Excepcional, comprometido y generoso. Curioso, siempre dispuesto a aprender y agitador de conciencias, maestro de la libertad. Muchas personas cercanas se han reunido este sábado 10 de febrero en Aínsa para juntar retazos de la vida de Ánchel Conte, el humilde y magistral profesor natural de Alcolea de Cinca. Explicaba su marido, Ignacio Barroso, que nunca cesó su motivación por seguir produciendo conocimiento, dejando su huella en este mundo con su vocación renacentista en sentido estricto.
Fundador de la revista Andalán, impulsor del grupo de bailes tradicionales del Biello Sobrarbe y despertador de conciencias en toda una generación de jóvenes en su breve pero intenso paso por el Instituto de Aínsa, el encuentro ha sido un recorrido por su fructífera ejecutoria marcada por irrenunciables ejes: enseñar a pensar, tener espíritu crítico, amar la tierra y la libertad. Llegó a fines de los setenta, con 24 años, comunista y homosexual, con su transgresora concepción profesoral.
Su luz brilla en aquellos bailes abocados a desaparecer, y se lee en sus poemas escritos en aragonés, que él aprendió y revalorizó con títulos como 'No deixez morir a mía voz'. Se puede disfrutar la última gaita de boto aragonesa que ayudó a recuperar en el Museo de Artes y Oficios Tradicionales de la Villa Medieval de Aínsa, a partir de ahora colocada junto a su propio traje del Biello, donado recientemente al ayuntamiento.
El homenaje en un Centro Cultural repleto ha escuchado las intervenciones de amigos, compañeros y familiares se han producido en su mayoría en aragonés, y entre los invitados se ha contado con la presencia de los grupos musicales La Orquestina del Fabirol y Os Chotos, Javier Giralt y Juan Pablo Martínez, de la Academia Aragonesa de la Lengua, la profesora Concha Tovar o Jorge Pueyo, diputado en el Congreso.
Han tomado la palabra sus editores. Marina Heredia destaca que su faceta como poeta nació en Aínsa, mientras que Chusé Raúl Usón en el papel de maestro de ceremonias reconocía su ingente labor como investigador. Una veintena de libros dan fe de su impecable labor, el último 'Los mudéjares y moriscos de la Tierra de Vera (Almería) en el tránsito del siglo XV al XVI', pocos días después de que él falleciera en esa misma provincia.
Juanjo Generelo, director del Archivo Histórico Provincial de Huesca, recordaba la emoción con que Ánchel Conte se sumergía en la búsqueda de información, hasta llorar viendo documentos, y Cruz Barrio, bibliotecaria del Centro Aragonés de Barcelona, manifestaba la enorme suerte que supuso el hecho de que conociese a Ignacio Barroso y se trasladase a Barcelona en 1979. Desde allí realizó la mayor parte de su trabajo como investigador. “Aún recuerdo la ilusión que me provocó conocer a un fundador de Andalán. Me dio permiso para entrar en su vida y ahí sigo”, expresaba emotivamente Barrio. “En aquellos años compartimos momentos históricos, homenajes y recuerdos, y cada una de sus presentaciones de libros se convertía en una fiesta”.
El homenaje ha continuado hasta primeras horas de la noche, cuando se dirigía a todos el alcalde de Aínsa-Sobrarbe, Enrique Pueyo, que ha resaltado la excepcionalidad de un hombre “que hizo cosas increíbles" en sus siete años en Aínsa. "Nunca podremos olvidar todo lo que hizo por esta comarca. Siempre lo llevaremos en nuestro corazón”. Antes de que el Biello Sobrarbe cerrase el acontecimiento, con esas músicas y movimientos que tantas otras veces habría escuchado y bailado el propio Conte, Ignacio Barroso lanzaba las últimas palabras: “Ánchel vive en la lucha por el aragonés, en la lucha contra el racismo y contra toda discriminación. Y vivirá siempre en la lucha de quienes quieren una sociedad de personas libres y iguales”.