‘La bondad y la ira’: un homenaje gráfico a Ramón Acín en la Feria del Libro de Huesca con Sandra Araguás como protagonista

La lluvia no puede con el entusiasmo infantil, en otra tarde con presentaciones como “Hay un lobo en la montaña”

02 de Junio de 2025
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Sandra Araguás en la Feria del Libro de Huesca. Foto Myriam Martínez
Sandra Araguás en la Feria del Libro de Huesca. Foto Myriam Martínez

La jornada del lunes, 2 de junio, en la 41ª Feria del Libro de Huesca ha estado marcada por un cielo que no ha dado tregua. Un severo chaparrón ha obligado a cerrar varias casetas, sin embargo, el ánimo lector ha resistido con admirable tenacidad y varias actividades se han celebrado con notable afluencia de público.

En especial, ha brillado el cuentacuentos “Deshojando palabras, brotando cuentos”, protagonizado por Sandra Araguás, quien puede presumir de contar con un público infantil absolutamente fiel y entregado. Los más pequeños han seguido la historia con los ojos muy abiertos, con esa atención que solo concede la magia del relato bien narrado. Las abuelas -doy fe- también.

Sandra Araguás, con el cuentacuentos “Deshojando palabras, brotando cuentos”. Foto Myriam Martínez
Sandra Araguás, con el cuentacuentos “Deshojando palabras, brotando cuentos”. Foto Myriam Martínez

RAMÓN ACÍN

La tercera edición ampliada de La bondad y la ira, una novela gráfica firmada por Juan Pérez (texto) y Daniel Viñuales (dibujo), publicada por GP Ediciones, incluye cuatro páginas nuevas.

Juan Pérez ha recordado cómo nació la obra, con la firme intención de rendir homenaje a Ramón Acín, figura central del pensamiento, la cultura y el compromiso en el Aragón del siglo XX. “Hablo de Ramón como si fuera mi primo, pero para mí es uno de los seres más queridos que hay en el panorama cultural de este país”, ha confesado el guionista, remarcando que la idea de crear un tebeo sobre él fue una obsesión personal: “Insistí hasta que conseguimos ponerlo en blanco sobre negro en un cómic”.

Las Pajaritas, aquel monumento que diseñó en 1929 para el Parque Miguel Servet, siguen viendo pasar el tiempo y los niños, fieles al deseo de su autor: “Todo para los niños; la higiene, la cultura, la alegría y la salud. Los niños son la única esperanza de un mañana mejor”, escribió.

Daniel Viñuales y Juan Pérez. Foto Myriam Martínez
Daniel Viñuales y Juan Pérez. Foto Myriam Martínez

Maestro, artista y pedagogo, Acín fue fusilado el 6 de agosto de 1936 tras pasar escondido semanas en el hueco de un armario de su casa. La bondad y la ira no busca tanto narrar su vida al detalle como rendirle un homenaje sincero, un retrato afectuoso de una buena persona en tiempos oscuros.

Para ambos autores, Acín trasciende el aula y se proyecta como símbolo moral. “No creo que haya otro aragonés como él. Quizá Luis Buñuel, pero Ramón representa todo lo que querríamos y deberíamos ser.. y también todo lo que el siglo ha mostrado de miseria”, ha señalado Pérez. 

El autor ha reforzado esta idea, afirmando que La bondad y la ira es un ejemplo de cómo un cómic puede tener una segunda vida, o incluso una tercera. “Demuestra que la gente está interesada por los grandes temas, por lo que nos mueve de verdad, no solo por lo que esté de moda”.

Sobre el proceso técnico, Daniel Viñuañes ha explicado que ha seguido dibujando a lápiz -del 2H al 7B-, incorporando Photoshop “para oscurecer un poco”, aunque sin renunciar a lo artesanal: “Todo aporta. Cualquier gota, cualquier rasguño, cualquier cosa que se rompe… todo suma al dibujo”.

41 Feria del Libro de Huesca: lunes 2 de junio. Foto Myriam Martínez
Los autores, firmando ejemplares. Foto Myriam Martínez

La conversación ha derivado hacia una reflexión más amplia sobre el legado de Acín y su eco en el presente,  como generador de una estirpe de pensadores y luchadores que marcaron el devenir de Aragón en el siglo XX. “Sus alumnos heredaron esa pasión por la vida, por la cultura y por la justicia social que Ramón transmitía más allá del aula”. En este sentido, ambos han recordado figuras como Paco Ponzán, destacado miembro de la resistencia antifranquista y de redes de evasión durante la Segunda Guerra Mundial.

“Deberíamos tener a alguien como él cada veinte o treinta años para que nos pusiéramos las pilas”, ha dicho Viñuales, evocando también la figura de Labordeta como otro de esos “personajes que daban calambres, que nos animaban a hacer cosas”. La bandera del Consejo de Aragón, que ha lucido en su camiseta, ha sido una forma de subrayar ese vínculo emocional y político.

Poesía saharaui en castellano. Foto Myriam Martínez
Poesía saharaui en castellano. Foto Myriam Martínez

POESÍA SAHARAUI

Poesía Saharaui en Castellano, un proyecto editorial impulsado por la Asociación Alouda, representa la culminación en formato papel de una iniciativa audiovisual previa, diseñada para visibilizar la cultura del pueblo saharaui desde el exilio. 

La antología, ha explicado Mila  recoge la voz literaria de la Generación de la Amistad, un grupo diverso de poetas saharauis -hombres y mujeres- que, tras haber sido becados en su infancia por el gobierno cubano y formarse en las universidades de la isla, al regresar a los campamentos encontraron en la poesía y en su afectuosa relación un poderoso vínculo de identidad y resistencia.

La representante de Alouda ha señalado que estas voces se nutren de la inspiración proveniente de la Generación del 27 y de los grandes poetas iberoamericanos, dando lugar a una lírica rica y compleja, que fusiona lo particular con lo universal. Este grupo surgió de la imperiosa necesidad de reconstrucción identitaria en el exilio y ha hecho de la palabra un acto de memoria y supervivencia.

El proyecto incluye trece vídeos con poemas interpretados por miembros del colectivo y colaboradores, acompañados por fotografías tomadas durante las visitas a los campamentos saharauis, junto con música tradicional y la voz destacada de Hassan, figura central en la iniciativa. “Después de los vídeos, sentimos que debía existir también un soporte físico, algo que permaneciera. Así nació este libro”, relató Palacín.

En cuanto a las temáticas, los versos evocan sus raíces, a una cultura que “tuvieron que reaprender al volver de adultos desde Cuba a los campamentos”, explicó. Se trata de una poesía que aborda el duelo, el exilio y la resistencia, pero que también celebra la juventud, la identidad y la esperanza.

Ricardo Pérez y Marta Martínez. Foto Myriam Martínez
Ricardo Pérez y Marta Martínez. Foto Myriam Martínez

HAY UN LOBO EN LA MONTAÑA

La jornada también ha acogido la presentación de Hay un lobo en la montaña, un álbum ilustrado publicado por Prames. El autor del texto, Ricardo Díez Pellejero, ha estado presente y ha compartido el trasfondo íntimo de la obra, escrita “para un amigo que tuvo que marcharse de España”.

Se trata de un cuento con estructura cíclica, en el que la repetición de una acción va revelando, vuelta tras vuelta, un mensaje claro: “El hogar auténtico es la amistad”. Las relaciones humanas se han traspuesto en la historia a través de dos lobos protagonistas, símbolo de ese vínculo afectivo que atraviesa el relato.

Díez Pellejero ha explicado que el cuento está inspirado en los paisajes aragoneses que mejor conocía al llegar a vivir a la comunidad: “Lo ubiqué en el Valle de Hecho, porque con ese amigo recorrimos juntos muchos de sus caminos: Aguas Tuertas, la Sierra de Oza… eran paisajes con memoria”.

Aunque Josema Carrasco, responsable de los dibujos, no ha podido asistir por compromisos profesionales, el acto ha contado con la presencia de Marta Martínez, colorista “de primer nivel”, cuya labor ha permitido, en palabras del autor, que “la naturaleza salte de las páginas al abrirlo”.

El proceso creativo, ha señalado, partió de un texto ya cerrado que fue enriquecido con las ilustraciones en blanco y negro de Carrasco, y finalmente realzado por el color vibrante de Martínez.

Hay un lobo en la montaña ha sido concebido como un libro familiar, con varios niveles de lectura: “Lo he leído a niños de infantil y primaria y ha funcionado muy bien. Pero para lectura autónoma es ideal para lectores un poco más mayores”.

41 Feria del Libro de Huesca: lunes 2 de junio. Foto Myriam Martínez
41 Feria del Libro de Huesca: lunes 2 de junio. Foto Myriam Martínez

Además, incluye un apéndice con información adicional sobre flora, fauna, topónimos y datos históricos del territorio, “para que los padres puedan compartir el cuento con sus hijos y llevarlo más allá, como una puerta al conocimiento y no solo como entretenimiento”.

El Valle de Hecho, escenario del relato, ha sido elogiado por el autor por su “dimensión humana”.

No tengo la sensación de estar en un parque temático, como en otros valles más masificados. Aquí se conserva la autenticidad, y eso también es parte del cuento”, ha agregado.

El mensaje central del libro -la amistad y el respeto a las decisiones ajenas- ha sido defendido con convicción: “Son valores de los que se habla poco, y sin embargo son fundamentales”.

Miguel Ángel Buj ha firmado ejemplares de "El hombre que enseñaba a leer". Foto Myriam Martínez
Miguel Ángel Buj ha firmado ejemplares de "El hombre que enseñaba a leer". Foto Myriam Martínez

EL HOMBRE QUE ENSEÑABA A LEER

También ha tenido su espacio en la jornada del lunes el escritor Miguel Ángel Buj, quien ha firmado ejemplares de El hombre que enseñaba a leer, publicada a comienzos de año por el Instituto de Estudios Altoaragoneses. El autor ha explicado que este organismo, centrado habitualmente en la divulgación científica, “solo publica un librito de ficción al año”, y que este 2025 ha tenido el privilegio de ser el escogido: “Para mí ha sido una oportunidad muy especial; publicar en este formato es muy difícil y estoy muy agradecido”.

El relato, concebido para ser leído de un tirón, ha tenido una buena acogida entre los visitantes de la feria, que han mostrado curiosidad tanto por su temática como por su origen institucional.

Pero Buj no ha llegado solo con ese título bajo el brazo. Aunque no formaba parte oficial del catálogo de firmas, también ha compartido impresiones sobre otra de sus obras, La detención de los Reyes Magos, una novela que, como él mismo ha descrito, “ha ido razonablemente bien” desde su publicación.

El autor ha confesado sentir un afecto especial por este libro, ambientado en Santa Clara, una ciudad completamente inventada, que -según ha dicho- “es una mezcla de Huesca y Teruel, un mundo entero creado desde cero”. Esa construcción imaginaria ha acabado por convertirse, ha admitido, en parte esencial del vínculo emocional que mantiene con la historia. “Te encariñas no solo con los personajes, sino también con el lugar”.

EL HOLOCAUSTO

La Feria del Libro de Huesca ha sido también el escenario de la presentación de ‘Enseñar el Holocausto’, obra colectiva coordinada por el profesor de Unizar Miguel Ángel Pallarés. Darío Español, historiador de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca, ha introducido el acto.

Esa obra “de referencia” -como señalaba Español- en el tratamiento educativo del Holocausto, reúne trabajos de una veintena de historiadores, pedagógos, politólogos, arqueólogos y especialistas en literatura o en historia del cine, que aportan información sobre el contexto histórico, recursos para su estudio y análisis, análisis sobre los aspectos más controvertidos, entre ellos el tratamiento del patrimonio ligado a ese terrible momento histórico, y varias iniciativas pedagógicas para su enseñanza a través de distintas disciplinas.

“Tratar el Holocausto en las aulas supone un ejercicio de estudio y memoria que fomenta valores fundamentales para la convivencia, como la tolerancia y la empatía, y alimenta la actitud contra el racismo y la discriminación, tan necesarios en nuestra sociedad actual”, recodaba el autor, que aspira a que el libro “haga pensar”, de cara a nutrir de argumentos a una ciudadanía crítica y “contribuir a evitar, desde la educación que esos hechos terribles vuelvan a producirse”.

Las aportaciones del libro, Publicado por Prensas Universitarias, pueden servir a la vez, considera Pallarés, para realizar “un verdadero esfuerzo didáctico” que contribuya a “evitar el negacionismo o la trivialización”, tanto desde la educación formal como desde la no formal, de un Holocausto, que fue terrible para la pobación judía, recordaba, pero también para otros muchos colectivos, entre los que están los gitanos o las personas de izquierda , entre otros muchos.

Poner los valores democráticos y de respeto a la diversidad como ejes clave con la educación, es fundamental en nuestra realidad contemporánea, considera el profesor zaragozano, que cree que las aportaciones del libro sirven para tratar en la enseñanza muchos otros casos de agresión a colectivos humanos, como los que estamos viviendo en la actualidad. La situación de Palestina -centraba el coloquio posterior entre el público y los dos historiadores del campus público.

Miguel Ángel Pallarés, el coordinador del libro, es profesor del Departamento de Didácticas Específicas de Unizar. Y ha coordinado sendos simposios, en 2020 y 2023, sobre cómo enseñar el Holocausto y sobre la labor humanitaria del diplomático aragonés Ángel Sanz Briz, que consiguió librar de la persecución nazi a numerosos judíos en Hungría. Ha sido alumno de Yad Vashem (Israel) y del Zydowski Instytut Historyczny de Varsovia. Investiga sobre historia y sobre didáctica de las ciencias sociales.

Blanca Oliván. Foto Ana Mora
Blanca Oliván. Foto Ana Mora

Aunque su título remite a la Navidad, ha insistido en que se trata de una obra válida para cualquier momento del año. “A pesar de la mención a los Reyes Magos, gran parte del libro transcurre fuera del periodo navideño. Incluso hay un crucero, que ahora, con el inicio del verano, encaja perfectamente con el ambiente vacacional”.

Han completado la jornada literaria las presentaciones de Cuando vuela el petirrojo, de Blanca Oliván, que ha ofrecido una propuesta sensible y cercana para el público infantil; y entre las firmas de la tarde también se encontraba la del historiador y divulgador Antonio García Omedes, autor de En el principio fue Jaca.

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