Luis Cantero Sampériz, academista del Teatro alla Scala de Milán: la saga crece en virtuosismo

El nieto del maestro José Luis Sampériz firma dos años como intérprete de trombón de varas y paralelamente recibirá formación

19 de Noviembre de 2022
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Luis Cantero
Luis Cantero

De casta le viene al galgo. El maestro José Luis Sampériz Morera estaría profundamente orgulloso viendo a su nieto. Con su elegancia impoluta. Con ese gesto serio del músico militar que, sin embargo, rompía en sonrisa con facilidad. Inyectó en la vena familiar el amor por la música. En sus nietos inoculó el virtuosismo en la percusión, en la flauta, en la trompa y en el trombón de varas. Incluso a su yerno lo encarriló hacia la tuba. Con 7 años, Luis Cantero Sampériz se inició en el Conservatorio de Música de Huesca. El "Antonio Viñuales", como le gusta recordar a este joven hoy de 23 años. Meses después, ya vestía la chaqueta del grupo fundado por su abuelo. En 2017, con 18 primaveras, encaminó sus pasos a Maastricht (sí, la del Tratado) y la ciudad holandesa ha terminado por explotar sus habilidades en ese equilibrio complejísimo que es la vibración, los labios y el aire. El principio del instrumento. "Todos son extraordinariamente complicados". Ayer, Luis Cantero recibió una noticia que le abruma de felicidad y emoción: es nuevo academista del Teatro alla Scala de Milán, que dirige el francés Dominique Meyer aunque el director musical es Riccardo Chailly.

Orquestalmente, Luis tiene la experiencia de la Joven Orquesta del País Vasco y de Cataluña, con las que ha participado en conciertos. También en Huesca, donde el próximo 30 de diciembre será solista en el de Año Nuevo en el Palacio de Congresos con la Orquesta de Cámara Ciudad de Huesca. No ha podido debutar con la Reino de Aragón porque, cuando tuvo la oportunidad, un compromiso previamente adquirido le impidió integrarse en ella.

Todavía en Italia (vuelve a España la semana próximo), Luis ha pasado una selección muy estricta. Al igual que hiciera hace meses en la Filarmónica de Berlín, concurrió a La Scala y participó en la primera ronda de audición con su trombón tenor (de varas) También toca, por cierto, el alto (soprano o contralto) y el bajo (el más grave). Al notificarle esta gran noticia, sigue la estela de su hermano, academista en Böchum (Alemania), centrado en la trompa. 

Por la propia especificidad de La Scala, sabe que en estos dos años va a concentrar sus oportunidades en la ópera. "Me gusta mucho". Aprenderá y evolucionará, con piezas variadas y con la vista puesta en sinfónicas que le apasionan de autores referentes como Mahler o Bruckner. Todavía no ha recibido la estructura de su formación, y es que los ensayos y las actuaciones se combinan con las clases que le imparten los músicos de trombón titulares de la orquesta. Tampoco sabe, siquiera, si será Trombón primero o Trombón segundo. En cualquier caso, está seguro de que la experiencia será muy fructífera. A estas alturas, ya sueña, y es que apenas pisa suelo: "Estoy en una nube". Quizás allí coincida con el maestro Sampériz.

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