Love Of Lesbian y la noche más indie de Pirineos Sur logran reunir a casi 4.000 personas

La exitosa banda catalana se estrenó en el escenario flotante y demostró que no hay festival que se resista a su repertorio

D.H.
15 de Julio de 2023
Love of Lesbian en Pirineos Sur 2023. Foto Jaime Oriz

La carrera de Love Of Lesbian continúa sin límites. Después de triunfar en festivales de todo el país y Latinoamérica, ayer se estrenaron en uno de los pocos en los que no habían actuado, Pirineos Sur. La noche más indie, en la que también actuó Conociendo Rusia, recibió a casi 4.000 espectadores para cantar a pleno pulmón los himnos de la banda catalana y descubrir a uno de los grupos con más proyección del momento en Argentina.

Ya son más de 20 años los que lleva Love Of Lesbian en los escenarios. Desde que publicaron “Maniobras de escapismo” (su tercer trabajo pero primero en castellano) su carrera no ha parado de crecer, alcanzando al gran público con el aplaudido “1999 o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna”. Fueron parte de la gran explosión indie y sus canciones, muy generacionales, con letras muy trabajadas, han calado a fondo en varias generaciones y en público de todo tipo. Y es precisamente el ambiente que se respiró en su celebrado concierto de Pirineos Sur de ayer.

“Viaje épico hacia la nada”, su último trabajo, fue lanzado hace ya dos años pero sigue siendo la columna vertebral de sus conciertos.  El propio tema titular, primero en sonar anoche, marca el tono de la hora y media de su actuación: canciones pop cargadas de magia, con un sonido que se mueve entre la epicidad y la intimidad. Aunque dejen de lado algunas de las canciones más gamberras de su primera época, Santi Balmes, magnífico de voz como es habitual, siempre es un frontman cargado de humor, ironía y mucho sarcasmo; uno de los que mejor han sabido conectar con la cabeza y corazón de por lo menos un par de generaciones.

“Nadie por las calles”, “Noches reversibles” y “Segundo asalto” sonaron tan excitantes como siempre, pero con mucha más potencia, con una certera batería de Oriol Bonet secundada por el efectivo bajo de Ricky Faulkner. “El mundo”, previo speech a favor de la cultura plural, resultó uno de los momentos más íntimos del recital. Pero tocadas casi de tirón “Belice” (coreada hasta romper gargantas) “IMT”, “Algunas plantas” y la inevitable y esperada “Club de fans de John Boy” provocaron la felicidad absoluta a las más de 4.000 personas entregadas que estaban en el Anfiteatro.

Tras los bises regresaron con “1999” para a continuación revolucionar Lanuza con “Invencibles” y después bajar las revoluciones y acabar con el público con los brazos en alto con “Allí donde solíamos gritar”. Otra plaza conquistada.

Conociendo a Rusia ya poseen una importante base de fans en su país, Argentina, y últimamente han ganado notoriedad en España gracias a su colaboración con Leiva. Así no resultó extraño ver en primeras filas al borde del pantano a docenas de personas entonando algunas de sus primeras canciones (“Tu encanto”, “Puede ser”, “Otra oportunidad”). Se mueven de manera muy solvente con los sonidos heredados de bandas de su país, como Babasónicos, y otros ilustres argentinos que cruzaron el charco, Los Rodriguez o Calamaro.

Muy cómodos en los medios tiempos, con estribillos agradables y coreables, desarrollaron un setlist sin sorpresas pero sin altibajos en el que sobresalieron “Jaula de oro” (la colaboración con Leiva), “Cosas para decirte” (con un fantástico solo de guitarra) y “30 años”. Subieron las revoluciones en la recta final, con “Loco en el desierto” y “Quiero que me llames”, con las que dejaron a buena parte del público con ganas de volver a verles. Su gira nacional finalizó ayer, pero tendrán su momento.