La SD Huesca ha vuelto este miércoles al trabajo tras disfrutar de los dos días de descanso de la semana. Atrás quedó una amarga derrota en La Romareda y una semana muy larga de tres partidos. Así, con las pilas recargadas, los chicos de Cuco Ziganda han completado un buen entrenamiento -así se lo ha asegurado el propio entrenador a sus jugadores- con la mirada fija en el Burgos (domingo, 19:00 horas). Pero antes de saltar al césped los jugadores han tenido una larga sesión de video de 50 minutos. El protagonista ante los micrófonos de los medios de comunicación ha sido Andrés Fernández, uno de los capitanes del equipo. Ha dado la cara y ha dejado claro que tienen "ganas" de que llegue el partido del Burgos porque "hay que levantar el ánimo después de saber que el otro día no hicimos las cosas como deberíamos".
Tanto Jorge Pulido al finalizar el partido ante el Zaragoza como el propio Andrés reconocen que "hay que saber cuando uno la caga bien cagada, que fue lo que pasó. No salimos como se debería. A partir de ahí, no hay que fustigarse y la vida trata en levantarse". Y el primer paso para dejar atrás la decepción lo han dado este miércoles. Juanjo Nieto ha completado la parte final del entrenamiento de manera individual con un trabajo específico junto a los readaptadores Jordi Carracedo y Carlos Calvo. Pulido se ha retirado a los pocos minutos de saltar al césped a causa de unas molestias. Vilarrasa hizo lo propio pero al final con signos de dolor en el tobillo tras un choque producido en el partidillo final. Al único que no se le ha visto ha sido a Marc Mateu, ausente en la sesión sobre el verde del IES Pirámide.
El jugar de visitante "es una asignatura pendiente y lo estamos hablando. Algo mental es seguro, creo que en la categoría hay pocas diferencias entre los equipos y, normalmente, los equipos en casa somos más fuertes. Tenemos que tener una mentalidad más fuerte fuera de casa y, aunque nos hagan gol, el partido sigue. Hay que cambiar un poco el chip".
Pero no todo es negativo, pues el Huesca ha llegado al último partido de la primera vuelta con 27 puntos en el casillero. El portero sabe que "somos sólidos y tenemos dónde mirarnos. Tenemos que mirar lo que hacemos bien en casa y, a partir de ahí, crecer. Las bofetadas viene bien si sabes hacer autocrítica y reconocer la cosas individual y colectivamente que no hemos hecho bien".
El meta murciano suma 11 porterías a cero esta temporada y eso habla a las claras de la identidad del Huesca de Ziganda. "Es uno de los puntos positivos, hay que mantenerlo y no hay que pensar en que llevamos 11, sino que queremos más".
El partido del domingo en El Plantío lo afrontan con "muchas ganas" sabedores que es "una prueba muy difícil". En estos casos, cuando toca ir a contracorriente, "te tiene que gustar ir allí y afrontar esos reos. Vamos a ver si somos capaces".