Huesca ha vivido este sábado una jornada histórica con la visita del mítico batería de The Police Stewart Copeland, dentro de la programación del 53º Festival Internacional de Cine. La cita, enmarcada en la sección “Vermut con”, ha reunido a un público entusiasta en torno a una animada charla entre el músico y el director Pablo Aragüés, previa al esperado estreno del documental que lleva su nombre.
La jornada ha culminado por todo lo alto esta noche en el Teatro Olimpia, donde Copeland ha sido sorprendido sobre el escenario con un Premio de la Música Aragonesa Especial, entregado por el coreógrafo Miguel Ángel Berna y el batería de Héroes del Silencio, Pedro Andreu. El reconocimiento ha arrancado una ovación unánime a una figura imprescindible en la historia de la música contemporánea.
La cita con Copeland era uno de los momentos más esperados de esta 53 edición del festival. El icónico batería ha charlado con Pablo Aragüés, director del largometraje documental Copeland (2025). La conversación, moderada por Chus Fenero, directora de la Muestra de Cine Realizado por Mujeres, ha ofrecido al público una mirada sincera, divertida y emocionante a la trayectoria de un artista inagotable.
Copeland ha confesado que, cuando recibió la propuesta para hacer un documental sobre su vida, le sorprendió: “Se me había olvidado lo que había hecho a lo largo de mi vida, y ya tenía 72 años. ¿Por qué no?”. A lo largo de la charla, ha repasado su carrera con entusiasmo: “He tenido una vida increíble, imposible de superar. He aporreado la batería, he criado siete hijos, he compuesto música, he jugado al polo… y estoy aquí”.

No le teme a la nostalgia, ha explicado, porque siempre ha sentido que avanza: “No me asusta mirar al pasado porque siempre voy hacia adelante”, ha señalado.
Tampoco le da miedo la inteligencia artificial, que ha calificado como una herramienta útil. “La contemplo como una herramienta que me facilita componer música”. Con su habitual espíritu abierto y experimental, ha subrayado que lo importante sigue siendo el instinto creativo.
El público, entregado y participativo, también ha querido hacerle preguntas. Un niño llegado desde Barcelona con su padre, también batería y zurdo como Copeland, le ha preguntado si tocar con la derecha le había supuesto una limitación. El músico le ha respondido con cercanía que quizá le complicó un poco, pero le ha pedido que vea siempre la diferencia como un valor.

Otro asistente le ha preguntado por su disco favorito, y Copeland ha citado uno de Jimi Hendrix y Reggatta de Blanc como su álbum predilecto de The Police, y ha asegurado que si tuviera que llevarse uno solo a una isla desierta, sería Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles. Varios fans han aprovechado el turno de preguntas para agradecerle personalmente su legado musical.
Por su parte, Pablo Aragüés ha compartido detalles del proceso de creación del documental. Ha recordado que el primer montaje duraba casi media hora más que la versión final, y que tras una visita a la casa de Copeland volvieron “con diez teras de material”.
Según el director, la vida del músico es tan rica que resulta “inagotable”. También ha destacado la conexión emocional que sintió con el proyecto desde el principio: “Quería que él contara su historia, porque nadie lo iba a hacer mejor", y ha comentado que lo que le atrajo de él fue su "su versatilidad y su pasión".

TE THE POLICE A TRABAJAR CON COPPOLA
Copeland ha recordado que uno de los momentos decisivos en su carrera fue cuando dejó de estar encasillado únicamente como batería gracias a la oportunidad que le brindó Francis Ford Coppola. Fue el cineasta quien lo impulsó a dar el salto a la composición en este nuevo universo artístico, lo que le abrió un camino nuevo que marcaría profundamente su evolución.
Así pudo experimentar con otras técnicas y registros. Trabajar para otras personas, ha indicado, le permitió aprender mucho, enfrentarse a nuevos lenguajes y ampliar su paleta sonora. “Trabajar también nos viene bien a los artistas”, ha bromeado.
Ese cambio coincidió con una etapa de creciente tensión dentro de The Police. Ha confesado que, aunque el grupo vivió momentos extraordinarios, también fue una experiencia emocionalmente exigente: “Había mucha tensión, nos volvíamos locos unos a otros, estábamos a punto de retorcernos el cuello”. Ha asegurado que marcharse fue una bendición. Le permitió salir de un entorno de conflictos. “Ser compositor de cine me abrió la mente, me llevó a mundos muy distintos y me resultó más cómodo”, ha afirmado.
Antes de concluir, ha expresado su interés por la música española y el flamenco. “Voy a venir a España, me voy a empapar de vuestra cultura y vamos a hacer un intercambio”. Ha revelado que ya ha trabajado con artistas de flamenco en EE. UU. y que siente fascinación por la fusión de estilos: “He estado en Egipto, en Líbano, he absorbido música árabe, y aprendí batería en un club de striptease armenio”, ha dicho entre risas, con su característico humor.
El estreno de Copeland esta noche en el Teatro Olimpia ha tenido lugar a las 22:00 y, como se esperaba, se recordará por ser uno de los grandes momentos de esta edición del festival.
Nadie se esperaba lo que ha sucedido. Copeland -y todos los asistentes- ha sido sorprendido sobre el escenario con un Premio de la Música Aragonesa Especial, entregado por el coreógrafo Miguel Ángel Berna y el batería de Héroes del Silencio, Pedro Andreu.
El público oscense ha respondido con calidez a un artista que, lejos de mirar al pasado con melancolía, ha demostrado estar más vivo, curioso y creativo que nunca.