El V Memorial Carlos Luna ha vuelto a llenar de emoción y música el barrio de San Martín, en una jornada que ha reunido a numeroso público en la carpa instalada en la plaza de toros, que se ha quedado pequeña ante la gran afluencia de vecinos y amigos del recordado oscense. La Comisión de Fiestas ha recibido una gran ovación por su implicación y por mantener vivo, año tras año, este homenaje tan querido.
La velada ha tenido como gran protagonista al grupo Radices, una joven formación con un fuerte componente emocional vinculado a esta cita conocida como Luna lunera Sanmartinera: dos de sus integrantes, Lorién y Julia Sierra, son sobrinos de Carlos Luna e hijos de Pedro Sierra e Isabel Luna. Junto a ellos, completan la banda Ana Puey (saxofón), Rubén Correia (batería) y Sofía Comín (bajo).
Tras su reciente debut en el Juan Sebastián Bar, la actuación de este domingo ha supuesto su estreno oficial, con un estilo propio que definen como rock de alpargata: una fusión de rock and roll con toques de folclore aragonés. “Es la música de donde venimos muchas de nosotras”, explicó Lorién Sierra, quien también ha anunciado que el grupo acaba de lanzar una campaña de micromecenazgo para grabar su primer disco y ha animado a colaborar.
Durante su intervención, Sierra ha reprochado al Ayuntamiento la elección de la carpa como espacio alternativo al Palacio de Congresos, utilizado en años anteriores para los actos del barrio, al ser evidente, una vez más -no todo el mundo pudo entrar anoche para ver a la Orquesta Manacor- que se queda pequeña para el aforo habitual que llena estas fiestas.
Aun así, ha subrayado la ilusión de poder presentar el proyecto musical en el barrio donde crecieron: “Será lo que la gente quiera y nos ayude, pero hoy hemos disfrutado muchísimo tocando aquí”.
Previa a la actuación, Javito Rico ha introducido al grupo destacando “su energía y una música que engancha mucho”, y ha desvelado que entre el repertorio se encontraba el tema Mala noche, dedicada a Carlos Luna.
Ha recordado también la profunda vinculación del homenajeado con la plaza de toros, donde torearon sus hermanos, Tomás y Diego, que no se han perdido el espectáculo, al igual que Isabel y otros componentes de la familia y amigos.
En su discurso, Rico ha evocado el espíritu festivo del barrio: “Aquí hay dos cosas que nos diferencian de otros: el Payaso y la Abueleta. Todos los que estamos aquí hemos corrido delante de ellos, y luego, de mayores, con Carlos, nos los poníamos para divertir a los niños., entre otros a nuestros hijos Eso es lo que representa este barrio: compartir, confraternizar y acoger”.
El acto ha concluido con un mensaje muy emotivo: “Aunque la luna se va, la luna se queda”. Una frase que ha vuelto a iluminar el cielo de San Martín, donde el recuerdo de Carlos Luna sigue tan presente como el primer día.