Sintomáticamente o no, una silla faltaba en el torreón de la Taberna de Lillas Pastia. En la cena entre los supuestos inversores mexicanos y responsables de la Sociedad Deportiva Huesca, no ha estado el presidente de la Fundación Alcoraz, Manuel Ollé, que como suele decirse en el imaginario político se había enterado de la pretendida operación "por los papeles" (en este caso por EL DIARIO DE HUESCA).
Sí había compartido unos minutos pasadas las siete de la tarde en la estancia en la que los mexicanos vieron el partido contra el Alcorcón con directivos de la Sociedad Deportiva y con el muñidor de las gestiones, el montisonense Jaime Fortuño, CEO de Making Betters Professionals (MBP) School Coaches, empresa radicada en Barcelona y relacionada con el grupo Alumbra de Monzón, con quien comparten accionariado.
Precisamente, MBP tiene relaciones profesionales con equipos de la máxima categoría de México (así como de Brasil, Panamá y otros países), para los que establecen metodologías de trabajo deportivo con tecnologías avanzadas.
El contacto con Jaime Fortuño para esta gestión provendría de Bernabé Noya, propietario de Alumbra, al que la Sociedad Deportiva Huesca se había dirigido hace meses, cuando estaba activa la opción Costa, para tantearle su disponibilidad.
En estas operaciones, en las que impera el principio de la confidencialidad -que, por cierto, Petón se saltó con el anterior pretendiente con el que llegaron hasta el final sin éxito, aunque lo nieguen como las amantes despechadas-, el orden de los factores sí altera el producto y en la Fundación Alcoraz ha sorprendido el hecho de que el club negocie la venta de un paquete que no es suyo, ya que para la mayoría accionarial se precisa una parte sustancial de los títulos de la Fundación (un 66 %), dependiendo de si en la intención de la Sociedad Deportiva Huesca está que los inversores mexicanos asuman el 16 % de Bahía Internacional.
Más allá de esa presunta "descortesía" con el propietario del club, otra cuestión que no ha trascendido es a quién representan los mexicanos que este sábado han visto la victoria del Huesca sobre El Alcoraz. Por decirlo de una manera más directa: si los reales inversores son solventes, a qué se dedican y cuáles son sus intenciones. Cuestiones que son sustantivas para creer en la solemnidad de la declaración de Petón el día de su despedida, ya saben, lo del escudo, la ciudad y el sentimiento provincial.
Así las cosas, esta opción exige un compás de espera exactamente igual que el que lleva una operación más avanzada que, esa sí, tiene cara y ojos, actividades de los inversores y, desde luego, mucha más discreción además de haber accedido a través del cauce reglamentario. Que en esto, créanme, es muy importante. Es tanto como si este escribano negociara la venta del acorazado Potemkin de la prensa regional.
P.D.: Una pregunta que se le puede suscitar, querido lector: ¿Quién pagaría la factura de la cena?