Costa construirá 155 "alcoraces" gracias a las facilidades: lo que pudo ser con la SD Huesca y no fue

La inversión del grupo en el Proyecto Clave en Villamayor de Gállego contrasta con el imposible metafísico de su voluntad de salvar al club azulgrana

03 de Abril de 2024
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Jorge Azcón y Jorge Costa, en la presentación del Proyecto Clave del Grupo Costa
Jorge Azcón y Jorge Costa, en la presentación del Proyecto Clave del Grupo Costa

Jorge Costa y la marca familiar de su Grupo son este 3 de abril el nombre reputacionalmente más admirado de Aragón. Ha presentado su Proyecto Clave y, más allá de que a muchos oscenses nos gustaría que la ciudad fuera capaz de competir con el succionador ecosistema empresarial zaragozano (Jorge Azcón aseguró en un debate de Huesca Suena hace un año que hay que desarrollar el eje de desarrollo entre ambas capitales, hágase, señor presidente), ha habido un número aportado por el inquilino del Pignatelli que ha llamado la atención por estos predios de la fateza: las 155 hectáreas de la gigantesca iniciativa de campus biosanitario y de desarrollo agroalimentario con el porcino en cabeza.

Los argumentos aportados por el líder del Grupo Costa suscitan una cierta melancolía entremezclada con frustración (no hay heparina que valga para combatir estas incomodidades) por lo que pudo haber sido y no fue de la inversión a la que estaba dispuesto para otorgar a la Sociedad Deportiva Huesca una oportunidad inmejorable. Más allá de subvenciones que ha depreciado como determinantes para un empresario con una gran cultura inversora, Jorge Costa ha aludido al acompañamiento, la rapidez y las facilidades por parte de las administraciones, que hoy permiten celebrar el arranque de un proyecto que generará 5.200 empleos entre directos e indirectos.

Un sueño, una ilusión, un esfuerzo, valentía y compromiso. Esto representa, en palabras del propio Jorge Costa, el Proyecto Clave para todo el equipo del Grupo Costa, que acrecentará la dimensión agroindustrial y biotecnológica de Aragón. Entre las once comunidades autónomas en las que opera la compañía, ha escogido para este reto hercúleo Aragón, y lo ha hecho porque ha sentido "proximidad, predisposición y acompañamiento. Somos aragoneses y estamos orgullosos de serlo".

Sus 155 hectáreas vienen a ser más de 155 "alcoraces" en los que se va a plantar prosperidad y futuro. Aquí, en el Huesca, donde se menospreciaba la capacidad inversora de un grupo capaz de facturar en 2023 más de 2.100 millones de euros, la proximidad para la gran obra de Villamayor de Gállego contrasta con la barrera y las trabas, la predisposición con el desdén y el acompañamiento con el egoismo de querer preservar otro tipo de ecosistema débil, el que ha llevado a una coyuntura económicamente extrema que, a la velocidad del rayo, ha cambiado las proclamas de coyuntura "envidiable" por una "realidad financiera muy fuerte" -el presidente dixit- al silencio de los corderos en el que ni se explican cuentas ni se avanza porque, a fecha de hoy -mañana será otro día-, las incógnitas se ceban sobre el futuro del club.

Lo peor que se puede decir en esta cara y esta cruz, la del Proyecto Clave y la del clave proyecto que se despreció en el Huesca, es que esta ciudad y este club dejó pasar el mejor tren por desidia y vicios más graves, justo cuando quien iba a ser el abanderado, Agustín Lasaosa, está ya en plenitud para ser reincorporado al lugar y las competencias que dejó por imagen de la Sociedad y al que se le prometió la restitución. Y los bien pensantes quieren soñar con que, repentinamente, el ferrocarril vuelva desde donde se fue.

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