El oscense Jorge Isla disfruta en Nueva York de una beca del Guggenheim

El artista participa en una residencia en la que destacados profesionales comparten sus conocimientos y experiencias

09 de Diciembre de 2023
Guardar
El oscense Jorge Isla ha sido becado durante un mes para participar en una residencia artística en Nueva York.
El oscense Jorge Isla ha sido becado durante un mes para participar en una residencia artística en Nueva York.

Jorge Isla (Huesca, 1992) se encuentra disfrutando en Nueva York de una beca gracias al Basque Artist Program del Museo Guggenheim de Bilbao, una residencia que ofrece la oportunidad de tener encuentros con diversos comisarios, críticos de arte y directores de museos de renombre que le proporcionan toda su experiencia y sabiduría.

El programa se distingue por sus visitas a instituciones artísticas emblemáticas, entre las que destacan las fundaciones Día Chelsea y el Día Beacon, así como la posibilidad de acceder a los almacenes del Museo Guggenheim, el Whitney Museum, el de Brooklyn, o el del Bronx.

Además, el programa, que dura un mes -del 15 de noviembre al 15 de diciembre- incluye sesiones interactivas con comisarios que comparten su valiosa experiencia y conocimiento, detallando el proceso detrás de la creación y desarrollo de exposiciones destacadas. Esta interacción directa con profesionales del campo permite comprender a fondo los entresijos del mundo artístico y adquirir nuevas perspectivas sobre la práctica curatorial.

Jorge Isla está aprendiendo en Nueva York y saboreando enormemente la experiencia. Aprovecha el tiempo para visitar muchísimas galerías, instituciones y librerías. Disfrutando de la ciudad y de su sentido artístico.  "Yo creo que no hay ninguna relación con lo que está sucediendo en España, porque Nueva York es es como una institución enorme que alberga un mogollón de instituciones, un mogollón de galerías y que no tienen nada que ver con el arte que podemos encontrar en España", expresa. 

Al llegar a Nueva York, Jorge Isla quedó impresionado por la asombrosa dinámica de las calles y avenidas de la ciudad, por las entradas de luz y sombras y el contraste que crean. El oscense recordó a fotógrafos como Garry Winogrand, especialmente aquellos que se dedicaban a capturar la esencia fractal de lugares urbanos. Se topó con sus fotografías en libros y le parecieron bonitas, aunque en ese momento no entendía completamente sus contrastes.

Ahora, pisando ese mismo suelo, Jorge Isla ha comprendido el dramatismo que existe en las imágenes capturadas. "La ciudad está dividida por avenidas y calles, lo que genera muchos cortes de luz. Estos fotógrafos esperaban a que la gente jugara con esos claroscuros, saliendo a las calles, entrando a otras y consiguiendo esa esa fuerza visual que sostiene con el contraste".

EL GUSANILLO DEL ARTE

Isla se graduó en Comunicación Audiovisual por la Universidad San Jorge y se encontró con el arte cuando realizó un máster de Producción Artística en Valencia. Reconoce que fue allí donde le "picó el gusanillo" y después hizo otro máster de fotografía en Madrid.

Sin embargo, su conexión total se produjo cuando trabajó de asistente de Iñaki Domingo en la capital de España y le considera, en cierta manera, su "padrino".

Comenzó con la fotografía con dos proyectos "muy al uso". Uno de ellos, Blanco de España se encuentra expuesto ahora en el Museo DA2 de Salamanca -su primera individual en un Museo- y fue comisariado por Manuel Prendes, cofundador de Ora Labora Studio.

En el momento en que llevó a cabo el proyecto "Blanco de España", explica Isla, dejó de producir fotografías. Su enfoque se basaba en una investigación más profunda de lo que se puede encontrar en la ciudad, siguiendo un nivel similar al de flâneur (paseante, callejero). Así, al deambular por la urbe, recopilaba una serie de referencias visuales que luego reinterpretaba mediante otros lenguajes artísticos, como la escultura, la instalación, el videoarte y la escritura, para forma al proyecto artístico.

Desde 2015, su práctica artística se centra en la observación y el análisis de la realidad y de los modos de producción y consumo de la sociedad contemporánea. Actualmente, su obra es un punto de encuentro entre la escultura, el videoarte y la fotografía.

"Todos los proyectos artísticos giran en torno a la diferencia entre el precio del producto y del valor del producto artístico. Estoy cuestionando un poco el propio lenguaje artístico y todo lo que tienen en relación con el mercado", indica.

De hecho, añade, no compra materiales en la tienda de Bellas Artes y todas sus obras casi siempre están desarrolladas en copisterías de barrio, mediante fotocopias, recuperando materiales que encuentra en las calles o en tiendas que no tienen política de reciclaje. Esa basura  se reconvierte a la obra artística, como puede ser el proyecto Reflet realizado con pantallas de móviles rotas.

Entre otros galardones, la Fundación Ankaria le distinguió con el premio especial Javier Rosón Pérez para el artista joven menor de 28 años dentro de la VI Edición del Premio 'La Palabra Pintada' por una intervención sobre 'El libro de los plagios'.

Jorge Isla.
Jorge Isla.

 

EL DIFÍCIL MUNDO DEL ARTE

El oscense observa que "sobrevivir en el mundo del arte es complicado", por eso suele trabajar como fotógrafo de arquitectura, que abarca la imagen, la arquitectura, la reproducción y la enseñanza en un aula de arte. Utiliza diferentes equipos, desde full frame hasta cámaras de 35 mm y 124 mm, junto con cartas de color y todo lo necesario para abordar la fotografía, la creación artística y la arquitectura.

No obstante, precisa que la fotografía aplicada a las artes plásticas no depende tanto del medio. "Es posible lograr una buena fotografía tanto con una cámara de 10.000 euros como con un teléfono móvil. Por ejemplo, cuando camino por la calle, no suelo llevar una cámara, ya que la veo más como una herramienta para trabajos más convencionales, como la fotografía de arquitectura. Prefiero utilizar mi teléfono móvil para capturar referencias urbanas debido a su instantaneidad y a la comodidad de llevarlo siempre encima", explica.

La velocidad general de la imagen y su inmediatez simbolizan conceptos importantes para Jorge Isla. La rapidez del móvil le permite capturar momentos y motivos sin preocuparse por configuraciones automáticas o manuales. Este enfoque espontáneo le permite apropiarse de símbolos e instantes que luego utiliza para desarrollar proyectos. La fotografía funciona más como un cuaderno de apuntes, que le proporciona referencias visuales para plasmar en proyectos que pueden incluir escultura, videoarte o la repetición de imágenes, para generar ideas. "Mi móvil es como un cuaderno de apuntes, similar a una libreta de la compra, donde anoto y desarrollo ideas para mis proyectos artísticos", comenta. 

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante