El Festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca, que organiza la Diputación Provincial de Huesca, gira por la comarca de la Ribagorza con una triple propuesta musical que recorre los enclaves de la ermita de San Medardo de Benabarre, los bosques de Castejón de Sos y el Molino de Centenera, en La Puebla de Fantova (Graus). Los marroquíes de Aïta Mon Amour, la catalana Clara Peya y la burgalesa Blanca Altable replican esta hermosura de escenarios de viernes a domingo.
Aïta Mon Amour, el grupo liderado por Widad Miama, actúa a las 19:30 de este viernes en Benabarre. El proyecto nació de la fascinación que Widad Miama tenía por las Chikhates, mujeres cantantes y curadoras en la tradición marroquí, cuya existencia se remonta al siglo XII. En colaboración con Khalil Epi, rescatan del olvido esta antigua poesía para hacerla resonar en la era contemporánea y digital.
Widad crea una narrativa musical a partir de poemas y canciones de Aïta, esa tradición marroquí, combinación sensual de música y danza protagonizada por coros femeninos. Un arte exclusivamente oral que proviene de la sociedad rural y que ha mutado con el tiempo debido a las omisiones que llegan con la transmisión oral.Una apuesta fuerte, conmovedora, un viaje a la historia de aquellas mujeres que Widad ha sabido encarnar.
El emplazamiento elegido para esta música ancestral actualizada es la ermita de San Medardo de Benabarre, situada en las afueras de la localidad ribagorzana a apenas dos kilómetros de su centro histórico. La ermita está situada en un amplio parque, ideal para una jornada en familia, con barbacoas, merendero y columpios para los más pequeños.
CLARA PEYA EN CASTEJÓN DE SOS
El sábado, el bosque elegido en Castejón de Sos para este espectáculo está situado en las inmediaciones del río Ésera, entre los barrancos de Gabás y Urmella, situado en el espacio urbano donde se ubica un parque infantil y el crucero de término de la localidad, en la calle Ral. El camino se inicia por la calle San José en dirección al barranco de Urmella y el bosque, un magnífico pinar que apenas deja espacio a robles y abedules.

Es un lugar perfecto para el recital de la catalana Clara Peya, vanguardista y transgresora, que bascula entre el jazz, el pop y la electrónica, manteniendo como eje de su espectáculo el piano. Fue reconocida con el Premio Nacional de Cultura 2019 por su carrera musical y compromiso social.
En el bosque de Castejón de Sos estará compañada de Santi Careta, guitarrista, compositor y productor. En este proyecto Peya y Careta se unen para redescubrir la discografía de la pianista, reinterpretando temas ya publicados y descubriendo otros inéditos, en un juego de creación conjunta desde el propio instrumento. Ambos artistas, a partir de su recorrido y sus emociones, encuentran en la experiencia de tocata compartida una nueva vía de experimentación y expansión de sus voces, ya eclécticas e inclasificables por naturaleza.
BLANCA ALTABLE EN GRAUS
La burgalesa Blanca Altable repite en el cartel del Sonna, en concreto en Graus el domingo a las 12. Es una de las pocas violinistas del entorno de la música tradicional castellana. Comenzó su andadura en solitario con el álbum Somos Polvo (2021), donde se inició en la exploración del loop, como pieza angular de su sistema compositivo, y de su voz. Dos años después llegó Las Formas del Agua (2023) como una evolución palpable de esta exploración. Altable teje en esta oda al fluido vital una sinfonía de sonido post folk y post minimalista, donde la belleza se entrelaza con la vanguardia de manera exquisita a través de las capas de su violín, voz y percusión.

El escenario elegido es el Molino Centenera, en La Puebla de Fantova (Graus), está situado en un paraje natural de gran belleza. Imbricado en el ancestral sistema económico y de subsistencia del entorno, fue molino de cereal, de aceituna (almazara), horno de pan y central hidroeléctrica, desde la que se generaba la luz que iluminaba los pueblos del valle hasta los años 70. El molino está ubicado en una finca de más de 3.000 m junto al barranco de Pinares, muy cerca de La Puebla. Cotiella y el Turbón dominan el paisaje.