Un pueblo lujurioso, emprendedor, desarrollado alegre y pragmático. Un jefe de Estado profundamente autoritario que utiliza las purgas como herramienta de preservación del poder, incluso si es menester contra su predecesor (Hu Jintao). Dos caras de la China que vivió durante veinte años Pablo Díez, redactor-jefe de Internacional de ABC, que ha abierto el ciclo de conferencias de la Universidad Internacional Meléndez Pelayo en el Centro Cultural de la Fundación Ibercaja en Huesca, que se prolongará hasta el 29 de octubre, la próxima el miércoles 15 con Manuel Pizarro Moreno.
Alfredo Serreta, director de la Universidad Internacional Meléndez Pelayo, ha agradecido en primer lugar la disponibilidad de la Fundación Ibercaja y el Instituto de Estudios Altoaragoneses, la Diputación, Universidad de Zaragoza y Gobierno de Aragón. Y ha presentado al ponente, periodista cordobés que iba a exponer un tema apasionante "por la actualidad, por el futuro que es presente. China es la gran revelación de lo que podemos vivir". Incidía en que "él no habla de oídas, ha vivido 18 años en Pekín" y se ha movido por toda la zona asiática.
Pablo Díez ha dibujado la realidad de China en su trayectoria reciente, especialmente desde el ascenso al poder de Xi Jinping. "Hoy quiero contarles cómo es la China a la que yo llegué en enero de 2005 y cómo la dejé hace un año". Dos décadas en las que ha sido testigo de los cambios, "algunos a mejor y otros a peor por el autoritarismo de Xi Jinping".
Empezaba el periodista por el final, el viernes 20 de septiembre, cuando su esposa Hellen y él estaban en Pekín para entregar la tarjeta de prensa y amaneció gris y lluvioso por los coletazos del tifón Bebinca que azotaba Shangai. "Esa mañana, después de casi dos décadas, en mi tarjeta de prensa expiraba el tiempo que tenía para permanecer en China". Ya se habían acortado las estancias en el país, intercalándolas con otros lugares como Oriente Próximo, donde cubrió "en Israel la cobertura de la guerra en Gaza y ese segundo aniversario de los atentados salvajes de Hamás el 7 de octubre".
Aludía al hotel junto a El Diario del Pueblo, altavoz del Partido Comunista en China, alojado en un rascacielos, probablemente el edificio de periódico más grande del mundo. Es el "Ministerio de la Verdad porque todo lo que publica El Diario del Pueblo es lo que el PCCH quiere que el pueblo chino crea". Cuando él llegó, el edificio en que vivía tenía 38 plantas menos las que acaban en 4, porque "los chinos son uno de los pueblos más supersticiosos del mundo" y no hacen nada que concluya en tal guarismo, porque se pronuncia similar al término "muerte". Hoy el edificio es el más pequeño de la "jungla de rascacielos" y es el mejor ejemplo de cómo ha cambiado China desde que llegó.
Mostraba el inmueble de la CCTV construido para la televisión china y aludía a las fases dos y tres del World Trade Center, entre una docena de enormes rascacielos otros que no existían en 2005. "Pekín es una ciudad que nunca duerme, yo tampoco dormía en esa época joven y en la que notaba la efervescencia que se notaba en la ciudad, estas ganas de abrirse al mundo, de divertirse, del crecimiento económico, del gastar". En esa revolución social de efervescencia, y también sexual, todos los trabajadores cambiaban de turnos a las siete o las seis. "Era un río incesante de hormigas humanas con cascos humanos, unos que van a trabajar, unos que salen y otros que entran..." "Era un contraste impresionante en ese Pekín todavía sumergido en una nube de contaminación, y volver a casa en una ciudad luminosa con los rascacielos y cuando subían los niveles de contaminación era sorprendente. Ver esa ciudad en ebullición bajo esta capa de polución que se comía los colores, y este hormiguero de personas para construir estos rascacielos".
HASTA LA SEGUNDA POTENCIA GLOBAL
Cuando llegó a Pekín en 2005, China había reemplazado a Italia como sexta potencia mundial, y luego superó a Francia y Reino Unido. En 2007 rebasó a Alemania y en 2010 a Japón. Hoy, "es la segunda potencia y está amenazando la hegemonía de Estados Unidos. Pero entonces estaba abierta al mundo y a la globalización. Hoy China está liderando una nueva guerra fría contra Estados Unidos y contra Occidente junto a la Rusia de Putin, a quien Xi Jinping dijo en marzo de 2023 tras su viaje de estado a Moscú: Estamos viendo cambios que no se han visto en cien años, y los estamos haciendo juntos". Recordaba el gran desfile reciente para conmemorar la victoria sobre Japón. Suele hacer esta exhibición cada diez años desde 1949. "Xi Jinping se inventó este desfile en el año 2015. El eslogan es la victoria de la lucha antifascista por la invasión de Japón. Pero China olvida que no fueron China ni Rusia los que vencieron a Japón, sino las bombas atómicas de Estados Unidos, que las lanzó porque la otra opción era invadir Japón y todas las masacres en otras islas".
La diferencia hace poco más de un mes respecto a 2015 es que el otro dictador, todavía más siniestro, era Kim Jon Un (también el presidente bielorruso). También Pablo Díez estuvo en Corea del Norte. Allí, la pandemia ha agudizado el cierre del país y excitado más el ánimo del tirano, de hecho ha enviado también tropas contra Ucrania.
Contextualizaba la China de inicios de siglo que se había adherido a la Organización Mundial del Comercio y se había convertido en la fábrica global y sus baratísimos productos inundaban el planeta. "La guerra comercial no era por la tecnología sino por la industria textil", lo que afectaba a un país también fuerte en este sector como España. Los sueldos eran entre 47 y 94 euros al cambio de los yuanes, por jornadas de 13 horas y un día de descanso cada diez. Con esas condiciones, creaban muchísimo empleo y contribuían al desarrollo de la zona, según explicó un director de una empresa textil al periodista cordobés.
Frente a ese modelo nacional, hay otro chino de inversiones en el extranjero, y el ejemplo más claro es África, donde China da un "préstamo a un país africano que está fuertemente endeudado a cambio de explotación de recursos naturales, de construir fábricas, de construir un estadio.... Todas esas infraestructuras las hacen empresas chinas con buena parte de personal chino, traído desde allí y los locales se quejan de que hay poca retribución a la comunidad local".
La duda que le quedó de la visita a la fábrica era: "Si el Gobierno chino nos había enseñado con este orgullo lo que consideran que es lo mejor de su industria textil, con jornadas de 13 horas y salarios de 50 euros, mi pregunta es cómo serán los talleres clandestinos de ropa que inundan los mercadillos de todo el mundo donde se puede comprar cualquier prenda a un euro. Y esto ya no está ocurriendo en China, porque es un cambio en estos veinte años. China ya no tiene esa mano de obra tan barata, precisamente por la evolución, y ahora la industria textil se ha deslocalizado a otros lugares como Vietnam, Indonesia y Bangladesh que son lugares que yo también he estado visitando y he visto estos patrones de crecimiento y esta mano de obra por estos sueldos, que pensamos nosotros que es explotación laboral pero a esas familias les dan una manera de salir adelante en su vida".
Para establecer comparativas de la evolución, recuerda que el ministro Bo Xilai le explicó al comisario europeo Peter Mandelson que necesitaban venderle a Europa 800 millones de camisetas para poder comprarle un Airbus 380. En la actualidad, "China es capaz de construir sus propios aviones, tienen un modelo en China y quieren exportarlo al llamado Sur Global que quiere liderar", además de extender la alta velocidad de tren por vastos territorios. Ahora la batalla es el vehículo eléctrico, que ha comparado con los coches de hace veinte años, cuando el más popular era un Citroën. "Hoy ya no se ve ninguno de esos coches y la mayoría de los taxis y coches por las carreteras son vehículos eléctricos, todos de marca china", como BYD o Geely, de precios inimaginables para Europa. Geely compró Volvo a Ford por 1.800 millones de dólares. En todo caso, los Audi 6 negros son el lujo que gustaba a los líderes del Partido Comunista, que constituían "el lujo". Los mandos secundarios preferían los Volkswagen Santana. Sobre la Plaza de Tiannanmen, explicaba el centro del poder junto al Palacio del Pueblo y el Mausoleo de Mao, donde se concentraban los ostentosos desfiles de los Audi 6. Xi Jinping está intentando cambiar este modelo por un Bandera Roja, de diseño similar al Rolls Royce, "que a mí particularmente me gusta".
EL GUSTO DE LOS CHINOS
Lo que no conseguía cambiar, agregaba Pablo Díez, es "el gusto de la clase media urbana, que se ha acostumbrado al dinero, a los productos de calidad. El chino es una persona muy pragmática, muy emprendedora, que está pensando en los negocios, es muy moderno y le gusta lo mejor que tiene, y en los coches lo que más les gustan son los Mercedes".
En ese mismo tenor, los teléfonos móviles, anteriormente Nokia, y hoy iphone y Huawei, la marca que llegó a amenazar a Iphone y era la más exitosa de China hasta las sanciones de Trump por la sospecha de que estaba detrás el Gobierno de China.
Más cambios de la vida en China, el de los alquileres. Cuando llegó, 3.000 yuanes, 270 euros, con una habitación, cocina, un saloncito... Y ya un apartamento mayor después que costaba unos 700 euros. "Esto demuestra cómo había crecido el mercado inmobiliario en China", aunque la burbuja también ha explotado sin la virulencia de Estados Unidos con Lehman Brothers, pero ya está controlada.
Sobre el índice de paro juvenil cercano al 20 %, llegó a asustar al régimen, sobre todo en la pandemia y no informaba de estos datos, así como de las manifestaciones multitudinarias de jóvenes.
LAS PURGAS: HU JINTAO
Las purgas se han sucedido desde "que Xi Jinping ha ido consolidando su liderato y eliminando, que es lo importante, el límite de diez años para el mandato presidencial. Xi Jinping se ha perpetuado y se ha erigido en el mandatario más autoritario desde Mao. al mando de Xi, ha pasado de ser una dictadura colectiva, consensuada por las distintas ramas del Partido Comunista, a una personalista. Y esto es lo que ocurrió en la desastrosa de Mao, El Gran Timonel". No se ha librado de sus demoledores efectos ni su antecesor, Hu Jintao, y ha centrado Pablo Díez su alocución entonces en la imagen del anterior presidente de China sacado a la fuerza por una orden de Xi Jinping. "Una expulsión realmente dramática. A una orden de Xi Jinping, que vio que Hu Jintao estaba tocando unas carpetas, movió la cabeza, alguien vino, dio una orden, llega un guardaespaldas y se llevan a Hu Jintao".
"Esto los chinos no lo han visto, no se retransmitió allí". Con la cultura confuciana, a los chinos "les enfurece tratar así a una persona mayor. No sabemos lo pasó, si fue una purga pública o para dar un escarmiento. Mi teoría es que en los papeles estaban los nombres y no había nadie de su facción. Pienso que Xi Jinping ve que Hu Jintao está inquieto y puede temer que cuando lleguen las votaciones a mano alzada y no levanta la mano Hu Jintao lo vean los 2.300 que están allí". Nadie murmuró siquiera, "eso es el miedo como acto reflejo".
Ha agregado que hay que respetar a China, "pero tenemos que saber que eso está ocurriendo y cada vez más".
Otra purga a la que ha aludido es Qin Gang, ministro de Exteriores, más abierto, que "escuchaba y debatía con mucho respeto y nada tenía que ver con con los lobos guerreros que aullaron tanto en la diplomacia china". Llegó a ser el traductor de Trump y Xi Jinping, lo que demostraba que fue hombre de confianza del presidente. "Su misión era reconectar a China con Occidente después de la pandemia porque se había aislado, pero fue purgado en el verano de 2023, pero nadie sabe qué ha sido de él", se especula con la muerte, con un confinamiento en una editorial o un lío de faldas que comprometiera algún secreto de seguridad. Otra opción es que a Rusia no le gustaba porque era cercano a Occidente.
Pablo Díez ha recordado a muchos perseguidos ya hace años como el artista Ai Wei Wei o el Nobel de la Paz de 2010, Liu Xiaobo, que promovió la Carta 08 por la Democracia, honor a la Carta 77 por la Democracia en la República Checa y fue condenado a 16 años de cárcel, y falleció en 2017. "Ha aludido a los disidentes a los que meten en la cárcel y les pegan. ¡Cuántos de ellos han muerto!" Ha enseñado una foto de diciembre de 2005 tras una protesta por una central térmica en que el Ejército acabó disparando a la gente. "El pueblo fue cerrado y tuve la suerte de entrar en el pueblo y poder entrevistar al padre de la víctima y su esposa. Ves la indefensión del ser humano y el débil con un sistema que supuestamente quiere que haya más igualdad y los débiles no lo sean, como es un régimen comunista". Ha proyectado padres de muertos en Tiannanmen. Cruelmente, les devuelven los cuerpos con la condición de que reconozcan que la culpa era de la víctima.
"Son historias tristes de esta China de luces y sombras, de crecimiento, del desarrollo que a veces pasa como una apisonadora delante de mucha gente y donde vemos del lujo más excesivo hasta escenas como ésta de gente que trabaja para recoger todo lo que es el reciclaje", culminaba mostrando una fotografía de un joven con una bicicleta y montones de cajas apiladas.