El grupo Lunátika ha representado este viernes la obra Nuestra Señora de las Nubes, de Arístides Vargas, en la XXXIII Muestra de Teatro y Danza Joven de Huesca, bajo la dirección de Yeimy Cruz. El montaje aborda temas como el desarraigo, la identidad y la memoria colectiva a través de una poética denuncia.
Yeimy Cruz ha confesado que hablar del exilio representaba para ella “una deuda" que tenía consigo misma. La directora ha señalado que abordar esta temática ha sido una necesidad íntima y artística que necesitaba cumplir, dado que el tema toca una realidad que ha vivido de forma directa.
La elección de esta obra surgió porque, según Cruz, les interesaba mucho la temática y porque les permitía ofrecer un punto de vista real y personal sobre la migración. Además, destaca que el proyecto fue un motivador común entre los integrantes del grupo.
Cruz subraya que el exilio no es solo un fenómeno político, sino también una experiencia cotidiana marcada por dificultades que no siempre se reflejan en los medios, como la precariedad o la falta de libertad de expresión. Explica que estas circunstancias reales obligan a muchas personas a abandonar sus lugares de origen.
La directora llegó a España en 1999 y se estableció directamente en Huesca, gracias al apoyo de amigos cercanos. Se siente plenamente integrada en la ciudad, a la que considera su hogar, y afirmó sentirse “de Huesca de toda la vida” desde el primer día.
Cruz subraya que la pieza aborda el exilio en su sentido más amplio, incluyendo no solo el exilio político, sino también el abandono, la soledad y las fracturas en las relaciones humanas. Explica que la memoria tiende a desdibujarse con el paso del tiempo, dificultando la reconstrucción de la historia personal y colectiva, un aspecto central en la experiencia del exiliado.
Asimismo, afirma que la identidad de quienes emigran queda fragmentada, atrapada entre dos mundos, sin pertenecer completamente a ninguno. En sus palabras, “los que emigramos no somos de ninguna parte, ni somos de aquí ni somos de allá”, lo que supone una profunda pérdida de identidad.
Finalmente, Cruz señala que el exilio puede vivirse de distintas maneras, y que lo fundamental es la actitud con la que se enfrenta y la capacidad de preservar la memoria. Mantener vivos los recuerdos resulta esencial para conservar la esperanza y afrontar la experiencia.
La directora destaca la labor del grupo Lunátika, cuyos miembros han demostrado un compromiso y una entrega muy generosa. El reparto está integrado por Ana Pueyo, Pablo Pelegrín, Lorenzo Ballarín, Raquel Rausa, Sergio Lanuza, Marga Alfaro, Esther Ortega, Noel Torrijos, Laura Ayerbe, Elena Jordán, Mariajo Rodríguez, Antonio Pierna, Raquel Bergua, Chus Malón.