El Poder de la voz. Con este título presenta b vocal su último espectáculo, uno de los más especiales de su carrera y que reunió este sábado en el Palacio de Congresos de Huesca a cerca de 600 personas. La formación aragonesa demostró, una vez más, que la música es una herramienta de expresión única, que va más allá de las palabras y que es capaz de transmitir emociones que crean vínculos muy especiales.
b vocal volvió a llevarse todo el cariño del público, sus aplausos más enfervorecidos y una admiración sin límites, por su destreza para generar cualquier matiz posible para una cavidad bucal y su garganta correspondiente, porque son muy divertidos y contagian su alegría, porque saben reírse de sí mismos y enseñan a desdramatizar, porque hacen partícipes al público de su amor por Aragón y su cultura, porque pasan de las fronteras y por su magnetismo y su capacidad aglutinadora. Oiga, que son muy buenos, musicalmente hablando, y que se hacen querer.
En este nuevo proyecto se han embarcado con unos compañeros de viaje muy especiales, el Coro de Voces Blancas Amici Musicae del Auditorio de Zaragoza, que sin duda realizan una gran aportación al espectáculo.
Alrededor de 50 voces blancas inundan la escena acompañando a B Vocal en un gran espectáculo de luz y sonido, con una producción nunca antes vista en un show a capela. La coreografía lleva el sello de Alejandro Longines y transmite una energía tremenda y la batuta la sostiene la mano de Isabel Solano, que fue aclamada por sus propios pupilos cuando sonó su nombre en el turno de agradecimientos.
Comenzó Augusto González dando paso a sus compañeros, entre los que ya no se encuentra Alberto Marco, al haber dejado el grupo en busca de otros objetivos profesionales: Juan Luis, Carlos, Fermín y Satur Rodríguez y Carlos Valledor -los dos nuevos integrantes del grupo-.
Con un cálido aplauso que se repitió a lo largo de la noche se recompensó la presencia y la actuación del Coro Amici, con el que b Vocal quiere emprender una gira nacional e incluso internacional.
Y comenzaron a desfilar los temas, unos ya vistos en Huesca, otros nuevos, algunos propios y otros de reconocidos artistas, como El ciclo sin fin, Yo paso doble de ti, Rosanne (Te Police), Locked Out Of Heaven (Bruno Mars) y hasta un mix de la ópera Carmen.
Antes de abordar este número, Carlos indicó que, por primera vez, iba a cantar con ellos una mujer. "¡Seguro que es de Almudévar!", le replicó uno de sus compañeros, en un guiño a la localidad en la que tantos amigos tienen.
El espectáculo dio para mucho más. Juan Luis demostró que puede cantar en cualquier registro y Carlos protagonizó un momento muy espectacular, convirtiendo el Palacio de Congresos de Huesca en una auténtica discoteca. En medio de la oscuridad, se calzó unas zapatillas y un atuendo con luces brillantes e intermitentes y con su voz inundó el espacio de música electrónica.
Hubo también varias canciones que apelaban a la paz, la mayoría de ellas con la intervención de los niños y niñas, que resultaron muy emotivas, como We are the world.
No se olvidaron del humor, por supuesto, y fue especialmente divertido la historia de un inmigrante rumano que resultó ser Drácula. "Hay gente que lo está pasando regulinchi y no se les ocurre otra cosa, para mejorar sus vidas, que venir a España. ¡Angelicos!", ironizó Agusto.
Un pupurri de Abba, versión b vocal, un viaje iniciático al sur de España para desembarcar en el flamenco, todo fue escalando, escalando, para alcanzar uno de los momentos cumbres de la noche, con la interpretación de Bohemian Rhpsody de Queen, quien, "por motivos obvios", no pudo viajar a Huesca, como tampoco lo pudieron hacer ni su grupo ni Abba, por cuestiones de caché.
Pero cuando parecía que b vocal se había vaciado ya lo suficiente, al igual que sus maravillosos acompañantes, llegó el Hallelujah de Leonard Cohen y el Highway to Hell de uno de los álbumes más incónicos de AC/DC. En esta última, los niños se desparramaron por el escenario, como si vivieran en 1979 y fueran auténticos fans de la banda de Angus Young.
"En Huesca estamos como en nuestra casa. Gracias por todo el amor que nos proporcionáis cuando venimos y cuando no venimos, también", le dijo Augusto al público, poco antes de la despedida.