Las batallitas del carca: Las visitas de los "ex"

13 de Septiembre de 2022
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Recorte de Nueva España El Periódico de Huesca con Agustín Lasaosa como protagonista.
Recorte de Nueva España El Periódico de Huesca con Agustín Lasaosa como protagonista.

En la actual situación del balompié nacional, con una pléyade de futbolistas ‘de ida y vuelta’ por tantos equipos que no les da ni tiempo a saber dónde están -por mucho que se besen el escudo el día de su presentación-, las redes sociales andan debatiendo de manera incandescente sobre el comportamiento de las respectivas aficiones con esos jugadores que un día fueron ‘suyos’.

El Huesca, al ser un equipo vendedor por necesidad, anda metido de lleno en ese huracán internáutico respecto al trasiego por El Alcoraz de los numerosos ‘ex’ que han pasado y lo seguirán haciendo conforme se jueguen las próximas jornadas.

Empezaron Mikel Rico y Ferreiro y la semana pasada lo hicieron Rubén Castro y Álex Gallar, pero el listado es variado y extenso. Unos dejaron profunda huella, otros fueron buenos profesionales, algunos salieron por peteneras y muchos pasaron a formar parte de la mejor época del club azulgrana.

A unos se les recibió con cariñosas ovaciones, a otros le chillaron los oídos y como es misión imposible poner de acuerdo a todos me remitiré a lo que sucedía antaño, cuando nuestro jugador era “un valiente y aguerrido defensa” y cuando venía de visita como rival pasaba a ser “un leñero” de tomo y lomo.

Vaya por delante que no soy partidario de Bilardo cuando decía que “al enemigo ni agua”, pero tampoco de ser el buen samaritano, porque una vez hechas las presentaciones, durante el desarrollo del encuentro hay que olvidarse de delicadezas por el pasado y ajustarse al presente de un contrincante con aviesas intenciones al que hay que neutralizar con toda la presión desde la grada pero con educación y sin insultar nunca a nadie. Una vez que la pelota echa a rodar hay que centrarse en apoyar y alentar a tu equipo y olvidarse de sentimentalismos mal entendidos.

Y menos con los díscolos, que también los ha habido y a los que el cuerpo te pide marcha, aunque en esos casos no haya mayor desprecio que el silencio y la indiferencia absoluta porque lo contario se vuelve un acicate para el protagonista.

Otro ‘ñoño discurso’ instaurado en nuestro fútbol moderno es la costumbre de no celebrar los goles cuando le marcas a tú ex equipo. Vamos, que alguno tendría que hacerse una lista antes de empezar la liga y repasarla antes de viajar a según qué campos para evitar que algún airado aficionado la tome con él.

En mi época, los goles se celebraban siempre -que se lo digan a Agustín Lasaosa cuando visitó Huesca con el Tenerife, marcó el chicharro del empate a dos y el titular fuera “Agustín nos hundió”-, aunque yo esa faceta la disfrutara más bien poco desde mi posición de ‘líbero’. Ahora andan reprimiéndose como si hacer su cometido fuera un pecado o temieran que la hinchada, como debe ser, les pite. El fútbol es pasión (bien entendida) y la mayor alegría son los goles, así que por qué privarse de semejante gozo, porque así se demuestra el respeto a las aficiones y al fútbol, siempre que no se hagan excentricidades, que también andan ahora cotizando al alza cuando la mejor celebración ha sido siempre abrazarse con los compañeros.

Lo dicho, disfruten del fútbol y sobre todo con el Huesca, fieles sin reblar.

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