Un Huesca sin pegada se estrella en su visita a Tenerife (2-0)

Esta vez, el plan de Ziganda no salió y los goles de Waldo y Teto en la segunda mitad impidieron a los azulgranas sumar

Adrián Mora
Periodista
19 de Noviembre de 2022
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Los jugadores del CD Tenerife celebran el gol ante el Huesca. Foto: LaLiga
Los jugadores del CD Tenerife celebran el gol ante el Huesca. Foto: LaLiga

Ficha Técnica

CD Tenerife: Juan Soriano; Buñuel, Sergio González, Carlos Ruiz (Nacho 86'), Mellot (Sipcic); Aitor Sanz (Javi Alonso 57'), José Ángel, Waldo (Elady 57'), Teto Martín; Iván Romero (Mo Dauda 71') y Enric Gallego

SD Huesca: Andrés Fernández; Ratiu, Pulido, Rubén, Florian (Lombardo 76'); Kento, Salvador (Timor 86'), Soko (Joaquín 63'), Marc Mateu; Juan Carlos (Villar 76') y Kevin Carlos (Escriche 46').

Árbitro: López Toca (Comité cántabro). Amonestó con tajeta amarilla a Aitor Sanz, Waldo, Aitor Buñuel por el Tenerife y a Kevin Carlos, Jorge Pulido por el Huesca.

Goles: 1-0, minuto 52: Waldo. 2-0, minuto 81: Teto.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 16 de la Liga Smartbank disputado en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife ante 10.597 espectadores.

El Huesca llegaba a Tenerife sabiendo que, desde que llegó al fútbol profesional, siempre se había marchado de la isla con algo bajo el brazo. En lo que concierne a la presente temporada, anteriormente había puntuado en cuatro de las siete salidas. Pero el pasado tan solo es pasado y no hizo buena ninguna de las rachas nombradas.

Los primeros minutos fueron de un control casi total del Tenerife con balón. Llevó el cuero de un lado para otro en busca de alguna rendija por la que filtrar algún pase, pero los de Ziganda se asentaban muy bien sobre el verde. Con tintes de soso y apagado, pero con respeto entre ambos y sin grandes expediciones en ataque. Ya sabemos cuál es el plan de Ziganda y no sorprende a nadie: siempre que el contexto y rival lo permita, el rival es el dueño del balón. Mientras, a esperar que el reloj y el tiempo corra sin tener prisa por encontrar oportunidades en área contraria.

Enric Gallego reclamó antes de la media hora un posible penalti en un salto con Rubén Pulido. El central sacó el brazo más de la cuenta pero ni el árbitro de campo ni el VAR lo consideraron suficiente como para pitar penalti. Andrés Fernández apenas tuvo que desplegar sus alas una vez en el primer tiempo. Fue en un disparo de Romero a la media vuelta cuando el delantero se encontraba casi pegado a la línea de fondo. En una segunda vez fue abajo para atrapar un balón a disparo muy tímido de José Ángel con pierna zurda. Y para de contar. El Huesca apenas inquietó la portería de Soriano porque jugaba a muchos metros de ella, pero se marchó a vestuarios satisfecho porque el partido se cocinaba al ritmo que proponía.

Parecía que el Huesca cambiaba un poco la tónica del partido en el arranque de la segunda mitad con un prematuro disparo de Juan Carlos. Enric, que esperaba en el segundo palo, avisó al conectar un envío desde el costado derecho pero Andrés sacó el peligro con un paradón sobre la línea de gol. Y segundos después llegó el mazazo. Waldo aprovechó un mal despeje (flojo y al centro) de Jorge Pulido -que se estorbó con Kento- para inaugurar el marcador. Tan solo tuvo que meter el interior de su bota derecha para batir a Andrés. El defensor azulgrana se percató de inmediato, saltó a tapar pero no logró tocar el balón para desviarlo. A remar.

Juan Carlos lo intentó con un remate a pase de Florian desde la izquierda pero su disparo fue demasiado blando y al centro. Eso hizo que un defensor pusiera la pierna y desviara a córner. Ziganda dio entrada a Joaquín en detrimento de un Soko que cuajó una buena primera mitad. Se desperezó y fue a por el empate porque ya no valía el guion previsto hasta ese momento. La película era la misma que en Miranda de Ebro.

En una buena transición por banda derecha y a menos de diez minutos para el final, el Tenerife sentenció con el gol de Teto, quien batió con un disparo cruzado a Andrés que el propio portero llegó a tocar con la yema de los dedos. Enric Gallego estuvo a punto de cumplir la "ley del ex" pero su disparo con pierna diestra se estrelló en el larguero. Descompuesto el Huesca.

Nada que reprochar a la suerte, ni mucho menos. Parece que los fantasmas de la Copa de hace una semana se trasladaron hasta el Heliodoro. El Huesca adoleció de lo que hasta ahora tenía: efectividad en ataque y contundencia en defensa.

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