La primera edición de la Backyard de Benabarre se celebró el pasado fin de semana y fue un completo éxito. ¿Y cuál es el camino hacia él? Su impulsor, Germán Martínez, lo tiene claro: "Convertirla en una fiesta".
En total fueron 170 inscritos y el vencedor fue José Manuel Ruiz Verdugo, el principal favorito que no defraudó. La valoración de la organización es "positiva" y asegura que, cuando se planteó esta primera edición, "ya contábamos con que no sería un proyecto anual, sino de, al menos, un trienio".
La backyard es una modalidad en auge y atractiva para la mayoría de sus participantes, "sobre todo para los amantes de la resistencia. Los motivos por los que atrae más es porque tiene un aspecto social muy importante", asegura Martínez.
El primer mandamiento es porque puedes ir allí con tus amigos o familiares y compartir un tiempo de camping. Se trata de hacer 6,7 kilómetros en un circuito circular en menos de una hora. "En ese tiempo coincides con tus compañeros, aunque no lleves el mismo ritmo", explica.
Además, si te has desplazado con acompañantes, pareja o hijos, "te pueden ver cada hora porque pasas siempre por ahí. Aquí no gana el más rápido, sino el que más resiste. Estás corriendo con deportistas de élite, que no van a una velocidad explosiva y que, por tanto, puedes compartir su buen hacer".
La carrera también tiene su componente solidario, por lo que todavía la hace más grande. El evento que se celebró en el entorno del parque de San Medardo de Benabarre se componía de una backyard propiamente dicha y una caminata solidaria. Entre ambas se han recogido 960 kg de alimentos que irán a beneficio de Cruz Roja Ribagorza, que a su vez entregarán a familias más necesitadas.

Se puede decir que la comunidad autónoma de Cataluña fue pionera en backyards, aunque la primera que se hizo en España tuvo lugar en Galicia. Los pioneros catalanes se encargaron de realizar unas pruebas de las cuales Martínez y compañía han intentado copiar en cierto modo, aunque con criterios personales.
"La base de este éxito es convertirla en una fiesta, en un acto de solidaridad. La organización hay que intentarla hacer con gastos económicos muy reducidos. La inscripción es barata y el auge de las pruebas es evidente, porque en otras carreras con la inscripción más cara, el auge no ha proliferado tanto", relata.
En Cataluña, las primeras dos backyards se celebraron hace dos años. El año pasaron se dieron cuatro y en 2024 habrá más de 10. La primera backyard de España fue hace seis años en Galicia, con un precio que triplica al de la zona altoaragonesa. En Benabarre ha habido una notable representación femenina; de en torno a un 25%.
En total han sido 60 voluntarios los que han apoyado a la organización. Los inscritos han llegado desde 17 provincias y 10 comunidades autónomas diferentes. "Aquí queda patente el turismo-deporte. Por lo tanto, las instituciones, ante este evento, deben prestar atención y ayudarnos en lo que puedan. Aunque en esta primera edición no nos han cerrado las puertas", concluye Martínez.