundo de lobos. Ya Don Bosco les dijo: yo entre vosotros me siento a gusto. Me encuentro muy bien con ellos, es mi vocación y mi carisma. Sé ser yo a partir de ellos".

Y ha reclamado, antes de dar paso a una hermosa canción interpretada por dos exalumnos, María y Pablo, madurez: "La Crucifixión no fue anecdota, sino un tormento canalla". Y ahí, en los sones del amor, ha concluido la parte seria de la presentación de Preguntar para preguntarse. Respuestas de un sacerdote educador a preguntas de jóvenes. Fuera, esperaba un ángel y un jamón. Salud y claridad en la visión del ser humano y, entre todos, los jóvenes. Palabra de Josan Montull.

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