El Museo Diocesano de Huesca celebra este año su 75 aniversario, un hito significativo en la conservación y difusión del arte sacro en Aragón. Desde su fundación en 1950, esta institución ha pasado por varias transformaciones que la han consolidado como un referente cultural y educativo. A lo largo de estas siete décadas, se ha enfocado en preservar el patrimonio religioso, ampliando su colección y adaptándose a las exigencias museográficas contemporáneas, sin perder de vista su propósito inicial: acercar el arte sacro a la sociedad.
El Museo Diocesano de Huesca fue instituido el 6 de mayo de 1950 por decreto episcopal del obispo D. Lino Rodrigo Ruesca bajo el nombre de "Museo Episcopal y Capitular de Arqueología Sagrada". Este decreto marcó el inicio de la conservación sistemática del patrimonio religioso de la región y fue un paso clave, ya que convirtió al museo en el primer museo de su tipo en Aragón, estableciendo un modelo de preservación y estudio del arte sacro en la comunidad.
Cinco años antes, en 1945, ya se había gestado un primer espacio expositivo con la creación del Tesoro de la Catedral. Esta iniciativa, promovida por el cabildo catedralicio, buscaba reunir y exhibir objetos artísticos dispersos de la catedral. Fue el canónigo D. Estanislao Tricas quien impulsó este primer paso hacia la creación de un museo, y en 1947, con la llegada de D. Antonio Durán Gudiol como canónigo archivero, el proyecto fue consolidándose.
Desde sus primeros días, el museo estuvo ubicado en dependencias de la Catedral de Huesca. Con el decreto de 1950, la colección creció con la incorporación de piezas procedentes de iglesias diocesanas cercanas, gracias al impulso de eruditos como Ricardo del Arco, Federico Balaguer y Ramón Acín, quien ya en 1924 había propuesto la creación de un Museo Diocesano.

Durante la restauración de la Catedral entre 1968 y 1972, el museo cerró temporalmente. Sin embargo, en 1975, gracias a los esfuerzos del Ayuntamiento de Huesca y el Ministerio de Obras Públicas, el museo reabrió sus puertas en un nuevo espacio, la Parroquieta, y comenzó a expandir su colección. Durante esta etapa, bajo la dirección de D. Antonio Durán, se incorporaron nuevas piezas de la catedral y de parroquias diocesanas, incluyendo pinturas murales y esculturas medievales, lo que enriqueció aún más la propuesta del museo.
Entre 1994 y 1995, el museo cerró nuevamente para llevar a cabo una renovación integral. El historiador y sacerdote Antonio Naval Mas, junto al arquitecto Joaquín Naval Mas y con el respaldo del obispo D. Javier Osés Flamarique, lideró este proceso de modernización. Se llevaron a cabo importantes reformas para adaptar el museo a los criterios museográficos contemporáneos, y entre 1997 y 2004 se abrieron nuevas salas, como las de platería, arte medieval, Renacimiento y Barroco, y se recuperó el claustro románico.
Desde 2004 hasta 2022, el museo estuvo bajo la dirección del historiador y sacerdote D. José María Nasarre López, quien se encargó de potenciar la difusión cultural y turística del museo. Durante este tiempo, se lograron importantes acuerdos con el Ministerio de Cultura y el Gobierno de Aragón para llevar a cabo la restauración del Salón Tanto Monta y realizar excavaciones arqueológicas en el entorno catedralicio. Además, bajo su dirección, el museo experimentó un crecimiento en las visitas y en su implicación con la comunidad.
En 2022, la historiadora Susana Villacampa Sanvicente asumió la dirección del museo. Con su vasta experiencia en la institución desde 1997, ha trabajado en consolidar aún más su conexión con la sociedad. Entre sus logros más destacados se encuentran la fundación en 2023 de la Asociación de Amigos del Museo, que ya ha superado los 200 socios en su primer año, y el aumento de la presencia del museo en redes sociales, incluyendo la creación de un canal de YouTube.
Con este aniversario, el Museo Diocesano de Huesca reafirma su compromiso con la preservación, la investigación y la difusión del arte sacro, consolidándose no solo como un importante patrimonio cultural de la región, sino también como una referencia histórica para toda Aragón.