La transparencia ayuda mucho a una organización, porque en la ambigüedad se alojan todos los pecados que redundan en la pérdida de credibilidad. En el Huesca, durante demasiado tiempo ya, la política de comunicación -que nada tiene que ver con sus profesionales, ajenas por supuesto a la toma de las grandes decisiones- es una pequeña calamidad. Y la destitución en una bruma de confusión del consejero delegado no hace sino añadir escepticismo, incredulidad, desconfianza.
Que era un secreto a voces desde hace meses no cabe duda alguna. Las causas tampoco son desconocidas. Pero en este momento, 21 de mayo, seis años después justo de la noche más gloriosa del club, la forma de manejar esta crisis institucional, la enésima de la entidad en los dos últimos "annus horribilis", esta decisión -descartada por el propio Ortas la voluntariedad de la desvinculación- suscita muchos interrogantes:
1.- ¿Por qué ahora, a dos jornadas del final de La Liga y con el equipo jugándose la vida?
2.- ¿Qué circunstancias han mediado para esta drástica determinación en un momento que en otros tiempos hubieran calificado de contraproducente para la estabilidad? Conste que soy consciente de que Josete no marca goles ni los evita, pero me pongo en el pellejo argumental de este club durante una larga etapa.
3.- ¿Es el único responsable de la situación, sin nadie por encima en club o Fundación? Dejo la pregunta al albur de las opiniones y, si el accionista mayoritario o la propia SAD quieren responderla, estaré encantado de reflejar la explicación.
4.- ¿Ortas Pérez ha sido el único y máximo artífice de las decisiones que nos han conducido a este marasmo? La profundidad del socavón económico demanda claridad. Salvo que sea un "cortafuegos".
5.- Puestos a elucubrar, que es legítimo sobre todo cuando existe una base informativa, ¿ha habido presiones o recomendaciones desde algún ámbito para cortar la gangrena en la figura del consejero-delegado y que no hubiera correa de transmisión por elevación?
6.- ¿Qué frena el determinismo futbolero que ya hace muchas semanas, desde la resolución del caso Oikos, reza que la dignidad de una organización -el club- con palabra habría de restituir la presidencia en la figura a quien el máximo dirigente de la Fundación en 2019 prometió reponerlo? O, expresado de otra forma, ¿prescribe la palabra dada? Podría dar la sensación de que sí.
7.- ¿Cuáles son las condiciones del final de la relación contractual de Ortas Pérez con la SAD, partiendo de que muy probablemente tenga derecho legal a compensaciones-indemnizaciones?
8.- ¿Cuáles son las condiciones económicas de los cinco consejeros supervivientes? Sin necesidad de vulnerar el derecho a la protección de datos, naturalmente, tan sólo saber si perciben dietas, si estas son voluminosas o si son inexistentes. Simplemente por ayudar a entender las conductas. Y por recuperar un clima de confianza.
9.- Anexa a todas estas cuestiones, ¿cuándo van a explicar las circunstancias económicas (malas) del club como comprometieron con peñas y medios de comunicación? ¿Y por qué no se ha hecho ya?
10.- Y una derivada: ¿Cómo sientan entre los potenciales inversores todos estos movimientos en el difícil equilibrio de (in)seguridad jurídica y económica de un club que se ha desplomado en el mar de la autocomplacencia?
Son cuestiones cuya respuesta la va a ofrecer la sucesión de acontecimientos de un futuro próximo, habida cuenta el dontancredismo imperante en el club. De hecho, algunos ya no esperamos nada en este sentido. Y, desde ya, bastante tenemos con el rectángulo de juego, con nuestros miedos y esperanzas. Ahora sólo pensamos en Hidalgo y sus muchachos, pero luego volveremos a la carga, porque con el Huesca no se admiten intereses espurios. Salvo que no nos creamos la realidad de que es patrimonio de la ciudad y la provincia.