¿Fin al césped artificial?: Radiografía de los campos de fútbol de Huesca (13), normativa para 2031 y alternativas

Después del comunicado emitido por la Comisión Europea, Jorge Larrosa (Green Nature) e Ignacio Mercado (Mondo Ibérica) analizan las claves de este entramado. Los expertos piden "tranquilidad"

Adrián Mora
Periodista
18 de Octubre de 2023
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Foto de archivo de un partido entre el Inter de Huesca y el Tardienta en el campo de césped artificial de la Universidad. Foto: Adrián Mora
Foto de archivo de un partido entre el Inter de Huesca y el Tardienta en el campo de césped artificial de la Universidad. Foto: Adrián Mora

La Comisión Europea, en su intención de avanzar en la sostenibilidad ambiental, ha fijado un plazo de 8 años para que no haya más campos de fútbol de hierba artificial con el sistema actual de caucho y dejar en fuera de juego este tipo de superficies debido a los daños que generan contra la atmósfera. Pero, calma, esto no debe tomarse al pie de la letra, ya que simplemente se deberán buscar otras alternativas de materiales a partir de 2031 que no sean perjudiciales para el medio ambiente, sin llegar a prohibir como tal los campos de césped artificial. Tampoco habrá que levantar campos ya instalados, ni mucho menos.

El comunicado de la Comisión Europea dice que este será “un paso importante” para proteger el medio ambiente y evitar así la liberación de “alrededor de medio millón de toneladas de microplásticos”. Aquí, la CE habla textualmente del “material de relleno granular -caucho triturado- utilizado en superficies deportivas artificiales, la mayor fuente de microplásticos intencionales en el medio ambiente”, pero todo ello también está dentro del problema que existe con productos de cosmética o incluso agricultura.

Pero, ¿qué pasa con los campos que ya están instalados en la provincia? Lo primero que hay que tener claro, según explica a EL DIARIO DE HUESCA Ignacio Mercado, director comercial de Mondo Ibérica, empresa especializada e instaladora anualmente de entre 100 y 120 campos a nivel nacional, entre ellos El Carmen de Sariñena durante el verano de 2022, es que “debe haber total tranquilidad porque en ningún caso vas a tener que levantarlo”. La cosa no va contra el césped artificial. Ahora mismo, la Comisión Europea ha dado una moratoria de ocho años (hasta octubre de 2031) que va a permitir seguir instalando campos exactamente igual que los actuales sin ningún tipo de problema.

¿Qué pasa si alguien instala un campo de fútbol a partir de ese 2031? “No pasa nada, pero sólo condicionará el hecho de que no podrás utilizar este tipo de relleno y microplástico”. De esta manera, “el que ya ha comprado un campo no tiene que tener ningún problema porque no entra dentro de la ley”.

A partir de la próxima década será cuando sea obligatorio utilizar otro tipo de relleno con una granulometría mayor a cinco milímetros, o bien sean solubles o biodegradables. “Para nosotros no es nada nuevo porque ya tenemos rellenos orgánicos como corcho, maíz o huesos de aceitunas trituradas”. El problema, en resumidas cuentas, es que los microplásticos salen fuera del campo a través de las botas o pegados al cuerpo con el sudor. “Te duchas y todo ese plástico va a ríos y al mar. Ya sabemos el tema de la sostenibilidad, por lo tanto se trata de evitar este tipo de situaciones”, añade Mercado.

Jorge Larrosa, exportero del Huesca y actual trabajador de Green Nature, la empresa que cuida el césped de El Alcoraz entre otros muchos, explica que “aunque la gente está alarmada, no tiene por qué”. Explica que la alternativa pasa por la fibra de coco o de corcho -aunque esto es más caro de aplicar y mantener- y el problema será si hay que retirar el caucho en su día y la gestión de ese residuo. “Si ahora ya es caro, cuando lleguemos a 2031 o antes va a ser muy costoso la gestión de residuos. Por eso habrá gente que se anticipará”.

Sobre las pistas de pádel, en su caso, no están incluidas dentro de toda esta problemática porque el relleno que se utiliza no tiene microplásticos, sino que el compuesto es únicamente arena de sílice natural.

Radiografía de los campos de la provincia que acogen competición

La tendencia dice que, a medida que se va bajando de categoría, nos encontramos con más campos de superficie natural que mantienen el espíritu del fútbol más antiguo. Según los datos, a nivel nacional hay unos 10.000 campos artificiales, de los cuales 13 están en la provincia de Huesca. En la capital altoaragonesa hay que contar con los dos de San Jorge, la Universidad y otro más en la nueva Base Aragonesa de Fútbol. Además también tienen este tipo de campos el Municipal de Barbastro, Nuevo Los Olmos de Binéfar, La Estacada de Fraga, La Colomina de Tamarite, Antonio Alcubierre e Isidro Calderón en Monzón, El Carmen de Sariñena, Oroel de Jaca y Joaquín Ascaso de Sabiñánigo. 

Cuatro de los seis equipos altoaragoneses que juegan en Tercera RFEF como local lo hacen en una superficie artificial. En Regional Preferente, sin embargo, la cosa se iguala en una categoría mucho más modesta. Allí, si tenemos en cuenta a nuestros equipos, aparecen seis campos naturales (San Blas, El Balsal, José Luis Torner, San Nicolás de Bari, Municipal de Altorricón y Santa Quiteria) por cinco artificiales (El Carmen, Oroel, Los Olmos, Joaquín Ascaso y Universidad Huesca). En Primera Regional la mayoría de los equipos juegan en natural, a excepción de Fraga B, Peña Fragatina, Peñas Sariñena, Peña Ferranca, Peñas Oscenses y Juventud de Huesca. En total se contabilizan 12 campos naturales de los 18 equipos que compiten en el grupo 2 altoaragonés. En Segunda Regional, semipleno natural en los 28 conjuntos de los dos subgrupos a excepción del Somontano, Monzón B y la Escuela de Fútbol que lo hacen en artificial.

El Castejón de Monegros es el más peculiar, pues lo hace en uno de los 17 campos de tierra que hay en Aragón: Tejerías. Actualmente siete clubes juegan como local en tierra, aunque la mayoría están en la provincia de Teruel. El Morés es el equipo que compite en una categoría más elevada (Preferente) sobre tierra.

Green Nature estima que, en la actualidad, un campo natural con una buena densidad admite hasta tres usos semanales. Por el contrario, los artificiales pueden tener hasta 50 usos en una sola semana.

Campos híbridos

Tal y como apunta Larrosa, existen varios tipos de superficies híbridas que combinan ambos terrenos. Por un lado aparece el cosido, en el que se establece el césped y, luego, mediante máquinas, se cose. Hay otro que es un híbrido de malla: en una parcela se implanta una malla, se siembra, germina y se retira para colocarla en un campo de césped natural. Finalmente, hay otro híbrido de malla que se cose y se siembra.

En Primera División hay alrededor de una decena de estadios -los que suelen jugar competición europea- que tienen césped híbrido cosido. El Santiago Bernabéu, la casa del Real Madrid, ha colocado césped híbrido de malla en su última reforma con el fin de ponerlo y luego quitarlo a final de temporada.

Posibles lesiones y falta de mantenimiento

Volviendo de nuevo al césped sintético, está claro que esta superficie es “más lesiva” porque los parámetros de tracción-rotación, absorción de impacto o correduría de balón “no se pueden equiparar con el natural”. Larrosa también apunta que existe un pobre mantenimiento en algunos terrenos, pues no se cepillas ni se barren. Tampoco se receba cuando falta caucho. “Yo que estoy en esa labor, la gente no se gasta dinero en mantenimiento y los dos últimos años de vida útil de un campo los pasa con una mala jubilación porque no se han cuidado”.

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