El abogado de Pryobras y Jesús Sanagustín, Ricardo Orús, ha de concretar con su cliente la respuesta a la sentencia que archiva el caso Oikos, pero ha adelantado que "ha sido una investigación policial vergonzosa y excesivamente larga, que arrancó basada en una investigación policial, nefasta, desastrosa y falta de pruebas desde su inicio. y cuando eso ocurre así, solo se puede dudar de la bondad de los motivos que generaron la apertura de un caso judicial que jamás debió de haber nacido".
Más allá de su papel de letrado y en su condición humana, pone el acento en lo que ha representado la dilación del proceso. "Soy testigo personal de que Jesús Sangustín ha pasado un calvario similar al que celebramos en esta semana, que para él no está siendo santa, con depresiones y problemas de salud, problemas económicos, con necesidad de cierre de sus empresas y ruina, económica, inmerecida y totalmente injusta, ya que desde que saltó a los medios de comunicación la noticia, todos los operadores económicos le cerraron las puertas con un total desprecio a su presunción de inocencia constitucional".
Esta circunstancia le ha afectado sobremanera. "Generó la necesidad de gastarse el poco dinero de que disponía tras el bloqueo económico en un concurso de acreedores y el sufrimiento de un hinchamiento mediático totalmente inmerecido. Y ahora hay que preguntarse ¿quien pagará estas consecuencias que le han generado Jesús la etapa más oscura de su vida personal y empresarial? Siempre que la justicia funciona mal lo acaban pagando los ciudadanos. Desde que me hice cargo del caso demostré los errores policiales y nadie me hizo caso hasta hoy, cinco o seis años después".