No le han rendido el exigible homenaje a Guillermo Estallo

16 de Abril de 2023
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Los Alcorazados, en Andorra homenajeando a Guillermo Estallo
Los Alcorazados, en Andorra homenajeando a Guillermo Estallo

En cada uno de muchos de nosotros, se produce un runrún interno, un mal presagio cada vez que vemos una alineación. Es algo natural. Todos tenemos nuestro equipo ideal y es complicado que coincida con el del entrenador. En todo caso, presumimos que, cuando algo ha funcionado en el mejor partido de la temporada (Ziganda dixit, y todos asentimos), la invariabilidad del conservadurismo debe conducir a la repetición en el once de inicio. Por eso ha sonado poco después de la una del mediodía la primera señal de alarma: sin Carrillo ni Obeng, la delantera que aportó soluciones y dio la mayor sensación de peligro de toda la Liga.

La frase de "si algo funciona, no lo toques" tiene tantas paternidades que no es preciso atribuirle ninguna. Cuando zarandeas la razón, lo más probable es que la razón te devuelva con efecto bumerán el zarandeo. No sería justo, sin embargo, decir que todo ha sido un desastre. Hasta el 1-0, impropio de Andrés Fernández y todavía con la duda sobre el fuera de juego, los azulgrana han sido mejores que el Andorra, Cristian ha sido una máquina que a punto a estado de marcar con un disparo a la cruceta, y se ha demostrado que lo de la posesión de balón es una filfa siempre que no haya profundidad. Pero algo sucede fuera de El Alcoraz porque es como si algunos futbolistas tuvieran una cara oculta que les impide no ya rendir, sino incluso que entregarse como en el calor del hogar. La capacidad de reacción es tendente a cero y los partidos, con el electrónico en desventaja, van en declive permanente.

Bien es cierto que me parecería una traición a mí mismo olvidar la sibilina actuación de Sánchez López, al que no vamos a pedirle empatía con sus paisanos Andrés y Carrillo, pero sí que vea el video de su actuación de hoy. La diferencia de criterio en las faltas, increíbles varias en robos del Huesca, la velocidad en las tarjetas amarillas, el cebo en Cristian Salvador y Pulido, e incluso el hecho de que ni siquiera ha apurado el tiempo reglamentario más el añadido son síntomas de su intencionalidad. De Ocón Arráiz, poco se puede esperar en el VAR. Su histórico con el Huesca es como para recursarlo, pero no sirve de nada en el imperio de Rubiales.

Así que todos al rincón de pensar, empezando por el Cuco Ziganda, siguiendo por todos y cada uno de los futbolistas. No están cumpliendo con las expectativas y el discurso cholista empieza a cansar. Hoy, en Andorra, ha pasado otra oportunidad más. Y la sensación de crisis que invade todo el entorno se acrecienta. Pero...

Pero en esta ocasión, la pena máxima, más que un penalti, es que el equipo no haya podido homenajear a Guillermo Estallo, el jovencísimo aficionado fallecido en accidente de tráfico esta semana. Se lo merecía él y Los Alcorazados que han rendido tributo a uno de los que nunca reblan, a quien renunciaba a la incomodidad para ir a todos los desplazamientos, a uno que elegía el sufrimiento sobre la comodidad. A uno que no distinguía su comportamiento en El Alcoraz y fuera. Esto es, la antítesis del comportamiento de los peloteros del césped. Descansa en paz y, allá donde está, hoy con un poquito más de pena.

 

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